El empleo de jabones y detergentes se ha venido generalizando tanto en la industria como en el ámbito doméstico. Con el crecimiento de las ciudades las descargas de aguas contaminadas a partir de los residuos de estos productos han aumentado. Frente a este problema los científicos se dedicaron a realizar estudios que les permitan disminuir los efectos nocivos que conlleva la contaminación hídrica.
Las enzimas lipasas obtenidas a partir de hongos y bacterias permiten la producción de jabones y detergentes que reducen el uso de sustancias de impacto ambiental.
Los jabones y detergentes contienen compuestos químicos, con una estructura compleja y con la propiedad de disolverse fácilmente en agua; como resultado, tienen excelentes propiedades limpiadoras. Empero, estas sustancias son contaminantes y resultan de alto riesgo para el medio ambiente, pues afectan aguas de ríos, arroyos y lagos.
Cada vez son más las empresas que ofrecen «ultra» jabones y detergentes para una «mejor limpieza»; pero también crece la preocupación por reducir el impacto ambiental a consecuencia de su empleo.
En el mercado de estos productos se observa una fuerte competencia entre las empresas que buscan un artículo que además de limpiar, no contamine.
Una respuesta a esta demanda se encuentra en las investigaciones científicas, cuyos resultados plantean que mediante el uso de enzimas como las proteasas y lipasas se pueden elaborar jabones.
Las lipasas actúan sobre compuestos grasos convirtiéndolos en otros más solubles que son retirados en el proceso normal de lavado.
La Agencia Universitaria de Periodismo Científico (Aupec), con sede en Colombia, informa que se han obtenido lipasas con características óptimas para este fin a partir de varios microorganismos, como algunos hongos y bacterias.
Los informes más recientes refieren que las lipasas eran producidas por un tipo de bacterias presentes en los organismos vivos, pero no se había podido encontrar este microorganismo en su medio natural.
Tras diversos estudios, investigadores de la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica, encontraron microorganismos productores de lipasa y procedieron a formular un detergente.
Esta bacteria perteneciente al grupo de las pseudomonas fue hallada en una muestra de suelo en Wisconsin, Estados Unidos, por lo que los investigadores la denominaron Pseudomona wisconsinensis. Este microorganismo aporta el gen que define la producción de lipasa la cual se utiliza como aditivo en los jabones, refiere la Aupec.
Una vez obtenido el microorganismo, los especialistas procedieron a aislar el gen que define la producción de lipasa, clonarlo e incluirlo en los procesos industriales.
Así se ensayó en la industria como un aditivo en los detergentes. Se encontró que con el uso de esta enzima se requiere menor cantidad de jabón, por lo tanto, se garantiza un menor impacto en el medio ambiente y la limpieza es más eficaz.
La peligrosidad de los fosfatos
La mayoría de los detergentes contienen fosfatos (compuestos químicos con fósforo), los cuales son empleados por los fabricantes de detergentes para ablandar el agua y evitar que las partículas de mugre vuelvan a depositarse en la ropa.
Dichas sustancias, que forman parte de los detergentes y jabones, al ser vertidas a los ríos y lagos, provocan la presencia de algas, las cuales crecen sin control. Al morir éstas, las bacterias proceden a descomponerlas y, durante este proceso, consumen cantidades enormes de oxígeno disuelto en el agua, el cual es necesario para la vida acuática.
Según grupos ambientalistas, en los envases de detergentes, aparece la cantidad de fósforo «en forma de fosfatos» que contienen. Para calcular la cantidad real se debe multiplicar el porcentaje de fósforo por tres. Es decir: si en el envase dice 8 por ciento de fósforo, eso equivale a 24 por ciento de fosfatos.
Advierten que algunos detergentes y jabones necesitan hasta 150 años para que ocurra su biodegradación, por lo que la obtención de productos no contaminantes toma un nuevo valor en esta industria.
