Contaminación

Albania aprobó importar residuos

El gobierno del país aprobó importar basura como plásticos, metales, papel y desechos de la industria agroalimentaria y textil

TIRANA.— Albania, uno de los países más contaminados y pobres de Europa, puede convertirse en el vertedero del viejo continente, tras una polémica decisión del gobierno conservador que permite importar basura.

La medida la aprobó el 13 de octubre el gobierno de centro-derecha albanés liderado por Sali Berisha, quien argumentó que los residuos que van a empezar a importarse no serán dañinos y tendrán como destino la industria del reciclaje.

Sin embargo, estas garantías no convencen a los ecologistas y a la oposición de izquierda, que exigen la retirada de esta decisión, pues temen que la debilidad institucional y la falta de preparación de los funcionarios permitan la entrada de desechos altamente contaminantes.

Entre la basura que se podrá importar figuran plásticos, metales, papel y desechos de la industria agroalimentaria y textil, entre otros, procedentes de una lista de residuos considerados no peligrosos por la normativa de la Unión Europea (UE).

Según las autoridades, esta nueva práctica impulsará la industria de reciclaje que está casi en la ruina por falta de materia prima, que, aunque existe en abundancia en Albania, no llega a ser diferenciada del resto de la basura.

En todo el país funciona un centenar de fábricas bastante rudimentarias que reciclan cuatro mil toneladas de papel, hierro, aluminio y plásticos, del total de 850 mil toneladas de basura que genera cada año la población.

Sólo la capital albanesa —una de las más contaminadas de Europa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)— dispone de un vertedero.

En el resto de ciudades los desechos son llevados a campo abierto, donde se queman, contaminando así el medio ambiente y arriesgando la vida de las personas, ya que estos vertederos improvisados carecen de medidas de seguridad.

Otra gran parte de la basura se arroja a las riberas de los ríos y al mar, en las laderas de los montes y las cunetas de las carreteras, creando montañas de bolsas de plástico y botellas a las que contribuyen también los turistas.

La decisión del gobierno ha sido rechazada por 29 asociaciones ecologistas que, en una declaración conjunta, piden su cancelación.

Fuente: El Informador

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