Contaminación

Análisis al programa de separación de residuos

En el último objetivo del programa, se pretende reducir el volumen de residuos depositados en el relleno sanitario. Para tener un impacto significativo en este aspecto es necesario incrementar considerablemente el número de sitios participantes en el PPS y el número de plantas de separación, lo cual daría como resultado una mayor cantidad de residuos separados y reutilizados, de esta forma –evitando el derroche de materias primas–, el volumen de residuos que tendría como destino final el relleno sanitario disminuiría, trayendo consigo beneficios económicos y un impacto positivo sobre el medio ambiente por una disminución en la generación de biogás (consecuencia de la degradación anaerobia de la materia orgánica).

Lo anterior es de suma importancia, ya que de acuerdo con lo mencionado por González del Carpio (2000), se debe hacer hincapié en el reciclaje o aprovechamiento de los materiales reciclables presentes en los residuos sólidos, dado que la ya conocida escasez de terrenos apropiados para la instalación de rellenos sanitarios, aunada a los altos costos de operación, hace necesario disminuir en lo posible el flujo de desechos por enterrar.

Se puede observar que en los objetivos descritos, no se fijaron periodos de tiempo para cubrirlos parcial o totalmente. Lo anterior es de suma importancia, ya que se requiere fijar un tiempo para el cumplimiento del objetivo que se pretende alcanzar. Sapay y Sapay (1988) mencionan que todo proyecto debe ser planificado en un corto, mediano y largo plazos, para poder determinar las variables que puedan ser medidas numéricamente, así como aquellas de carácter cualitativo de indudable incidencia en el comportamiento del proyecto sobre el tiempo.

Como lo señala el primer objetivo, es recomendable hacer una reestructuración al programa actual, incluyendo un buen planteamiento de metas a corto, mediano y largo plazos para que tenga mayor alcance. El efecto multiplicador que se pretende lograr requiere de una buena planificación y evaluación.

Los objetivos a largo plazo, usualmente dependerán de la extensión del programa y del logro deseado en los niveles de reducción–reciclaje.

De acuerdo con Bullock (1998), el desarrollo de algunos programas de reciclaje ha demostrado que éstos deben ser diseñados para cada sitio, tomando en cuenta que cada comunidad tiene su propia identidad geográfica y demográfica, una cultura propia, estratos sociales, una ruta y trazo exclusivo para la recolección y traslado de residuos, restricciones legales, financieras y requisitos específicos de mercado; aunque puede darse el caso donde diferentes zonas coincidan en algunos aspectos de manera muy general.

Es necesario que la comunidad que participará en el programa, establezca simultáneamente con las autoridades correspondientes las metas y objetivos, ya que esto será la base para poner en marcha el sistema.

Las metas y objetivos, deben considerar las necesidades específicas de una comunidad, tales como requerimientos de minimización de residuos y extensión de la vida útil de los rellenos sanitarios.

Por otra parte, es importante señalar que el éxito de un programa de separación en la fuente depende de su acoplamiento a un programa de colecta selectiva y a un plan de reciclaje; en este último se debe determinar el tipo de residuos reciclables que conformarán el objetivo inicial, además de los métodos que se servirán a los sectores doméstico, comercial, institucional y administrativo de la comunidad. Al mismo tiempo se debe asegurar la capacidad de procesamiento y la consecuencia sobre los manejos y acuerdos de mercado.

Según Baca (1997), al establecer objetivos y metas a mediano plazo se tiene la pauta para una nueva retroalimentación que incluye la continuidad del programa a partir de su implantación, los ajustes del programa, supervisiones y la planeación para un posible crecimiento del programa.

Si se contrasta este programa con lo que técnicamente se recomienda para su realización, se puede ampliar su análisis, en este sentido los puntos básicos que teóricamente deben conformar un programa son los siguientes:

Diseño del programa

Este paso incluye la planificación, evaluación de la situación inicial y la toma de decisiones necesarias para desarrollar un plan detallado de implantación, especificándose las variables que se pueden presentar dentro de todas las actividades en el programa hasta agotarlas. Esto es, con la finalidad de minimizar el número de errores que pudieran cometerse en el futuro, evitando así al máximo que se susciten cambios ante cualquier situación inesperada durante el funcionamiento del programa.

