Colaboraciones

Oceánica Exploraciones realizó 360 perforaciones en Comondú sin permiso de Semarnat

Por Carlos Ibarra

La Paz, BCS (México).— La gigantesca proa de la embarcación turbaba las pequeñas olas del golfo de Ulloa. Como si se tratara de un cuchillo caliente que rebana, lento, una barra de mantequilla, el buque se abría paso entre las aguas: los pescadores de Las Barrancas y San Juanico nunca habían visto algo semejante. Ni de broma se igualaba, ni un poco, a uno de los barcos de la flotilla que cada año llegan a las costas comundeñas provenientes de Sinaloa o Sonora para llevarse el camarón, sardina o cualquier especie que se atasque en las largas redes de arrastre. No, este navío buscaba algo más en el fondo marino: fosfato.

Desde enero de 2013 llegaron reportes de su presencia. Tomás Camacho, asesor técnico de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Puerto Chale, recarga su espalda en la opaca silla mientras recuerda aquella ocasión que vio la colosal bestia de metal flotando. Un día de aquel mes, desatracó para comenzar con los preparativos de la temporada de langosta y lo vio. Imponente. Hacía recordar a los grandes cargueros trasatlánticos que llevan pesados contendores de un continente a otro. Lucía casi estático. Más tarde, a unos meses del suceso, personas que se decían integrantes de la empresa Oceánica Exploraciones, S de RL de CV se contactaron con el organismo de pescadores.

Antes de que iniciara la plática con el ingeniero en pesquerías, él tomó su tiempo para acomodar un tumulto de fólderes amarillos en el extremo izquierdo de su pequeño escritorio. Se disculpó y me saludó amablemente. Pasado un periodo de cinco minutos, entrelazó sus manos sobre la camisa hawaiana azul celeste y, después, dio constancia de la preocupación que le generaba la presencia del colombiano Daniel de Narváez, representante de Oceánica Exploraciones, S de RL, y esa extraña idea de realizar minería marina. Quieren explotar los predios marinos Don Diego, Don Diego Norte y Don Diego Sur que, por cierto, costaron 740 mil pesos los derechos ante la Secretaría de Economía y así obtener las concesiones que suman más 34 mil 993 hectáreas.

Con el monitor volteado hacia a mí, me enseñaba gráficas del movimiento de langosta en las inmediaciones del golfo de Ulloa que se localiza al norte de Bahía Magdalena. Trataba de ilustrar la escasa información acerca del comportamiento de la langosta azul. Temía que las larvas viajaran en las corrientes de agua y la actividad pesquera fuera afectada por la draga que succiona el suelo marino para extraer fosfato. En cambio, cuando habló del comportamiento de la langosta roja la situación fue distinta. Recordó la investigación de Rogelio González, experto del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), para demostrar que la especie se ubica más al norte del área entregada a la subsidiaria de Odyssey Marine Exploration, originaria de Tampa, Florida.

Ilegalidad de Odyssey Marine Exploration

En el segundo piso del edificio de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera Puerto Chale en La Paz, recargado en una reja color negra, Arturo González Ramírez, asesor externo empresarial de sectores primarios pesca y minería, reiteró su acusación: Odyssey Marine Exploration, a través de Oceánica Exploraciones, S de RL y que, a su vez, obtuvo el registro del nombre el 13 de marzo de 2012 en el Registro Público de la Propiedad y Comercio del Distrito Federal, según la Constancia de Folio Mercantil Electrónica 469886-1, inició un proceso de exploración sin autorización de la Dirección General del Equilibrio Ecológico (DGIRA) de la Semarnat.

Gracias a un artículo del Wall Street Journal que retomó de la página oficial de NASDAQ (acrónimo de National Association Securities Dealer Automed Quotation), Arturo se enteró que la compañía presentó un reporte técnico preliminar en el yacimiento de fosforita de Oceánica Exploraciones. Hasta el 7 de julio de este año, calculó la posibilidad de extraer 327.2 millones de toneladas del mineral con 18.5 por ciento de pentóxido de fósforo (P2O5): “un aumento del 20 por ciento sobre el total de la última evaluación preliminar de 273.5 millones de toneladas de mineral”.

El presidente de la asociación pesquera, Amado Navarro Higuera, contactó por su experiencia a González Ramírez tras desatarse el rumor de minería marina y nació el Manifiesto del Golfo de Ulloa. Tras su publicación, comentó, a través de la Delegación de la Secretaría de Economía los inversionistas se comunicaron para desarrollar una serie de reuniones a finales de 2013 y en marzo de 2014. Frente a ellos, los representantes de la compañía negaron haber iniciado operaciones en las costas.

