Contaminación

No hay un inventario seguro sobre los Askareles

Los askareles, conocidos científicamente como bifenilos policlorados (BPC) y bifenilos polibromados (BPB), 4 décadas después de haber sido introducidos al mercado mundial, son ahora relacionados con contaminaciones globales extensivas y con graves enfermedades.

Desde la década de 1960 se detectaron niveles significativos de BPC en el aire, suelos, aguas, sedimentos, vida acuática y terrestre, así como tejidos humanos en todo el mundo. La alarma cundió en Japón en 1968, cuando varias personas que consumieron aceite de cocina que se contaminó con BPC durante su fabricación, presentaron síntomas de intoxicación química. Algunos cayeron gravemente enfermos y otros murieron.

Como su nombre lo indica, los BPC pertenecen a una clase de compuesto que posee un número variable de átomos de cloro. Además, también contienen naftaleno clorado y dibenzofuranos clorados, según la Guía de las Sustancias Contaminates, documento elaborado por John Harte, Cheryl Holdren, Richard Schneider y Christine Shirley.

Por ser poco inflamables, los BPC se utilizaron para aislar y enfriar componentes eléctricos tales como transformadores y capacitadores, así como en líquidos y lubricantes eléctricos. Aunque en estas aplicaciones está restringido el flujo de BPC al ambiente, sucede una situación totalmente diferente con plastificadores, en tintas y colorantes de telas, en mezclas plaguicidas, adhesivos, revestimientos para proteger madera y en papel de copia sin carbón.

Los BPB difieren de los BPC en que se unen átomos de bromo, en vez de cloro, a la estructura básica. Los 2 compuestos comparten la característica de ser poco inflamables y por ello tienen aplicaciones similares. Los BPB se usan principalmente como protectores contra incendios, aunque también en partes de plástico expuestas a calentamiento, como televisores, radios, aparatos de oficina, máquinas de escribir e incluso herramientas.

Al igual que los BPC, los BPB también son peligrosos pues contaminan ganado lechero, gallinas y huevos. Por esta causa se han tenido que sacrificar 1.5 millones de gallinas y 23,000 vacas lecheras.

Almacenamiento en México

En el país, los BPC se encuentran distribuidos a lo largo de todo el territorio y particularmente en instalaciones de generación eléctrica (incluyendo hidroeléctricas), sub-estaciones, complejos industriales, pozos de agua (bombas) y centros de almacenamiento de paraestatales como la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Diversas comunidades han presentado denuncias por el almacenamiento inadecuado de BPC por parte de la CFE en Ciudad Juárez, Chihuahua y Perote, mientras que otras inspecciones han encontrado irregularidades en Tamaulipas, Estado de México y plantas cercanas a Valle de Bravo.

También se han detectado problemas en talleres particulares de reparación de transformadores eléctricos que no cuentan con sistemas de tratamiento y almacenamiento adecuados. El Instituto Nacional de Ecología (INE) ha realizado esfuerzos para tratar de actualizar y completar el inventario de askareles. Por el momento, el inventario muestra que las instituciones con mayor volumen de BPC son Petróleos Mexicanos (petroquímica con cerca de 179.22 toneladas y refinación 688.77 toneladas), la CFE (2,058.38 toneladas), Luz y Fuerza del Centro (3,422.25 toneladas), el metro de la ciudad de México (576.93 toneladas) y otros (datos extrapolados: 6,045.14 toneladas).

Según Greenpeace el inventario realizado por las autoridades se lleva a cabo mediante dos métodos. El primero consiste en la recopilación de la información disponible de diversas fuentes bien documentadas y la correspondencia entre la energía eléctrica generada y el volumen de equipos de BPC en funcionamiento hasta el momento de su prohibición.

El segundo método parte del principio de que la mayoría de los BPC se utilizaron en equipos para la generación de electricidad y se compara este factor con los reportados por Estados Unidos y Canadá. El primer método proporciona un intervalo de entre 6,000 y 20,000 toneladas métricas de BPC líquidos y hasta 5 veces este volumen para los equipos contaminados y el segundo da un intervalo de entre 11,500 y 13,600 toneladas métricas de BPC líquidos y alrededor de 32,000 toneladas métricas en equipos y suelo contaminados.

Por no contar con infraestructura necesaria, los askareles se exportan hacia países europeos, principalmente a la empresa Ekokem en Finlandia y en menor medida a Holanda, Inglaterra y Francia. La exportación total de BPC ha sido de 2,500 toneladas entre 1995 y 1999, mientras que desde el 31 de marzo de 1996, el INE ha otorgado permisos para la exportación de 1,528 toneladas métricas de BPC, de las cuales 1,350 fueron enviadas a Finlandia.

Es importante recalcar que aunque las autoridades mexicanas han recibido propuestas por parte de empresas extranjeras para incinerar o para incluso darles otro tipo de tratamiento a los BPC, por razones hasta ahora no explicadas claramente no les han extendido la autorización necesaria para iniciar operaciones. En cuanto a incineración, este método ha sido detenido por presiones de la sociedad, por ejemplo, la Organización Amas de Casa de Playas de Tijuana, en Baja California.

Antecedentes de exposición y distribución

Los bifenilos policlorados y organoclorados relacionados, como el DDT y la dioxina, son los compuestos químicos más distribuidos y persistentes que se conocen. Aunque la elaboración de los BPC fue suspendida a mediados de los años sesenta, aún quedan reservas significativas en suelos, sedimentos, aguas, basureros, transformadores y capacitadores.

Si se incineran de manera deficiente, es decir a temperaturas que no son lo bastante altas para destruirlas, escapan a la atmósfera. En varios lugares de los Grandes Lagos se han detectado niveles particularmente altos de BPC, y ello representa una amenaza para la pesca comercial  y deportiva de muchos otros ríos y lagos de Estados Unidos. Según sea su grado de cloración, algunos BPC  reaccionan a la luz ultravioleta, produciendo nuevas formas mucho más tóxicas que los compuestos originales.

En México, el Instituto Nacional de Ecología (INE) no cuenta con datos precisos acerca de la localización y volúmenes de los BPC, a pesar de que fue el sector público el principal usuario de esta sustancia. Los cálculos oficiales estiman que son aproximadamente 6,500 toneladas las que hay en el país, aunque fuentes de la industria ubican unas 55,000 toneladas de equipos y residuos contaminados de BPC.

En el Plan Nacional de Desarrollo, en el apartado de Desarrollo Sustentable, existe el compromiso por la eliminación total de los askareles y la fecha límite es el 31 de diciembre de 2008. Sin embargo, para la administración anterior el objetivo era la eliminación total en 2003.

El único productor de BPC en América del Norte fue la empresa Monsanto Chemical Co., en Estados Unidos, que entre 1929 y 1977 produjo 700,000 toneladas en sus plantas de Illinois y Alabama, las cuales fueron cerradas en 1977 y 1970, respectivamente. Se estima que México importó entre 11,000 y 20,000 toneladas de Estados Unidos y Europa.

Adicionalmente, menores cantidades fueron importadas de la compañía Kanegafugi de Japón bajo el nombre de Keneclor en los años ochenta. México ha utilizado cantidades mucho menores de askareles que Estados Unidos o Canadá y apenas comienza a desarrollar una estructura regulatoria para su operación independiente de las disposiciones generales para el manejo de residuos peligrosos.

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