Este caso se ha venido dando un sinnúmero de veces en el PPS desde su puesta en marcha, ya que ha sido necesario modificarlo constantemente, debido a los cambios y obstáculos que se han presentado y que no fueron considerados en el planteamiento inicial.

Para la sustentación de un programa, toda inversión requiere de una base que la argumente, es decir un proyecto bien estructurado y evaluado que indique la pauta a seguir con seguridad y con un mínimo de errores.

En este apartado deben tomarse en cuenta todos los aspectos que requieran de presupuesto, entre otros el nivel de servicio que se dará durante la aplicación del programa, análisis financieros y de fondos realizados que se desarrollarán a detalle para reflejar el programa globalmente, costos de operatividad, la disponibilidad para lograr las metas por alcanzar, gastos imprevistos y la implantación para cada opción, que serán identificados a corto, mediano y largo plazos, y al mismo tiempo determinar las necesidades de autofinanciamiento. Se sugiere evaluar todas las opciones de financiamiento para identificar y adoptar la más viable, funcional, y de mínimo costo.

Con base en lo anterior, sería necesario modificar el programa existente y promoverlo de tal forma que se pueda lograr un buen incremento en el presupuesto asignado, ya que de no contar con mayores recursos por parte del gobierno u otro tipo de apoyos (por parte de empresas o por autofinanciamiento), será muy difícil hacer crecer dicho programa.

Para esto, sería recomendable buscar la participación de fabricantes y organizaciones que apoyen y patrocinen este programa, para que pueda llevarse a cabo el efecto multiplicador deseado. Además se requiere la participación de universitarios, comunidad científica, investigadores, especialistas, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y público en general para trabajar con mayor certeza en el programa. Actualmente son pocas las empresas que colaboran con la DGSU en cuanto a la elaboración de trípticos y propaganda.

A pesar del entusiasmo que se ha puesto en la implantación, funcionamiento y extensión del PPS, no se ha podido tener grandes alcances debido al bajo presupuesto destinado al programa.

Definitivamente el presupuesto con el que cuenta la DGSU para apoyar al PPS es limitado y aunque el ingreso del año 2000 casi se duplicó con respecto al que se tenía en 1999 (cantidad que permanecía hasta el primer semestre de 2001), este presupuesto sigue siendo limitado. Esta situación puede provocar el estancamiento del programa con los sitios que atiende actualmente, implicando una desaceleración en su crecimiento y resultando finalmente un obstáculo para el paso de un programa piloto a un programa a gran escala.

Para lograr autofinanciar el programa en algunos sitios, se podrían separar los residuos de acuerdo con su potencialidad de comercialización. Un caso muy específico es el del papel, ya que puede separarse en oficinas sin deteriorarse ni romperse y puede venderse por kilo en los centros de acopio sin necesidad de almacenar grandes volúmenes. Para el caso del PET, si se cuenta con un lugar adecuado para almacenar este material, facilitaría las cosas ya que quienes compran el plástico proporcionan los contenedores y dependiendo de la cantidad almacenada ellos mismos lo colectan.
De igual forma se podría exhortar a realizar el almacenamiento de latas de aluminio, que al seleccionarse también se vendería por kilogramo.

La planificación de un proyecto debe ser un proceso mediador entre el presente y el futuro. Ya que el futuro es incierto puesto que lo que ocurrirá mañana no sólo es el resultado de diferentes variables, sino que, como mencionan Sapay y Sapay (1997), también influyen las decisiones que se tomen en el presente, que es cuando se crean las variables. La planificación debe considerarse desde un punto de vista social, económico y político. De esta forma se plantea un mecanismo que permita seleccionar racionalmente y en el tiempo los objetivos optativos, que sean más viables de alcanzar en concordancia con los recursos proyectados y cuantificados en el tiempo.

