Contaminación

La biorremediación suelos contaminados con hidrocarburos

El manejo inadecuado de los materiales y residuos peligrosos ha generado en todo el mundo un problema de contaminación de los suelos y cuerpos de agua. Entre las más severas contaminaciones destacan las que se produjeron y todavía se producen a causa de la extracción y el manejo del petróleo en todos los países productores de hidrocarburos en América Latina; principalmente en Venezuela, Brasil, México, Argentina y Ecuador. Dichos daños han provocado un deterioro creciente de las fuentes de abastecimiento de agua potable, ya sea superficiales o subterráneas.

En México todavía se desconoce el tamaño real del problema. Aunque se sabe, dada la importante actividad petrolera, que se cuenta con una cifra muy alta de sitios en donde se requiere efectuar acciones de remediación. Lo que más complica la problemática de aquellos sitios contaminados por hidrocarburos, es que hasta hace pocos años, prácticamente no existía una conciencia del grado de dificultad y del enorme costo que la remediación de los suelos y cuerpos de agua contaminados representan para la sociedad, haciéndose patente que resulta más caro remediar que prevenir.

¿Qué se ha hecho en el pasado?

Se han aplicado diversas técnicas, con variado índice de éxito para contrarrestar el efecto de la contaminación por hidrocarburos. Sin embargo, no se elaboró una guía que permitiese analizar la eficacia, costos, así como las ventajas y desventajas en general de la aplicación de dichas técnicas en México.

Una de las prácticas más comunes que se ha realizado en el pasado, consiste en la utilización de encapsuladores para estabilizar presas de crudo. Estos productos absorben el hidrocarburo y lo retienen en su estructura interna. Pero la mayoría de los encapsuladores no contienen algún componente que lleve a cabo la biodegradación con el fin de descomponer el petróleo encapsulado.

Además de que ciertos contaminantes como los son algunos compuestos orgánicos no polares (aceites y grasas, hidrocarburos aromáticos, halogenados), así como algunos compuestos orgánicos polares (alcoholes, ácidos orgánicos) pueden retardar o inhibir la hidratación adecuada de los encapsuladores evitando su correcta cementación o endurecimiento. Por ello los sitios quedarían vulnerables a la contaminación del agua freática, en caso de que se rompiera la estructura de retención. Otro inconveniente importante de esta técnica, es el aumento considerable del volumen del material tratado.

En otros casos se han aplicado productos a base de detergentes, con el objeto de hacer un lavado del suelo y así separar la matriz (suelo, sedimento o agua) del hidrocarburo a un costo considerable.

Los surfactantes sintéticos frecuentemente aplicados en el lavado de suelos, debido a su alta solubilidad, movilizan contaminantes orgánicos adsorbidos o absorbidos al suelo. No obstante, ellos tienden a inhibir la actividad microbiológica sobre las moléculas del contaminante.

En México se usó esta tecnología para la limpieza de 45,000 toneladas de sedimentos contaminados por hidrocarburos.

El proyecto se ejecutó con mucho éxito debido a las características favorables del sedimento contaminado, aunque ciertas propiedades del sedimento como la textura (alto contenido de arcillas) y el contenido de materia orgánica resultaron un limitante para esta tecnología.

En varios sitios contaminados por la industria petrolera mexicana se aplica el concepto de la biorremediación con resultados regulares debido a problemas en la estimulación de las bacterias y del monitoreo continuo de los sitios. Así mismo, estas primeras experiencias son promisorias y deben continuarse en el futuro.

Tecnologías como el proceso de incineración, la desorción térmica, extracción con vapor o la vitrificación resultan demasiado costosas o ecológicamente incompatibles para considerarse como una solución viable.

El poder descontaminante

Mientras tanto, el ecosistema natural está trabajando sin descanso en respuesta a la contaminación con hidrocarburos. Se conoce perfectamente que algunas bacterias del suelo aumentan el proceso microbiológico el cual puede a su vez, degradar y descomponer el aceite mineral y restituirlo al ciclo natural en una forma no tóxica.

La naturaleza puede subsanar incluso los peores daños ambientales ocasionados por hidrocarburos del petróleo empleando para ello su capacidad de regeneración, siempre y cuando ésta tenga tiempo para hacerlo.

Para lo anterior, podrían ser necesarias varias decenas de años hasta que el crudo se haya descompuesto totalmente, a menos que el hombre promueva el proceso apoyando a los microorganismos en ese trabajo.

Los sitios contaminados

El principio arriba mencionado se fundamenta en la técnica de biorremediación usada mundialmente como una alternativa ecológica compatible y de bajo costo en la remediación de suelos contaminados por hidrocarburos. Las empresas Petroecuador, City/Albertaenergy y la Unión Europea cofinanciaron el proyecto.

