Contaminación

Eficiencia en la incineración de residuos peligrosos

Tratamiento de cenizas

Como regla general, se encontró que las cenizas volantes y de fondo se almacenan en contenedores temporales dentro de las mismas plantas y por último, se disponen sin ningún tratamiento en rellenos sanitarios, ya que según informaron los operadores, los análisis para determinar la peligrosidad de estos residuos han reportado siempre resultados negativos.

La excepción es la planta 9 que reincinera sus cenizas volantes. Sin embargo, éste no se considera un tratamiento adecuado, ya que ocasiona que los metales fluyan constantemente en un circuito cerrado dentro del sistema, sin posibilidad de salida. Así, cada vez se incrementará su concentración en los gases o en las cenizas volantes.

Evaluación

La evaluación integral de los procesos de incineración que se observaron, se basó tanto en los aspectos que se percibieron durante las visitas, como en los análisis practicados en las cenizas.

Prácticas de operación de las plantas

Los parámetros de operación son las variables del proceso de incineración que determinan el desempeño correcto de los sistemas, tales como la tecnología del horno, las temperaturas en las cámaras de combustión y de los gases en la chimenea, tiempo de residencia de los gases y tratamiento de los residuos generados, además de otros aspectos no técnicos, como el tipo de combustible o el precio del servicio que ofrecen.

Valoración

La valoración se realizó considerando principalmente los parámetros establecidos en el PROY-NOM-098-ECOL-2000, además de otros que no están citados en dicho documento, pero que por experiencia se sabe que son indispensables para que el proceso sea eficaz. Los valores fueron de 0, 1 y 2 para bueno, medio o buen desempeño, respectivamente, y se asignaron de acuerdo con los criterios que se mencionan en la tabla 1.

Caracterización de las cenizas

Las muestras de cenizas volantes y de fondo fueron colectadas de los contenedores de almacenamiento temporal y de los hornos en cada una de las empresas. Se depositaron en botellas de vidrio previamente lavadas y en el laboratorio de análisis ambientales del Centro Nacional de Investigación y Capacitación Ambiental (Cenica), fueron cuarteadas por el método de Jones, almacenadas en recipientes de polipropileno de alta densidad, etiquetadas y refrigeradas hasta el momento de realizar los análisis de pérdida por ignición.

Los resultados muestran que las cenizas de 4 de 8 plantas estuvieron abajo de 3 por ciento de pérdida de ignición, lo cual cumple con las regulaciones internacionales más estrictas, pero para las 4 plantas restantes, la PPI fue superior a 10 por ciento (tabla 2), lo cual coincide con la capacidad de mezclado de los procesos, donde se observa una relación inversamente proporcional entre la turbulencia de los equipos y la PPI de las cenizas que generaron. Se debe resaltar que la mayoría de las muestras de ceniza se recolectó durante la elaboración de un Protocolo de Pruebas, requisito previo a la expedición o renovación de la autorización de funcionamiento de las plantas, donde las condiciones de operación se mejoran notablemente, por lo que se puede esperar que durante la operación diaria se presenten resultados más desfavorables.

Conclusiones

En general, se detectaron deficiencias en los equipos, que van desde sistemas de alimentación manual o semiautomática inadecuados para el manejo de residuos peligrosos, hasta diseños inadecuados de los hornos y equipos de control de emisiones, que generan cenizas con grandes PPI; entre las plantas con la infraestructura más inadecuada están las 2, 3, 4 y 10.

Por ello la incineración en México tiene varios aspectos que se pueden mejorar. En primer lugar la turbulencia, que depende del tipo de tecnología de combustión empleada. Aquí es sobresaliente la proporción de los equipos de lecho fijo –aun cuando ésos son parte de una tecnología atrasada y poco eficiente– sobre otros sistemas de alimentación continua que proporcionan a los residuos el movimiento necesario para que haya una combustión más rápida y homogénea, y esto se reflejó claramente en los resultados de PPI de las cenizas muestreadas.

Asimismo, se deben controlar las temperaturas mínimas de combustión, ya que las plantas 1, 2, 6 y 10 presentaron temperaturas menores a 800ºC en la cámara de combustión primaria, incrementando el riesgo de generar dioxinas y furanos durante la combustión, porque están dentro del rango de generación de estos compuestos. Esto se debe en parte a que en el PROY-NOM-098-ECOL-2000 no existe ninguna indicación de la temperatura mínima requerida en la cámara de combustión primaria; de la misma forma, es necesario mejorar algunos de los sistemas de tratamiento de gases, ya que algunas instalaciones sólo cuentan con equipos de remoción de partículas antes de emitir los gases a la atmósfera.

Es importante destacar que prácticamente ninguna planta considera el tratamiento de cenizas, las cuales pueden contener concentraciones importantes de metales capaces de lixiviar, por lo que deberían analizarse y estabilizarse antes de enviarlas a disposición final.

Además, en ninguna instalación se incluye la recuperación de la energía generada durante la combustión, aunque en la actualidad esta medida sería poco rentable debido a que los equipos en su mayoría son muy pequeños y sólo es recomendable en plantas de mayor capacidad y con mejor infraestructura y mejores condiciones de operación.

Por último, debe resaltarse que también se encontraron equipos cuya operación se realiza de manera más cuidadosa, cuentan con tecnología de punta y equipos de control de emisiones adecuados, y entre éstos sobresale la planta 8, la cual tiene toda la infraestructura adecuada para la incineración de residuos peligrosos industriales, obtuvo la mayor puntuación, y fue una de las que presentan muy bajas PPI.

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