Contaminación

La filosofía de reducir, reciclar y reutilizar

La filosofía de las tres erres consiste en reducir, reciclar y reutilizar, y para alcanzar esta meta las empresas deben buscar nuevas ideas y tecnologías con el propósito de disminuir residuos, así como usar de forma adecuada el agua y la energía eléctrica. Mediante la aplicación de programas innovadores es posible reciclar el 97 por ciento de los residuos generados.

Desde el punto de vista de origen, los trabajadores deben contar con diferentes contenedores para depositar y separar los residuos sólidos, mismos que pueden reciclarse y reutilizarse en forma productiva, de manera que se transforman. Con los residuos de madera se elaboran muebles y utensilios de limpieza, con el vidrio se forman nuevos envases, el metal se funde y se pueden crear nuevas piezas metálicas y el aluminio se convierte en latas de refresco.

El sistema de producción de las empresas, enfocado al cuidado ambiental, debe poner mucho énfasis en el establecimiento de equipos de trabajo, que generalmente se conforman por seis u ocho personas. Cada grupo, aparte de su operación, tiene una función administrativa en cuanto al monitoreo y control de gastos, revisión de asuntos del personal y aspectos de seguridad. Pero, y esto es fundamental, uno de sus miembros es conocido como Punta de Estrella Ambiental, quien es el encargado de proteger los aspectos de cuidado ambiental de la producción de cada equipo. Es decir, es la conciencia ambiental de los trabajadores.

La relevancia de la operación de una empresa sustentable está basada en unir o atar dos aspectos: productividad y calidad, a otros dos: seguridad y respeto por el medio ambiente. Dentro de este contexto, se debe mencionar el uso intensivo de técnicas para el tratamiento del agua de abasto y aguas residuales y de técnicas de reuso que convierten el líquido con alto contenido de sales en potable. Una empresa debe apostarle a tener el rango más amplio posible de soluciones entrelazadas y demostrar que es posible combinar resultados técnicos y económicos exitosos con un compromiso social y ambiental sólido.

Un complejo industrial puede utilizar una variedad de procesos físicos, químicos y biológicos, los cuales permiten recuperar y reusar 70 por ciento de las aguas residuales industriales y sanitarias. Gracias al uso selectivo de procesos –desde los más sencillos, como las pilas de evaporación solar, hasta los más avanzados, como las técnicas de membranas–, es posible diseñar un programa de conservación y recuperación que puede constituir un verdadero «traje a la medida».

El sistema de recuperación de salmuera (subproducto del tratamiento del agua de pozo), que involucra los procesos de suavización, microfiltración, ósmosis inversa y pilas de evaporación solar, ha permitido el uso eficiente de agua de pozo al aumentar la cantidad de agua utilizable extraída del subsuelo de 67 a 94 por ciento.

La mejor prueba de que cada vez más productos pueden ser manufacturados utilizando menos agua y que la sustentabilidad puede ir de la mano con los negocios, es la empresa General Motors de México (GMM) que recibió el premio Estocolmo 2001-Agua en la Industria, otorgado por la Fundación del Agua de Estocolmo, la Academia Real Sueca de Ciencias de Ingeniería y el Consejo Mundial de Negocios para el Desarrollo Sustentable.

El complejo que GMM tiene instalado en Ramos Arizpe se hizo acreedor al premio y está localizado en un área donde la escasez de agua es extrema (85 kilómetros al oeste de la ciudad de Monterrey).

Los desafíos que enfrentó la compañía fueron múltiples: asegurar los volúmenes de agua requeridos para la producción sin sobreexplotar el acuífero (que también abastece de agua a la localidad); desalinizar el agua del pozo, y establecer procesos de reuso para las aguas residuales industriales y sanitarias dentro del marco de un programa de conservación y recuperación del agua.

Ahora, GMM en Ramos Arizpe tiene una laguna artificial con agua tratada que sirve como hábitat de diversas especies de peces y aves como testimonio de su responsabilidad social para realizar prácticas de negocios sustentables.

