Desarrollo Urbano

Las Torres de Satélite recibirán nuevo proyecto de iluminación

Teorema Ambiental/Redacción

torres-sateliteLas Torres de Satélite, obra escultórica diseñada de manera conjunta por el artista alemán Mathias Goeritz y el arquitecto mexicano Luis Barragán, serán sometidas a un proyecto de iluminación para resaltar su presencia en el Periférico Norte y festejar su 60 aniversario. Por ello, la asociación Fomento Cultural Torres de Satélite trabaja en este proyecto de renovar el sentido de modernismo del monumento, que en 2012 fue declarado Patrimonio Artístico de la Nación.

El monumento fue erigido en 1957. Actualmente, Gustavo Avilés, experto en iluminación arquitectónica y encargado del proyecto, explica: “Así como son bellas de día, quisiéramos que fueran aún más bellas de noche; curiosamente la noche edifica más los elementos y los construye al haber menos información visual”, declaró el arquitecto.

Para realizar este proyecto, Fomento Cultural, en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), trabajan para encontrar la tecnología de iluminación adecuada que garantice un bajo consumo y una duración de al menos 20 o 30 años. Por ello, se tiene previsto que sean proyectores de iluminación led, más potentes de los que tenían anteriormente.

“No quisiera tocar las torres bajo ningún punto, solo con luz y al mismo tiempo poder respetar el color original. De igual manera, con esta iniciativa, pretenden que la Comunidad Internacional de Iluminación Urbana (LUCI, por sus siglas en inglés), reconozca a Ciudad Satélite como Ciudad Luz, reconocimiento que tienen urbes como, Francfort, Alemania; Ginebra, Suiza; Bruselas, Bélgica; Guadalajara y San Luis Potosí en México.

“La iluminación es un punto fundamental, de día lo tenemos, de noche lo podemos crear; podemos edificar estas torres de luz como un mensaje de unificación social y de recuperación de identidad del patrimonio edificado”, detalló Avilés.

Al respecto, Jorge Sepúlveda, residente de Ciudad Satélite, declaró que “las Torres de Satélite son un ícono, son un monumento que hace que nos ubiquen en el mapa”.

Vecinos no solo de Ciudad Satélite se sienten identificados con la obra, de hecho, demostraron que están dispuestos a defenderla, cuando en 2009 por medio de protestas lograron frenar la construcción del Viaducto Elevado Bicentenario, una obra de infraestructura carretera que iba a perjudicar el entorno de las torres.

Emblema de Naucalpan

Destinadas a las personas de clase media alta, las Torres de Satélite ofrecían un nuevo modelo de ciudadanía independiente y autónoma; con un sistema vial de circulación continua, sin esquinas ni semáforos; con supermercados, escuelas y seguridad propia.

“Ciudad satélite representaba huir de la Ciudad de México, de todo el tránsito y la inseguridad, aquí se ofrecía casi casi un paraíso. Los terrenos se ofrecían con mil pesos de enganche y 575 pesos mensuales”, relató Cuauhtémoc Rodríguez, representante de Fomento Cultural Torres de Satélite.

Los desarrolladores fueron del mismo equipo que diseñó Ciudad Universitaria en la capital, y al mismo tiempo que implementaron una campaña publicitaria con anuncios en televisión y folletos para vender los lotes, comenzaron a imaginar un monumento que marcara la entrada para la nueva ciudad.

“Por ahí se decía que eran grandes depósitos de agua, que la iban a recolectar y nunca iba a faltar agua en Ciudad Satélite y mucha gente se lo creyó y compró”, contó el también arquitecto.

Fue en la casa-taller de Luis Barragán, donde los dos artistas idearon el proyecto. La concepción estética estuvo a cargo de Mathias Goeritz, que inspirado en el movimiento artístico constructivista, planeó siete torres que alcanzarían una altura de 200 metros.

Sin embargo, Luis Barragán concretó la ambiciosa idea reduciendo el número y tamaño de las torres, para lograr la aprobación de los inversionistas del desarrollo inmobiliario, que eran liderados por el expresidente Miguel Alemán.

Barragán propuso colocar un espejo de agua en la base del monumento, pero fue rechazado por Goeritz quien sostenía que los pilares debían proyectarse hacia el cielo, además, por cuestión de ritmo y para generar la perspectiva a distancia, el número de estructuras debía ser impar.

Para diseñar el monumento, los artistas Goeritz y Barragán emularon las murallas del pueblo italiano de San Gimignano, para crear un conjunto arquitectónico y artístico conformado por cinco prismas triangulares, de colores blanco, azul, rojo y amarillo. Se construyó con una técnica de cimbra removible y concreto armado.

El pilar más alto alcanzó una altura 52 metros y el menor 31 metros; cuando fueron inauguradas en 1957, las Torres de Satélite tuvieron un costo total de 3.5 millones de pesos.

Desde el término de su edificación, el conjunto de prismas tuvo algunas modificaciones en sus colores. Los autores las diseñaron en amarillo, rojo y blanco, pero a petición de un nieto de Luis G. Aguilar, presidente del Banco Internacional Inmobiliario, se pintó un pilar en color azul.

Posteriormente en 1967, y a propuesta de Goeritz, se pintaron de color naranja, para crear un contraste con el cielo, pero la mala calidad de la pintura, hizo que en 1968 retomaran los colores originales. En 2008, gracias a una donación, se retocaron los colores con pintura de mayor calidad y con protección antigrafiti.

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