Contaminación

Contingencia por COVID-19, punto crucial para mejorar el aire de la ZMVM

El coordinador ejecutivo de la CAMe señala que esta coyuntura que ya se acerca a los 3 meses ha mostrado áreas de oportunidad para que podamos respirar aire de mejor calidad

Wendy Coss/José Luis Martínez

Ciudad de México, 18 de junio de 2020.— La contingencia sanitaria por COVID-19 en México empezó el 20 de marzo, justo al inicio de la temporada de ozono en la Zona Metropolitana del Valle de México, y sirvió para evitar que en los siguientes casi tres meses, la región no debiera declarar contingencias ambientales.

Sin embargo, el parón de actividades y el confinamiento no son una solución única al problema de la contaminación atmosférica de la que fuera la “Región más transparente del mundo”, al contrario surgieron otros factores que también deben tomarse en cuenta para encontrar mejores soluciones a la calidad del aire que respiramos en la región más poblada del país, conocida como la Megalópolis, que engloba los estados de: Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Querétaro.

Para conocer los aprendizajes surgidos a raíz de esta temporada de coyuntura, conversamos con Víctor Hugo Páramo, coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), el organismo intersecretarial del gobierno Federal cuyo objetivo es diseñar estrategias ambientales que permitan a los diferentes gobiernos estatales un trabajo coordinado.

—¿Cuáles son los aprendizajes que dejó la contingencia en temas ambientales para la Megalópolis?

—Lo primero que tenemos claro es que las poblaciones que viven en regiones con aire contaminado son más frágiles a las epidemias de salud porque este factor los hace menos resistentes al ataque de virus y bacterias, principalmente a niños y adultos mayores, así como las personas con padecimientos respiratorios como el asma o que padecen alguna otra enfermedad crónica.

Estudios científicos confirmaron que la incidencia y el riesgo de enfermedades como morbilidad o mortalidad asociados con el COVID-19 se incrementan cuando las personas se exponen a la contaminación del aire, principalmente en partículas PM10 y PM2.5, así como el dióxido de nitrógeno. Esto nos indica que es prioritario mejorar la calidad del aire de las ciudades mexicanas.

Esto aunado a los efectos que ya sabíamos del aire contaminado como las enfermedades que normalmente causa, los daños a la vegetación y los cultivos, con los costos elevados que representan este tipo de problemas.

—¿Reducir el parque vehicular en el Valle de México es la solución al problema?

—Esa es la segunda lección, los vehículos son una fuente muy importante de las emisiones. El haber reducido la circulación mostró una reducción asociada a las emisiones. Sin embargo, hay otras sustancias que forman ozono y partículas que también hay que reducir o eliminar. Por ejemplo las fugas de gas LP o la utilización de productos que emiten solventes, que también hay que reducir.

Hay otras fuentes que están fuera de los hogares y algunas son de tipo regional como las quemas agrícolas y los incendios forestales. El año pasado los humos llegaron desde otras regiones y provocaron un incremento en los precursores de ozono. Este año la situación no fue tan grave como el pasado cuando se exacerbaron las condiciones ambientales.

Pero el año pasado nos dimos cuenta que nos llegaron los humos desde las costas del Pacífico mexicano, la península de Yucatán e incluso desde Centroamérica y son fuentes que incrementan los niveles de partículas PM2.5 y además esos humos traen precursores reactivos que contribuyen en alguna medida en formar ozono.

Finalmente, las condiciones climáticas y meteorológicas siguen jugando un papel fundamental en el comportamiento de los contaminantes y estas condiciones, de alguna manera no dependen de la sociedad, pero si se ponen muy drásticas hay más posibilidades de tener concentraciones muy elevadas sobre todo de ozono.

—¿Qué tan rápido podemos transitar a normas y tecnologías que nos permitan adaptarnos a estas condiciones climáticas adversas?

—Hay cuestiones de normas que se quieren impulsar con aspectos como cambio de tecnologías, pero se detienen por aspectos económicos y entonces en el acuerdo se establece que sí se hagan estos cambios, pero en un lapso de diez años y nos damos cuenta que el aspecto económico es demasiado tomado en cuenta todavía.

