Teorema Ambiental/Redacción
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, presentó el pasado jueves el proyecto para rehabilitar la Gran Vía, una de las arterias emblemáticas de la capital española. La obra contemplará, entre otras medidas, la construcción de un carril para bicicletas, así como la reducción de carriles destinados a los vehículos privados, además de ampliar las aceras y cerrar la vía al tráfico de los no residentes.
“El plan pretende la reducción y reordenación de los carriles para crear un sistema de movilidad donde se integre la bicicleta con el resto del tráfico rodado”, explicó el ayuntamiento de Madrid en un comunicado. Así, en el tramo comprendido entre la plaza de España y la de Callao, los ciclistas contarán, en sentido subida, con un carril bici independiente del resto de los vehículos, dada la pendiente de la calle. Este tramo, por tanto, tendrá cinco carriles.
“No sé si ustedes han cogido alguna vez la bicicleta en ese tramo. Yo sí, siempre me apuntaba a la vuelta ciclista por Madrid, y ese tramo de subida era de ir siempre con la lengua fuera, es una cuesta de mucho cuidado. Yendo en una bici que no sea eléctrica, es una cuesta muy pendiente, eso explica por qué hemos configurado este tramo de manera diferente, porque las bicicletas en cuesta paralizan el tráfico”, aclaró.
Además indicó que entre la calle de Alcalá y la plaza de Callao, se mantendrán únicamente cuatro carriles. Dos para el transporte público y otros dos ciclocarriles 30, donde el vehículo privado (que no puede ir a más de 30 kilómetros por hora) comparte el espacio con la bicicleta, para que los usuarios de la bicicleta se animen a usar su vehículo en esta zona.
“Justamente eso es lo que se pretende con el cierre de la arteria a los no residentes. Las obras tendrán una duración prevista de unos ocho meses; en otoño de 2018 ya se podrá disfrutar de la nueva Gran Vía. Además, se van a remodelar las seis plazas del entorno de la avenida”, aseguró Carmena.
