Energía

Biocombustibles la carrera contra el petróleo

Ante el creciente precio del petróleo y el aumento de las emisiones contaminantes a la atmósfera causadas por los hidrocarburos, los combustibles generados a partir de vegetación y cultivos son una alternativa probada a favor del medio ambiente

Los combustibles biológicos producidos a partir de materia orgánica, biomasa y cultivos como la caña de azúcar, el maíz o la soya pueden reducir significativamente la dependencia global del petróleo, generar empleos y disminuir la emisión de gases contaminantes que contribuyen al calentamiento global del planeta.

El año pasado, la producción mundial de combustible biológico superó los 670 mil barriles por día, equivalente a cerca del 1 por ciento del mercado global del combustible para el transporte, según un informe del Instituto Worldwatch, realizado en colaboración con la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GTZ) y la fundación de Recursos Renovables (FNR).

Aunque el petróleo todavía provee más del 96 por ciento del combustible usado por el transporte, la producción de combustible biológico se ha duplicado desde 2001 y se espera un crecimiento aún más fuerte como una respuesta de la industria ante los altos precios del petróleo y el impulso de las políticas de sustentabilidad.

El informe “Combustibles biológicos para el transporte: Potencial global e implicaciones para la agricultura y la energía sustentable en el siglo XXI”, patrocinado por el Ministerio Federal de Alimentos, Agricultura y Protección al Consumidor de Alemania (BMELV), es una evaluación completa de las oportunidades y riesgos asociados al desarrollo internacional a gran escala de los combustibles biológicos. Incluye información de estudios existentes de país en el uso de combustibles biológicos en Brasil, China, Alemania, la India y Tanzania.

“Las acciones para fortalecer los mercados de combustible biológico y el avance de nuevas tecnologías podrían aliviar la presión en precios del crudo, a la vez que se fortalecen las economías agrícolas y se combate la generación de emisiones contaminantes que alteran el clima global”, destacó el presidente de Instituto Worldwatch, Cristóbal Flavin.

Brasil es el líder productor de combustible biológico del mundo, con la mitad de su cosecha de caña de azúcar que proporciona más de 40 por ciento del combustible para el transporte de nodiesel. En Estados Unidos, donde 15 por ciento de la cosecha de maíz proporciona cerca del 2 por ciento del combustible del transporte de no-diesel, la producción de etanol crece tan rápidamente que podría alcanzar a Brasil y situarse como el líder de combustible biológico del mundo este mismo año. Ambos países pretenden producir etanol a un costo menor que el valor actual de la gasolina.

Datos citados en el informe revelan que los combustibles biológicos podrían proporcionar el 37 por ciento del combustible para transporte en Estados Unidos dentro de los próximos 25 años, y hasta el 75 por ciento si el costo de combustible del automóvil se duplica. Y se espera que los combustibles biológicos podrán reemplazar entre el 20 y 30 por ciento del petróleo utilizado en países de la Unión Europea en un plazo similar.

Impactos sociales y ambientales

En la primera evaluación global de los potenciales impactos sociales y ambientales de los combustibles biológicos, el citado informe advierte que el uso a gran escala de combustibles biológicos podría acarrear significativos riesgos agrícolas y ecológicos. “Es esencial que los subsidios de gobierno sean utilizados para aminorar la competencia entre cosechas de alimento y para combustible, así como para desalentar la expansión de estas cosechas en tierras ecológicamente valiosas”, consideró por su parte Suzanne Hunt, director del proyecto de Combustibles Biológicos de Worldwatch.

Sin embargo, el informe encuentra también que los combustibles biológicos tienen el potencial para aumentar la seguridad de energía, crear nuevas oportunidades económicas en áreas rurales, y reducir la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Las cosechas para producir biocombustibles tienen el potencial para reducir las emisiones de GEI porque pueden sustituir el carbón que se genera en estos terrenos y que se utiliza como combustible. De hecho, se ha estimado que las reducciones de GEI con el uso de biomasa vegetal para producir combustibles son del 70 a 110 por ciento con fibras; de 65 a 100 por ciento con desechos de cosechas o de aguas residuales; de 40 a 90 por ciento con azúcares (caña de azúcar y remolacha); de un 45 a 75 por ciento cuando se usa la semilla de girasol o la soya, y del 15 a 40 por ciento de reducción de GEI con el uso de maíz y trigo.

