Teorema Ambiental/Redacción
Este miércoles inició la operación de los Laboratorios de Referencia e Investigación del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), durante la celebración del foro: “Lecciones Aprendidas de la Evaluación Subnacional de la Política Nacional de Cambio Climático en el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático”.
Su objetivo será determinar el patrón nacional de comportamiento del ozono y las partículas suspendidas, además de medir las concentraciones de carbono negro, que influye en el calentamiento global, explicó Amparo Martínez, directora del Instituto.
Este modelo funciona de manera similar al extinto Centro de Capacitación e Investigación Ambiental, para identificar, evaluar y examinar los elementos tóxicos que hay en el ambiente, indicó. Esto, siete años después de la cancelación del proyecto anterior, que durante más de dos décadas realizó estas funciones.
Para implementar este nuevo laboratorio el INECC contó con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional y cuenta con un modelo único en el país.
Durante su intervención, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Toledo, consideró que los laboratorios son un acto heroico y de resistencia. “Es parte de la soberanía científico tecnológica que también requiere el país, la tendencia mundial es a la corporativización del conocimiento. Las grandes empresas pagan el conocimiento, la ciencia y tecnología deben caer en la discusión que se mantiene en el país, estos laboratorios son un ejemplo de soberanía y de resistencia”, explicó.
En estos laboratorios se identifican, examinan, evalúan y cuantifican en el medio ambiente los elementos tóxicos como los Forzantes Climáticos de Vida Corta además de compuestos orgánicos tóxicos, metales, plaguicidas, bifenilos policlorados y organismos genéticamente modificados. Además es depositario del Patrón Nacional para Medición de Fracción de Cantidad de Ozono.
Cuentan con unidades móviles con sensores remotos, unidades de monitoreo de contaminantes criterios, de compuestos orgánicos volátiles y de medición de los perfiles atmosféricos para la determinación vertical de las variables meteorológicas. Con lo que serán capaces de medir el impacto de las quemas agrícolas de Morelos en la atmósfera de la Zona Metropolitana del Valle de México.
La Evaluación Subnacional de la Política Nacional de Cambio Climático (PNCC) conducida en 2018, y cuyos resultados se publicaron en febrero de 2019, abarcó los dos ámbitos fundamentales de la política climática: mitigación y adaptación. En el primer caso, la generación de energía eléctrica, el transporte y los residuos urbanos; mientras que en el segundo, los instrumentos para reducir la vulnerabilidad en municipios más expuestos.
Esta evaluación se enfocó en los estados de Sinaloa, Nuevo León, Jalisco, Estado de México, Veracruz y Yucatán. En cada uno de ellos, con base en criterios cualitativos y cuantitativos, se eligieron tres municipios: Ecatepec, Toluca y Villa de Allende, en el Estado de México; Cuautitlán de García Barragán, Guadalajara y Puerto Vallarta, en Jalisco; Galeana, Linares y Monterrey, en Nuevo León; Ahome, Sinaloa y Culiacán, en Sinaloa; Atzalan, Veracruz y Coatzacoalcos, en Veracruz, y Chichimilá, Mérida y Tizimin, en Yucatán.
En 2019, participan 13 países de la región.
