Contaminación

Usan barrancas del DF como tiraderos

Un estudio elaborado por la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial, PAOT, revela que muchas de las barrancas que existen en el Distrito Federal «se encuentran amenazadas» por construcciones, invasiones irregulares, depósitos de cascajo, deforestación y erosión del suelo, lo que ha llevado a la disminución de las especies de flora y fauna endémica de esos lugares.

Advierte que «no se cuenta con un estudio detallado e institucional que precise el número, las características y la condición actual» de esas depresiones naturales, situación que dificulta implementar acciones para su control y manejo sustentable.

La PAOT tiene un registro de 74 barrancas a lo largo de 381.24 hectáreas, que se localizan en ocho delegaciones: Alvaro Obregón, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Milpa Alta y Xochimilco, aunque 55 por ciento se localizan en las tres primeras jurisdicciones.

El informe puntualiza que esas zonas de conservación se ven afectadas primordialmente por desarrollos habitacionales, residuos de la industria de la construcción, remoción de la cubierta vegetal, descargas de aguas negras y residuos sólidos domiciliarios. Sobre las invasiones, señala que 20 por ciento de los asentamientos irregulares registrados hasta el año 2000 en el DF se encontraban en barrancas; es decir, 161, algunos de ellos con antigüedad de 10 a 22 años.

Iztapalapa sólo tiene siete barrancas, pero es la más afectada en este sentido, pues hay 4 mil 476 viviendas en ellas; en Alvaro Obregón hay 3 mil 862 casas en sus 16 depresiones naturales; en Cuajimalpa suman 498 viviendas en 14 de esas áreas de conservación, y en la GAM suman mil 41 casas en sus 10 barrancas.

La PAOT añade que también se ha constatado que se arrojan en esos lugares aceites automotrices usados, y «un solo litro de esos residuos puede afectar la calidad de un millón de litros de agua potable». Ante esa situación, el organismo exige mayor atención de las autoridades capitalinas responsables, pues hasta la fecha prevalece la dispersión de esfuerzos ante esa problemática.

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