Desarrollo Urbano

Fundación FEMSA dona huertos urbanos a familias de migrantes en NL

Los huertos fueron fabricados por personal del equipo del Programa Cultural de Fundación FEMSA, algunos a partir de madera de las cajas que han transportado obras de arte

Teorema Ambiental/Redacción

Monterrey, Nuevo León, 14 de diciembre de 2020.— Como parte de la iniciativa Puerto Abierto y con el objetivo de ofrecer apoyo alimentario, económico y ocupacional, el Programa Cultural de Fundación FEMSA colaboró con organizaciones locales para otorgar 100 huertos urbanos móviles a familias de migrantes y refugiados que viven en la localidad de Juárez, Nuevo León.

Este 2 de diciembre se llevó a cabo la entrega del huerto número 100 a una familia proveniente de Honduras, por parte de Lorena Guillé-Laris, directora de Fundación FEMSA, y Rosa María Rodríguez Garza, gerente de su Programa Cultural; Claudia Sepúlveda y Ella Virtanen, de ACNUR Monterrey; Carmen Farías, directora de Zihuame Mochilla; Gabriela Zamora, directora de Casa Monarca, así como Pablo Landa y Sofía Garfias, quienes coordinan el programa Puerto Abierto.

Además, se contó con la participación de miembros del equipo del Programa Cultural de Fundación FEMSA que contribuyeron directamente con la construcción de los huertos.

“El arte no solo refleja el espíritu de su tiempo y contexto, sino que también influye en el entorno detonando emociones y reflexiones, pero, sobre todo, generando procesos de cambio”, dijo Lorena Guillé-Laris.

“Estamos convencidos del potencial que tiene el arte como agente transformador de nuestras comunidades. A través de Puerto Abierto hemos invitado al diálogo y a conectar con grupos vulnerables, hemos generado espacios de encuentro y acciones de impacto a través de dos cosas que están en el corazón de Fundación FEMSA: la creación artística y la acción colectiva”, agregó.

Puerto Abierto es una iniciativa que integra la investigación de campo, el arte y la comunicación en el desarrollo de proyectos dirigidos a personas migrantes y refugiadas en Nuevo León, mediante la cual, el Programa Cultural de Fundación FEMSA, comprometido con impulsar el arte y cultura latinoamericanos, así como fortalecer el ecosistema cultural de la región, ha buscado, en el contexto de la pandemia por covid-19, construir puentes de colaboración entre personas y familias que migran a nuestro estado, instituciones que trabajan con ellas y creadores del sector artístico y cultural del área metropolitana de Monterrey.

“Cada uno de los ejes de Puerto Abierto explora cómo podemos dar respuesta, desde el arte y las instituciones culturales, a la emergencia sanitaria generada por la pandemia y a la emergencia humanitaria vinculada al desplazamiento forzado de cientos de miles de personas en el mundo.”

Y agregó: “Las capacidades de los artistas pueden traducirse a nuevos espacios y contribuir a generar transformaciones sociales que van desde el cuidado de la salud, atención alimenticia y acercamiento a la niñez migrante, hasta la visibilización de las historias de los migrantes y refugiados que han quedado plasmadas en un podcast que lanzaremos durante el siguiente año, con el anhelo de que no haya quien camine por el estado de Nuevo León sin dejar huella”, expresó Sofía Garfias.

“Creo que uno de los trabajos más fuertes es el de agricultor, y es muy poco reconocido”, comentó una de las personas beneficiadas por el programa. “Gracias a ese trabajo, muchos comemos. Es una bendición venir de padres trabajadores que nos enseñaron a cultivar nuestros alimentos”, explicó.

La entrega de huertos urbanos ha beneficiado a cerca de 450 migrantes y refugiados en Nuevo León y fue posible gracias a la colaboración entre el equipo del Programa Cultural de Fundación FEMSA, ACNUR, Casa Monarca, Zihuame Mochilla y Taller Nuevo Norte.

Pablo Landa, por su parte, dijo: “Al iniciar la pandemia, el tema más apremiante para miles de migrantes y refugiados en Monterrey era la alimentación. Desde Puerto Abierto, accionamos la colaboración con Zihuame Mochilla y Casa Monarca para responder a esta situación. Los huertos permiten a las familias tener verdura fresca a muy bajo costo. Su impacto, sin embargo, va mucho más allá de esto, pues como nos han expresado algunos beneficiarios, ‘tener mayor control sobre nuestra alimentación nos da mayor control sobre nuestras vidas’”.

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