Energía

Energía solar, ¿por qué no?

Durante los últimos meses, los medios de comunicación han informado con más frecuencia sobre la problemática y la demanda creciente de energía eléctrica.

En diferentes regiones de la República el suministro no es satisfactorio, y en diferentes parques industriales no se puede ofrecer la capacidad solicitada de este energético, lo que da como resultado la cancelación de inversiones proyectadas y el freno al crecimiento.

En las altas esferas políticas, el tema de las reformas eléctricas, por desgracia, sólo se ha convertido en el pasatiempo favorito y, por lo tanto, no se ha podido concretar en voluntad política. Se reconoce, sí, que se requieren grandes inversiones para poder cubrir la demanda cada vez mayor de los sectores sociales e industriales.

Una situación parecida estamos viviendo con el abasto de gas natural o líquido comprimido. El crecimiento de la población y el incremento en la productividad de la industria constantemente demandan más energéticos como es el gas natural. Cuando compramos el gas LP que habremos de consumir en nuestras viviendas en una semana o en un mes, esperamos que no se haya incrementado el costo. También disfrutamos veladas familiares en la esperanza de que no haya apagones eléctricos, y cada mes o bimestre comparamos la última cuenta recibida con las anteriores, pero ya no nos sorprendemos de los incrementos.

Una publicación de la Organización Mundial de Salud de la ONU de 1998, muestra que en el mundo, cerca de 1,300 millones de personas o la quinta parte de la población, no tienen acceso directo a agua potable, y 2,000 millones de personas no cuentan con energía eléctrica en sus viviendas. En combinación, resulta que 1,000 millones de personas no cuentan con ninguno de los dos. Si en el mundo son 1,000 millones, me pregunto (y aparentemente muchos no quieren saber) ¿qué porcentaje corresponde a México?

A lo largo de los últimos años, se han concentrado grandes esfuerzos en el desarrollo de las energías alternas como es la energía solar. Pero debido a los megaintereses de los productores de hidrocarburos, estos esfuerzos y desarrollos no reciben los suficientes apoyos financieros y políticos. En extensas regiones de nuestra República resulta simplemente muy costosa la distribución de la energía eléctrica para una demanda de poca capacidad, dando por resultado que no proceda ni se instale.

Sin embargo, podemos ver algunas aplicaciones muy sencillas, en donde la energía solar puede ofrecer la solución adecuada sin la necesidad

de incrementar de manera considerable los presupuestos.

Aplicaciones, entre otras, como el bombeo de agua, la potabilización y desinfección del agua, la iluminación de viviendas, o el calentamiento de agua en las casas. Esta última, por ejemplo, ya cuenta con equipos de alta confiabilidad y seguridad y su instalación es muy sencilla, pero el costo de la inversión inicial con el precio subsidiado del gas LP, resulta momentáneamente en una baja rentabilidad (para algunos economistas).

La configuración de este sistema consiste básicamente en un tanque almacenador con fuente eléctrica de emergencia, una estación de bombeo y unos paneles solares de flujo controlado.

Una instalación para el calentamiento solar de agua potable en las casas, comercios o industrias, en la actualidad se amortiza en un plazo de 10 años, considerando que la inversión se compara contra el costo del gas LP de aproximadamente 2.90 por litro. No quiero ser profeta y mucho menos en mi propia casa, pero qué tal si mañana el costo de este energético tan cotizado se eleva a 10 pesos. Probablemente, no se fabricarán suficientes equipos para satisfacer la demanda, ya que el retorno de la inversión sería en 2 a 3 años.

Proponemos que se debe dar un impulso importante para que los desarrollos en el campo de las energías alternas obtengan los recursos adecuados para suministrarnos un futuro agradable. Por qué no empezamos con la concientización, desde ahora, primero con nosotros mismos que entendemos las proyecciones políticas y macroeconómicas y, paulatinamente, continuamos con abordar el tema con nuestros hijos y nietos, quienes finalmente heredarán los resultados de nuestras decisiones equivocadas o acertadas. Así que: energía solar, ¿por qué no?.

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