Por ejemplo, el uso de motocicletas se ha multiplicado en la región, como una solución de movilidad mucho más eficiente. Sin embargo, no hay una norma que las regule adecuadamente y conforme aumente su volumen, afectarán las concentraciones de ozono en la región, aun cuando ya hay motocicletas eléctricas o mucho más eficientes en cuanto a sus sistemas de control de los humos y las partículas.

Entonces, al hacer la norma, tenemos que tratar que incluyan las tecnologías necesarias para que sean limpias y afortunadamente la política de la presente administración busca poner a las personas en un primerísimo lugar y dejar en segundo lugar la parte económica. Estas tecnologías sirven para proteger a la población y una población sana implica un menor gasto para los servicios de salud gubernamentales y las tecnologías me permiten lograr un equilibrio para llegar a ese fin.

—¿Cómo será la nueva normalidad en temas ambientales con estos aprendizajes?

—Ya nos dimos cuenta que sí podemos modificar nuestras formas de trabajo. Esta enseñanza no la podemos perder para acelerar la transición en estrategias como fomentar el trabajo a distancia, escalonamiento de horarios y una movilidad saludable y activa. El Hoy no Circula se puede acoplar de tal forma que se combine con el trabajo en casa y no tengas necesidad de moverte para que puedas trabajar en casa, puede funcionar mejor.

El gran reto está en lograr un transporte público seguro desde el punto de vista de salubridad, ese es un tema que los colegas están trabajando. Pero la ciudad también se está transformando para que la movilidad en bicicleta sea una realidad. Es un tema que debemos seguir impulsando, pero también hay que protegerlos, porque pueden sufrir afectaciones cuando hay índices de contaminación elevados y no es igual pedalear a tope que un pedaleo pausado.

También debería haber una ley que obligara a todos los gobiernos a tener disponibles todos sus trámites por internet, así como impulsar más el comercio y la banca digital, porque son actividades que generan muchos viajes. Esto con paneles solares, son algunos ejemplos de lo que se ha planteado a la fecha y a la luz de estas experiencias, poder jerarquizar de una manera diferente.

—¿Qué opina sobre la disputa que hay por la transición a energías limpias y la promoción a la industria petrolera de la Sener?

—Es importantísima esta transición. Entiendo que el Acuerdo por el que se emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad del Sistema Eléctrico Nacional de la Secretaría de Energía (Sener) está tocando algunos aspectos de cómo se estructuró esta industria y ahí es donde está la discusión con estas empresas y se refiere a desarrollos fotovoltaicos muy grandes o de energía eólica.

La visión de esta administración es que sí hay que entrarle a la transición energética, pero con una visión donde lo que hacemos es instalar estas tecnologías en casa, con un calentador solar o unos paneles solares para generar mi electricidad.

El tema es que vamos retrasados en esta transición. En nuestras ciudades deberíamos tener puro calentamiento solar del agua, quizás en algunas no es posible al cien por ciento, pero sí se pueden instalar en un porcentaje muy elevado y se puede complementar con otras tecnologías como una regadera ahorradora.

Porque la CAMe, junto con los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México dimos a conocer un paquete de medidas dirigidas a reducir las emisiones contaminantes, como las fugas de gas LP, pero hay aproximadamente 5.5 millones de hogares en la Zona Metropolitana del Valle de México y tapar las fugas en todos estos hogares es una tarea titánica.

Mientras que instalar mecanismos para el calentamiento de agua con energía solar es una medida que reduce la contaminación y te ayuda a reducir tu consumo de gas a la mitad, así como las veces que tienes que cambiar tu tanque de gas.

Otro tema importante es que para el Valle de México justo actualmente se está elaborando el nuevo Programa para Mejorar la Calidad del Aire (Proaire), es la actualización del programa en el Valle de México y en esta ocasión el estado de Hidalgo se incorporó por primera vez, por las implicaciones de contaminación que emiten en la zona de Tula, principalmente la Refinería de Pemex y la Termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero también hay muchas cementeras, industria química, etc.

Esta incorporación va a incorporar la cuenta de Tula y seguramente traerá medidas pertinentes para reducir las emisiones. Además fue una solicitud directa del gobierno de Hidalgo para sumarse, porque las emisiones y la contaminación que se producen en la Ciudad y el Edomex, también les llega a ellos, así como llega de allá para acá.

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