Este nuevo sistema de cultivo ayudaría a la captación de bióxido de carbono, a disminuir el efecto del calor, amortiguar el ruido y es una fuente constante de alimentos frescos
La creación de huertos urbanos en espacios comunitarios para la producción de alimentos orgánicos como rábano, papa, ejote, cebolla, betabel, zanahoria, calabaza, brócoli, jitomate, melón, lechuga, acelga y cilantro, es más que una moda; se trata una estrategia de la Secretaria del Medio Ambiente (Sedema) que tiene como propósito, incrementar la calidad de vida de los habitantes de la Ciudad de México.
En coordinación con el Instituto de la Juventud (Injuve); la Secretaria de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, y la Procuraduría Social, la dependencia realiza el proyecto piloto “Huerto Urbano Comunitario y su efecto en la calidad de vida” en unidades habitacionales.
El proyecto, que se realiza en las colonias El Molino y San Juan Xalpa, de la delegación Iztapalapa, así como en la azotea del edificio del INJUVE ubicado en la Delegación Miguel Hidalgo, consiste en producir vegetales destinados para el autoconsumo inicialmente, y a mediano plazo se podrán comercializar los excedentes de la producción, ya que los invernaderos tienen capacidad para producir más.
La creación de huertos urbanos representa una medida de acción ante la problemática que enfrenta la Ciudad de México relacionada con el abastecimiento de alimentos y los efectos adversos del cambio climático.