Centenas de presas de crudo alrededor de las plataformas de perforación en el oriente ecuatoriano habían sido utilizadas en el pasado como vertederos de desechos tóxicos. Esas presas abiertas habían sido cubiertas con una simple capa de tierra, por lo cual el suelo se llegó a mezclar con los contaminantes debido a la fuerza de gravedad, y el crudo se derramó por rebosamiento en los sistemas fluviales adyacentes.

Un programa de muestreo descubrió los vertederos cubiertos de esta manera. Se analizó un perfil químico completo antes de tomar las medidas pertinentes. Los datos analíticos preliminares arrojaron valores iniciales del contenido total de hidrocarburos (THP) de entre 50,000 y 120,000 ppm en las presas cerradas.

Se procedió a preparar áreas de tratamiento alrededor de las plataformas en cuya base se colocó un revestimiento impermeable y se estableció una red de drenaje para recuperar el agua superficial de escorrentía, que sirvió como agua de riego en el proceso de remediación. El siguiente paso fue la excavación de las presas, el contenido de las cuales se distribuyó en una biopila con una profundidad máxima de 30 centímetros.

La limpieza

Se aplicaron varias cepas de bacterias nativas condicionadas por especialistas. Las plataformas de tratamiento en tierra fueron aireadas periódicamente con una herramienta de labranza y regadas cuando era necesario.

El principio básico del proceso de biorremediación consiste en la destrucción de la estructura de los hidrocarburos para convertirlos en los componentes no tóxicos de bióxido de carbono, agua y biomasa (figura 1). Esto se logra mediante el cultivo de bacterias endémicas con capacidad de adaptación a las condiciones ambientales y a las características del suelo en el sitio del tratamiento.

Las respectivas muestras microbiológicas originales (blancos) fueron tomadas de los perfiles del suelo alrededor de los sitios contaminados.

El proceso en cuestión consistió en la inoculación del material contaminado por petróleo con varias cepas de microorganismos combinadas con aminoácidos, enzimas, vitaminas, minerales y nutrientes que mejoran la biorreceptividad y la capacidad metabólica de las bacterias aumentando su capacidad de oxigenación y mineralización de los hidrocarburos. Como cualquier otro organismo, los pequeños comedores de petróleo necesitan alimentos para vivir y multiplicarse, incluso carbono, fósforo, nitrógeno y oligoelementos; en otras palabras, con su enorme apetito por los hidrocarburos, las bacterias literalmente se los comen y van limpiando el suelo.

Los resultados obtenidos

e ha utilizado un sistema de monitoreo independiente, contratando 2 laboratorios distintos. Los servicios de análisis y control se hicieron cada 21 a 30 días, en los sitios de tratamiento de suelos.

En la fase piloto se trataron con éxito aproximadamente 140,000 toneladas de suelos en plataformas; se recuperaron en su totalidad 35 sitios contaminados, y se aplicó una tecnología de bajo costo y ecológicamente compatible. Se obtuvieron niveles de hidrocarburos totales de petróleo (THP) muy inferiores a las 5,000 ppm, valor que había determinado el gobierno ecuatoriano en casos anteriores. Las plataformas en las que se aplicó el tratamiento por más 90 días alcanzaron valores de THP por debajo de 3,000 ppm.

La concentración de hidrocarburos totales de petróleo está disminuyendo rápidamente con el tiempo, incluso en un entorno adverso y con alta pluviosidad, que no suele ser una condición favorable para este tipo de tratamiento de suelos.

Los sitios siguen siendo analizados sistemáticamente, después de 9 meses de iniciado el proceso, los suelos satisfacen las normas internacionales aplicables a la concentración total de hidrocarburos.

Las plataformas de tratamiento, tanto como las muestras de suelos blancos recogidos de la región, no muestran valores elevados de metales pesados y cumplen las normas alemanas para el uso agrícola, con la excepción de bario (Ba). En unos de los suelos tratados se encontraban muy altos valores de (Ba), proveniente de lodos de perforación, que durante el proceso exploratorio del pozo petrolero se bombeó en la misma presa de petróleo.

Cabe señalar que la biorremediación no es aplicable en aquellos casos en que los suelos han sido contaminados por metales pesados y otros compuestos recalcitrantes.

En comparación con las tecnologías disponibles, la biorremediación, aún de larga duración (más de 90 días) y de extensa labor, alcanza costos de limpieza por tonelada de suelo tratado considerablemente más bajos que cualquier otra tecnología disponible en el mercado.

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