Contaminación

Monitoreo transfronterizo del aire

La contaminación atmosférica no respeta fronteras políticas. Eso ha quedado demostrado en las ciudades hermanas ubicadas en la línea fronteriza de México-Estados Unidos, las que comparten la mismas cuencas atmosféricas y, por tanto, la polución del aire.

A pesar de que por años el problema de la contaminación atmosférica en la zona fronteriza fue visto con una visión política desde los niveles federales de ambos gobiernos, hoy ya se han dado pasos firmes para emprender acciones tendentes a mejorar la calidad del aire y de vida de quienes habitan en esa área.

Apenas a finales del año anterior, la ciudad estadounidense de Calexico, California, que hace frontera con Mexicali, Baja California, fue calificada por científicos de aquel país como la comunidad más contaminada por monóxido de carbono. Esto, se dijo, se debe a su vecindad con Mexicali, que hoy tiene una de las cuencas atmosféricas más contaminadas de México.

Uno de los centros urbanos más grandes de la región fronteriza es el área de Ciudad Juárez, El Paso y Sunland Park, en la convergencia de las fronteras de Chihuahua, Texas y Nuevo México, a la que con frecuencia se le denomina la región Paso del Norte.

Cerca de dos millones de personas viven en este centro urbano de rápido crecimiento, y las proyecciones actuales prevén la duplicación de esa población en las próximas dos décadas.

La fuerza motriz detrás de esta expansión es una economía dinámica basada en el comercio transfronterizo y la industria maquiladora, en pleno auge, pero este crecimiento ejerce enormes presiones sobre los recursos naturales, bienes y servicios. En términos de la calidad del aire, los problemas principales incluyen el número creciente de automóviles particulares y autobuses de pasajeros que se usan en la zona, un aumento en el tráfico transfronterizo de camiones de carga, emisiones industriales cada vez mayores y la urbanización caótica, que conlleva más caminos sin pavimentar, mayor pérdida de cobertura terrestre y más incineración de la basura.

Los residentes de Ciudad Juárez, El Paso y Sunland Park comparten un mismo medio ambiente. Situado entre las montañas de Franklin y la Sierra de Juárez, el Paso del Norte tiene una cuenca atmosférica común, delimitada por las montañas circundantes. La topografía, meteorología y las presiones económicas y demográficas se conjugan para influir en la calidad del aire que se respira.

Al igual que en otras partes de la zona fronteriza, las normas de calidad del aire de México y estándares de Estados Unidos son rebasadas con frecuencia en la cuenca atmosférica del Paso del Norte, lo que constituye un riesgo para las personas sensibles, como los niños, los ancianos y quienes padecen enfermedades cardiovasculares y pulmonares.

Datos recientes indican que la exposición prolongada a estos contaminantes atmosféricos es peligrosa aun para los individuos sanos. Puesto que la contaminación no conoce fronteras políticas, el carácter binacional y triestatal de esta región representa un obstáculo significativo para que la comunidad pueda abordar su problema común relativo a la calidad del aire.

Una gestión binacional del aire

En Estados Unidos, la Agencia de Protección al Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) fija límites llamados Estándares Ambientales Nacionales de la Calidad del Aire (NAAQS). En tanto que en México, la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) fija los límites en la Norma de Calidad del Aire.

Desde la década de 1970, El Paso ha fallado en cumplir con los estándares de la EPA para el monóxido de carbono, partículas suspendidas y ozono. A pesar de que el estado de Texas y la ciudad de El Paso, con la guía de la EPA, han aplicado medidas para reducir las emisiones, los informes de monitoreo muestran que las concentraciones ambientales de estos contaminantes han estado aumentando. Actualmente, dos áreas pequeñas no reguladas pertenecientes al condado de Doña Ana, han fallado en cumplir los NAAQS: Sunland Park por ozono y Anthony por partículas suspendidas.

En los últimos diez años, Estados Unidos y México han puesto en práctica iniciativas de cooperación para tratar estos problemas de calidad del aire en el espacio aéreo compartido. Entre estos esfuerzos está el Anexo V del Acuerdo de La Paz en 1983, el cual provee asesoría a problemas de calidad del aire en las ciudades hermanas del área fronteriza; la creación del subgrupo de trabajo de El Paso/Ciudad Juárez/Sunland Park bajo el Plan Ambiental Integrado de la Frontera, y la formación del Equipo de Trabajo para la Calidad del Aire de El Paso del Norte.

A pesar de las iniciativas binacionales, desde agosto de 1995 hasta enero de 1998, cuatro excedentes a los NAAQS se han registrado para el ozono en esta área. Mientras tanto, en Ciudad Juárez la calidad del aire aún es mala, y la principal fuente de contaminación es una flota vehicular de aproximadamente 420 mil autos, de los cuales más de la mitad son modelos anteriores a 1986.

Asimismo, más de 400 ladrilleras rústicas usan llantas de desecho y aserrín como combustible para la elaboración de sus productos, lo cual genera emisiones altamente contaminantes.

A esto se agregan cientos de kilómetros de calles que no poseen carpeta asfáltica, por lo que el movimiento continuo de vehículos levanta diariamente toneladas de polvo y residuos de origen biológico.

De acuerdo con el inventario de emisiones de esta ciudad, cada año se emiten al aire 605,760 toneladas de contaminantes de las que 530,873 provienen de los vehículos.

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