De inmediato, González Ramírez —quien en ese momento fue contratado por Oceánica Exploraciones para iniciar el diálogo entre cooperativa y pescadores de San Juanico y Las Barrancas— se comunicó con Daniel de Narváez. El motivo fue una publicación que hablaba que “persona calificada” produjo un informe con datos procedentes de muestras extraídas en 199 pozos de perforación del yacimiento marino, las cuales, habían comparado con otras obtenidas en 161 perforaciones previas. Al final, más de 760 muestras han sido probadas en el Instituto de Investigación Industrial de Fosfato en Florida.

Para corroborar que Oceánica Exploraciones mentía, un par de correos electrónicos fueron entregados a BCS Noticias. El primero corresponde al reproche que hace González Ramírez del estudio que demostraría que se taladró el lecho marino.

“En múltiples pláticas con pescadores se ha manifestado que proyecto EXO (Oceánica Exploraciones) no ha hecho perforaciones para obtener núcleos, sólo se ha comentado que han realizado mediciones de temperaturas y corrientes utilizando equipo de superficie, aunque la nota es muy clara y establece que no se han hecho en los lugares donde existen las concesiones, para los detractores el proyecto minero no hay diferencia. Y me refiero que en el futuro habría que hacer coincidencias entre lo que revela”, escribió a las 19:58, el 7 de julio de 2014, González Ramírez en su cuenta freelancebaja@yahoo.es

Minutos después, su bandeja recibió una respuesta de la dirección danieldenarvaez@yahoo.com misma que molestó al asesor:

“Nunca se ha negado que se han hecho perforaciones, por lo menos, delante de mí. Los muestreos de los organismos, la química del fosfato, el contorno y definición del yacimiento sólo se pueden hacer con muestras tomadas del fondo marino. ¿Cómo más se iba a hacer? ¿Tomándole fotos? Nadie que tenga el más mínimo conocimiento de cómo conducir una exploración submarina puede creer que se pueda hacer una MIA (Manifestación de Impacto Ambiental) sin tomar muestras y perforaciones con sacatestigos. Las perforaciones fueron hechas con todos los permisos del caso, Arturo”.

Sin embargo, la delegación en Baja California Sur de la Semarnat rechazó la existencia de algún trámite. José Carlos Cota Osuna, representante de la dependencia, aclaró que efectivamente no se había iniciado algún trámite por parte de Oceánica Exploraciones, S de RL de CV. “Hubo meses atrás que la Cooperativa Puerto Chale cuestionó si había una evaluación de algún proyecto; no hay ningún registro”, explicó Cota Osuna.

Por lo tanto, Oceánica Exploraciones está violentando lo dispuesto en el artículo 28 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), que en su fracción III enuncia que requerirán previamente la autorización en materia de impacto ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la “exploración, explotación y beneficio de minerales y sustancias reservadas a la Federación en los términos de las leyes Minera y Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en Materia Nuclear”.

En el artículo 30 de la LEGEEPA también se establece que “para obtener la autorización a que se refiere el artículo 28 de esta Ley, los interesados deberán presentar a la Secretaría una manifestación de impacto ambiental, la cual deberá contener, por lo menos, una descripción de los posibles efectos en el o los ecosistemas que pudieran ser afectados por la obra o actividad de que se trate”.

“A mi nivel cultural, ellos especulan con situaciones ficticias, va ser un gran negocio pero es en papel, no tienen dinero para explotación. Andaban en búsqueda de socios”, puntualizó Arturo González Ramírez.

Minería marina de fosfato: un asunto de geopolítica

El dragado de partículas fosfáticas de costas del océano Pacífico, a la altura de la costa del municipio de Comondú, equivaldría al trabajo que se efectúa en Inglaterra para extraer materiales pétreos, es decir, arena del fondo marino para construcción, dijo Daniel de Narváez, director de Oceánica Exploraciones, en entrevista exclusiva con BCS Noticias. La barcaza succiona la base marina por un largo tubo flexible. El 55 por ciento de lo que aspiran es fosfato. El sobrante pasa a unas cribas vibratorias conectadas a un sistema de hidrociclones. El resto es depositado de nuevo en lecho oceánico, sin aplicar químicos, explicó.