Una planta con vocación ambientalista

El proyecto Eco es un concepto que se refiere a la creación de una planta que desde sus inicios sea un modelo de calidad, productividad, seguridad y respeto por el medio ambiente. Tal es el caso de la planta de GMM en Silao, Guanajuato, la cual desde que inició operaciones en 1994 nació con vocación ambientalista.

El residuo sólido que más aporta la planta para el reciclaje es la lámina de acero derivado del recorte de estampado. Además, se recuperan materiales como cartón, madera, plástico, aluminio, cobre, bronce y chatarra metálica. Sólo 3 por ciento de los residuos se manda a confinamiento, incineración y relleno sanitario.

Gracias a un avanzado sistema de pintura se sustituye solvente por base agua y esto a su vez reduce de manera considerable las emisiones contaminantes a la atmósfera y disminuye notablemente el consumo de agua por unidad producida. Por ejemplo, en 1996 el volumen de agua por unidad producida era de 5.16 metros cúbicos y actualmente es de 2.4 metros cúbicos.

De igual manera, según informó la empresa, también ha disminuido el uso de pintura y solventes, principales generadores de compuestos orgánicos volátiles (COV) en 25 por ciento, entre 1998 y el año 2001. Esto se ha logrado gracias a la aplicación de sistemas automáticos (robots y turbo-campanas), que hacen más eficiente el manejo de materiales como primer, base y pintura; así como el uso de equipos electroestáticos con los que se logra una mayor transferencia de pintura en la carrocería de las unidades. Por último, en este rubro destaca la estructuración de un sistema de tratamiento de aguas residuales computarizado que permite reciclar el agua utilizada en la producción de vehículos.

El complejo industrial cuenta con estaciones de monitoreo de aire perimetral que determina en forma cotidiana el efecto de las emisiones de la planta sobre la calidad del aire en los alrededores y, según se destacó, los niveles de emisiones de todas las plantas de GMM son más bajos que los establecidos por las normas oficiales mexicanas.

Mediante el proceso de auditoria ambiental voluntaria, las plantas de GMM superaron los estándares requeridos por la normatividad vigente y por ello fue merecedora del Certificado Industria Limpia, reconocimiento de mayor categoría otorgado por la autoridad ambiental. Las plantas de la empresa también sobresalen por sus sistemas de administración ambiental, los cuales se basan en el estándar internacional ISO 14001.

De hecho, el complejo Silao representa las instalaciones más modernas con las que cuenta GMM y la relevancia de su operación está basada en su productividad y calidad, que le ha permitido implantar récords en el Harbour Report North America y a recibir el Premio Nacional de Calidad.

En marzo de este año, el complejo Silao fue reconocido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) por haber obtenido la primera y segunda fases de autogestión en materia de seguridad e higiene, lo que es logrado por tercer año consecutivo. Silao también ganó el Chairman Honors Award en materia de seguridad, por ser la empresa con menor número de accidentes durante 1998.

Hace 65 años GMM se asentó en México y en la actualidad tiene tres complejos manufactureros ubicados en Toluca, Estado de México; Ramos Arizpe, Coahuila, y Silao, Guanajuato. Comercializa las marcas Chevrolet, Pontiac, Cadillac y Saab. La corporación es la primera compañía que recibe el sello de sustentabilidad que otorga el Instituto del Negocio Sustentable (Sustainable Business Institute), por su compromiso de integrar objetivos ambientales, sociales y económicos dentro de sus decisiones diarias de negocios y en sus planes a futuro.

Reducir residuos y contaminantes, conservar los recursos y usar materiales reciclados en cada uno de los productos desarrollados y utilizados, es una meta que cualquier empresa puede alcanzar. Esto, desde luego, durante todo el ciclo de producción, desde su diseño hasta su manufactura, y considerando un balance entre lo económico y lo ambiental.

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