Interdisciplinariedad

Toda construcción de un proyecto debe estructurarse interdisciplinariamente, puesto que se necesita de distintas instancias de apoyo técnico antes de ser sometidos a aprobación, ya que la toma de decisiones en el planteamiento de un proyecto debe ser de forma objetiva desde diferentes puntos de vista para alcanzar una visión más amplia y lograr ser más asertivos en las medidas tomadas. Una decisión de este tipo no puede ser asumida por una sola persona puesto que se tendría una visión muy corta con pocas perspectivas.

La limitada visión y las fallas que se han venido presentando desde la puesta en marcha del PPS a pesar de los grandes esfuerzos y del trabajo realizado, reflejan la falta de interdisciplinariedad durante la estructuración del programa.

El programa debe ser sometido a una evaluación por parte de las autoridades. Existen diferentes metodologías para evaluar el diseño de un proyecto especialmente en lo social, donde en algunas ocasiones los gobernantes en turno establecen sus políticas y prioridades que no necesariamente son las prioridades y necesidades reales. Lo que hace complejo refutar algún criterio o metodología a designarse, para articularse en el programa y que se pueda aplicar a la metodología elegida por más estructurada y sensible que ésta sea.

Por otro lado, al no existir una metodología rígida y definida en términos de establecer mecanismos precisos en la toma de decisiones de un proyecto, se considerará la aplicación de reglas agrupadas a la idea inicial, que lo conceptualicen mediante una argumentación lógica, que implique considerar la gama de variables que se involucran durante la fase de concreción e inicio.

A la vez deben considerarse algunos antecedentes que argumenten la aplicación de una metodología lógica, que reúna la consideración de todos los factores que se presentan y afectan al proyecto, que asegure una acertada toma de decisiones y que evite cometer errores, además de una evaluación constante, que permita retroalimentar el programa.

En el caso del PPS, no se realizó una evaluación en el planteamiento, esto indica la carencia del conocimiento por parte de las autoridades de los puntos que mínimamente deben conformar un programa. Lo anterior ha provocado que durante la marcha, se presente una gran cantidad de cambios, obligando al programa a trabajar de manera más pausada, con el fin de solventar las complicaciones que se presenten como ha venido sucediendo con el PPS.

Para un programa de reciclaje, se requiere de un buen estudio sobre la ubicación de los sitios que van a integrarse al proyecto de separación, para llevar a cabo la recolección con facilidad. En el PPS la localización de los sitios no fue considerada desde el origen del programa, lo que ha traído como consecuencia que estos factores influyan en la actualidad negativamente para dar una buena continuidad a la disposición.

Es imprescindible evaluar continuamente el programa desde su planteamiento y durante el periodo de operación, debido a que estos datos son fundamentales para readaptarlo y modificarlo en caso de ser necesario. Esto debe incluir la realización de revisiones, no solamente por la plantilla de trabajo, sino también por parte de las autoridades públicas y de la sociedad en general.

La evaluación/monitoreo en el PPS, que se realiza por parte de las empresas contratadas y personal destinado a esta actividad por parte de los implantadores, debe estar bien especificada, mediante formatos y cantidades estándar de residuos, que permitan evaluar con mayor facilidad el porcentaje de separación.

En la actualidad la evaluación se practica de manera empírica, lo que ocasiona cierta confusión para otros evaluadores y los participantes. Al momento de evaluar debería señalarse a los participantes los errores que se cometen más frecuentemente al realizar la separación, con la finalidad de que estos errores se corrijan.

Por último sería conveniente realizar un estándar de calificación, para un determinado tiempo con el objetivo de que la población participante pueda mejorar progresivamente hasta alcanzar una eficiencia del 100 por ciento en la separación.

No es recomendable realizarlo empíricamente, como se viene realizando, ya que si el personal que realiza la actividad es removido o se cambia, aunque el procedimiento sea el mismo, el criterio de la persona es diferente. Por este motivo deberá analizarse y plantearse nuevamente un método, para la evaluación de la clasificación.