Otro potencial a largo plazo de los combustibles “verdes” está en el uso de residuos agrícolas y municipales no alimenticios y los desechos de la silvicultura, así como vegetación de rápido crecimiento y rica en celulosa como el césped Panicum virgatum, conocido por su nombre en inglés como Switchgrass.

Se espera, pronostica el informe, que la combinación de recursos de celulosa y biomasa con tecnologías de conversión de combustible biológico de próxima generación (como la producción de etanol que utiliza enzimas o la producción sintética de diesel vía la gasificación) competirá con la gasolina y el diesel convencionales en el abastecimiento de combustibles sin subsidios en el medio plazo.

Bioenergías vs energías convencionales
A pesar de la controversia sobre el equilibrio de la energía de los combustibles biológicos, hay un consenso naciente de que todos los combustibles biológicos comunes contienen más energía útil que la que se requiere para producirlos.

En el futuro, el tipo de procesamiento de energía utilizada será más pertinente: una planta de combustible biológico que utiliza energía de biomasa contribuirá mucho más a reducir las emisiones de GEI que una planta de generación eléctrica que utiliza energía de carbón.

Los productores
En 2005, Brasil produjo 16.5 mil millones de litros de etanol, o sea, el 45.2 por ciento del total mundial. El etanol proporciona a Brasil aproximadamente 40 por ciento del combustible no derivado del diesel.

Estados Unidos produjo 16.2 mil millones de litros, es decir, el 44.5 por ciento mundial, lo que equivale a 2 o 3 por ciento del combustible nodiesel consumido es este país.

Las materias primas
La caña de azúcar es la cosecha más importante para producir combustibles biológicos y la materia prima para más del 40 por ciento del combustible etanol.

El maíz es el segundo en importancia: es la fuente primaria para la producción de combustible biológico en Estados Unidos, ya que suministra casi la misma cantidad de combustible de etanol, al igual que la caña de azúcar.

Más empleos
El Banco Mundial informa que las industrias de combustible biológico requieren cerca de 100 veces más trabajadores por la unidad de energía producida que la industria de los hidrocarburos. La industria de etanol proporciona más de 200 mil empleos en Estados Unidos y medio millón de trabajos directos en Brasil.

La producción sube
La producción global de etanol se ha duplicado entre 2000 y 2005, mientras la producción de biodiesel, que empezó en una base mucho más pequeña, se ha expandido casi al cuádruple.

En 2005, la producción de etanol representó cerca del 1.2 por ciento del suministro de gasolina en el mundo por su volumen, y cerca del 0.8 por ciento por la distancia que recorrió el transporte que lo utilizó.

Biodiesel en el mundo
El biodiesel es producido principalmente de la semilla de girasol y es el equivalente al 80 por ciento de la producción total de combustible biológico de Europa. La Unión Europea controló un 89 por ciento de toda producción de biodiesel en el mundo en 2005. Alemania produjo 1.9 mil millones de litros, más de la mitad de la producción mundial.

Reducción de GEI
El sector transporte, incluidas las emisiones de la producción de combustibles, es responsable de cerca de la cuarta parte de los GEI, y esas emisiones van en aumento.

El balance de los GEI producidos por los combustibles biológicos, varía dependiendo de las materias con que se producen, el cambio de uso de tierra y su manejo, y el tipo de procesamiento utilizado. En general, la mayoría de los combustibles biológicos actualmente producidos tiene un balance positivo que reduce la emisión de los GEI.

Petróleo vs biocombustibles
De los 47 países más pobres de mundo, 38 son importadores netos de petróleo, y 25 de ellos importan todo su petróleo. Muchos de estos países tienen los recursos naturales y capacidad agrícola para crecer cosechas productoras de energía.

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