Una fase importante es el desarrollo del programa; donde se presentan, evalúan y solucionan algunas variables entre las cuales podemos mencionar: a) la falta de interés conocimiento o información por parte de la población (como sucede con la población de algunos sitios que participan en el PPS); b) la falta de organización para dar soluciones prontas y concretas a cualquier contratiempo que se presente por parte de los implantadores del programa.

Estas variables afectan directa o indirectamente la eficiencia del programa, aunque deben contemplarse siempre los cambios inesperados ya que ningún proyecto queda exento de modificaciones durante el inicio o sobre la marcha. Estos cambios inesperados son de suma importancia para los próximos programas pues los contratiempos y errores cometidos al inicio no deberán incidir en los nuevos proyectos.

Personal y equipo

El personal y equipo para la implantación de un programa son aspectos primordiales, por lo que debe considerarse el crecimiento del mismo y la adquisición futura de la infraestructura, equipo y la contratación del personal necesario.

Durante el planteamiento del PPS este aspecto no se consideró a futuro, de tal forma que en la actualidad, el programa es auxiliado por dos empresas contratadas, debido a que el número de sitios que participan en el programa se fue incrementando y se hizo evidente la falta del personal y equipo necesario para brindarles una mayor atención.
En esta situación se presenta una incoherencia, ya que, por un lado en el objetivo general se plantea que el PPS debe ir creciendo paulatinamente, pero por otro lado no se consideró la necesidad del incremento y requerimiento de personal y equipo necesarios para un constante crecimiento.

La recolección es básica en un programa de reciclaje, por ser otro de los aspectos que requieren de mayor inversión y atención para dar funcionalidad al programa. La recolección de los residuos en la actualidad es realizada por dos empresas privadas contratadas para este fin. Dicha recolección es realizada diariamente en todos los sitios (incluso dos veces por día en los lugares que se requiere) en diferentes horarios para lograr cubrir el recorrido programado.

Inicialmente, se ocupó un camión con tres compartimientos para llevar a cabo la recolección de los residuos, sin embargo, no funcionó dado que algunos residuos ocupan más espacio que otros, como los residuos reciclables, o la materia orgánica. Dicha situación, provocaba que algunas bolsas tuvieran que ser colocadas en el compartimiento que no les correspondía.

Actualmente, la recolección se lleva a cabo en vehículos que no tienen compartimentos separados, la desventaja de colectar los residuos de esta forma es que se favorece la contaminación de los residuos de la fracción reciclable por los líquidos que escurren de las bolsas que contienen la materia orgánica biodegradable. Lo anterior obstaculiza el objetivo de hacer llegar los residuos reciclables a la planta de selección libres de contaminación. Para tener mejoras en esta etapa, es recomendable en este caso, que la DGSU supervise el manejo que se da a los residuos durante la recolección, ya que esta actividad no la realiza dicho organismo.

Para mejorar la recolección en el PPS, se podría recurrir a cualquiera de las siguientes opciones de colecta selectiva propuestas a continuación:

Sería conveniente recolectar la materia orgánica por separado, de esta forma se evitaría la contaminación por lixiviados de las otras fracciones de los residuos. Para esto, se podrían utilizar camiones con tres separaciones, de acuerdo con los volúmenes de residuos que deban recolectarse, teniendo un apartado de mayor capacidad para los residuos de mayor generación.

Se podría adaptar un camión de gran capacidad con dos compartimientos, donde, por un lado se colectarían los residuos orgánicos que son húmedos, y por el otro, los residuos reciclables y sanitarios/otros.

La recolección podría llevarse a cabo diariamente o por categorías, es decir, los residuos de mayor volumen (reciclables) se colectarían diariamente, a la par con los residuos orgánicos que le siguen en volumen y posteriormente los residuos sanitarios/otros que según el volumen generado se establecerá si se colectan diariamente o cada tercer día. No debe olvidarse que en la materia orgánica la degradación se presenta con gran rapidez dando como resultado la generación de lixiviados, por lo que se recomienda recolectar un día los residuos orgánicos–reciclables y al siguiente orgánicos–sanitarios, y así sucesivamente. Es decir, los residuos orgánicos se colectarían diariamente y de forma paralela con las otras dos clasificaciones.

Para darle mayor sentido a la separación de la materia orgánica, se pueden poner en marcha las siguientes acciones: a) fomentar la producción de composta a partir de la materia orgánica en hogares que cuentan con jardín; b) promover la separación de la materia orgánica en los sitios participantes en el PPS y en centros que la generan en grandes volúmenes (como son mercados, hoteles, restaurantes) para canalizarla a la planta de composta de Bordo Poniente. Más adelante podrían considerarse las fábricas de comida, enlatados, embutidos, entre otras, las cuales podrían trabajar de forma independiente o participar simplemente separando y clasificando sus residuos, esto con la finalidad de producir composta o biogás en mayor escala.

Otra alternativa puede ser usar un camión para cada categoría, de acuerdo con el volumen que deba recolectarse, para esto se podrían emplear vehículos de diferente capacidad.

Respecto a la acumulación y almacenamiento no hay problema para el desarrollo del PPS, por contar con instalaciones requeridas para realizar estas acciones.

Finalmente, hay que resaltar que el planteamiento del Programa Piloto Separemos se reduce a cuatro fases, donde se establece el proceso que se seguirá una vez que el programa es aceptado por parte de las autoridades para ser implantado en un nuevo sitio. Haciendo un recuento de los apartados considerados durante la estructuración del PPS, se hace evidente que los únicos puntos coincidentes con los puntos básicos que conforman un programa son la inducción/sensibilización y la evaluación del proyecto una vez puesto en marcha. Lo anterior muestra la falta de planeación a la hora de diseñar el PPS y una falta de conocimiento de los puntos que debe tener un programa para su buen funcionamiento.

Conclusiones

En el análisis realizado se observa que el PPS no se diseñó de una forma tal que se plantearan los objetivos a un tiempo establecido, es decir, a corto, mediano y largo plazos. Todo proyecto debe ser planificado de esta manera para determinar las variables que puedan ser medidas numéricamente, como aquellas de carácter cualitativo de indudable incidencia en el comportamiento del proyecto sobre el tiempo.

Lo anterior muestra que existe la necesidad de replantear el programa, tomando en cuenta las experiencias que se han vivido sobre la marcha y considerando los puntos clave que debe contener un programa. Esto es con la finalidad de avanzar con mayor velocidad y seguridad en la implantación y crecimiento del programa. A la vez, la reestructuración del programa debería ser de tal forma, que ni compromisos políticos, ni favoritismos, puedan truncar el ingreso controlado y organizado de nuevos sitios al programa.

Por otra parte, durante el diseño del PPS no se consideraron varios puntos clave que deben conformar un proyecto de este tipo. De esta forma el PPS se reduce a cuatro fases, donde los únicos apartados que coinciden con los puntos básicos para la estructuración de un programa son dos: inducción/sensibilización y la evaluación del proyecto una vez puesto en marcha.

Para el buen funcionamiento del PPS debe trabajarse más para fortalecer la colecta selectiva, ya que no basta que la gente separe los residuos en su hogar, sino que además deben colectarse eficientemente de forma separada para lograr una mayor recuperación de los materiales reciclables y reutilizables.

Sería recomendable implantar un programa de separación de una forma definitiva y obligatoria en el Distrito Federal, donde participen conjuntamente el gobierno del Distrito Federal y las diferentes delegaciones.

Finalmente, para fortalecer este tipo de programas es necesario que la normatividad sobre la gestión de los RSM contemple, desde la generación hasta su disposición final y donde se debe involucrar a la población para que tome un papel activo. Este punto debe ser tratado con más responsabilidad y crear una normatividad adecuada que se pueda aplicar y cumplir, ya que a pesar de haber avances de gran importancia en la materia, existen algunos huecos dentro de la legislación ambiental, y el resultado es que la legislación existente para el manejo y el tratamiento los residuos sólidos municipales sea raquítica.

La puesta en marcha de este programa está generando información y experiencia que deben tomarse en cuenta (y muy probablemente ya ha sido utilizada) en el diseño de nuevos programas de separación de residuos en la fuente y de colecta selectiva en cualquier parte del país.

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