En el encuentro, Daniel de Narváez estaba acompañado de su consultor ambiental, Richard Newell, coautor de la investigación Los impactos directos e indirectos de los agregados de dragado, y el experto en antropología submarina Claudio Lozano de Librero. “El fosfato es indispensable para la vida, no tiene ningún reemplazo”, arguyó a su favor el representante de Oceánica Exploraciones como si quisiera convencer a los presentes. El planeta Tierra depende de Marruecos que produce el 85 por ciento gracias a las reservas más grandes del mundo del recurso natural no renovable. Es el Sahara Occidental donde está la monumental cantera que una colonia española y grupos marroquíes se disputan.

Resaltó que se utiliza para la agricultura o producción de alimentos, y México podría ser autosuficiente con la explotación de la veta. “En 2002, México importó cerca del 20 por ciento de sus alimentos. En 2018 estará importando del 70 al 80 por ciento porque no tiene cómo producir con qué crear sus fertilizantes”, reveló mientras el silencio de los dos investigadores era imperceptible debido al estruendo de platos, conversaciones y música del restaurante.

“Este yacimiento tiene repercusiones geopolíticas muy grandes, porque independiente de los excedentes, se harían tratos con vecinos, y se autoabastecería de fosfato del 93 por ciento que se importa desde Marruecos; la reserva de Estado Unidos está mermando. En el panorama global de fosfato —continuó el empresario— específicamente la minería marina de fosfato produce conceptos y especulaciones equivocadas, como ocasionar mortandad o acabar con el medio ambiente. No es verdad”, agregó.

Por la importancia del yacimiento, Odyssey Marine Exploration, cofundada en 1994 por Greg Stemm, desvió sus esfuerzos dirigidos al aprovechamiento de restos de antiguos naufragios con cargamentos de metales preciosos en distintos puntos del océano. Se olvidó de vender sus tesoros o comercializar reportajes televisivos sobre operaciones de recuperación de dichos restos para asociarse con DragaMex que desde 1994 ha realizado 220 proyectos de dragado en puertos y ríos mexicanos, afirmó Narváez. DragaMex es la propietaria de la inmensa barca con el equipo necesario para sustraer el fondo marino con el cual realizaron análisis sin autorización.

“Hicimos una colección de datos: muestras del fondo marino, medición de corrientes, temperaturas. Hemos hecho varias tomas de muestra en campo con permisos que tenemos de la Semarnat para hacer una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) e identificar la zona; no podemos hacer predicciones del proyecto sin antes no ir al sitio. (…) Entonces se ha hecho campaña de recolección de datos biológicos, químicos; eso (es lo) que se (ha) hecho”, confesó el empresario colombiano.

Incluso recordó que una expedición zarpó en julio de 2013 con científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a realizar las investigaciones. No se ha perforado, dijo, la totalidad del reservorio natural de fosfatos. Los resultados se utilizan para motivar a posibles socios mexicanos del sector agroindustrial y buscan, ante todo, la participación de las dependencias mexicanas para “abastecer a México; el resto sería para exportación”.

La generación de trabajo para los habitantes de la comunidad es inexistente. Cerca de las 160 personas se necesitan para operar la embarcación, un gran porcentaje es mano de obra calificada en hidráulica, sistemas computacionales o electromecánicos. Los holandeses son quienes dominan el tema de dragado, pero existe vinculación con DragaMex, pues tiene su personal, por ello, “no puedo hablar a nombre DragaMex a quienes vamos a subcontratar”, expuso.

No es la primera concesión de minería marina

PhosMex Corporation, el 24 de enero de 2007, anunció que el gobierno mexicano otorgó la primera concesión minera en el océano Pacífico por 50 años. La concesión contiene 250 millones de toneladas de mineral de fosfato (P2O5), que hace unos años en el mercado equivaldrían a más de 12 mil millones de dólares.

“El depósito de roca de fosfato se produce en una amplia zona de aguas de unos 120 metros de profundidad en la plataforma continental de las zonas costeras del estado mexicano de Baja California del Sur. Las formaciones portadoras de fosfato afloran tanto en tierra como en alta mar tanto en la costa este y oeste y en el interior de la península”, informó la empresa en un comunicado de prensa.

Por otro lado, Oceánica Exploraciones declaró que la zona de extracción se limita a un área de cuatro kilómetros de ancho y 60 kilómetros de largo con una profundidad del yacimiento de 50 y 80 metros. Se divide en cinco rectángulos para explotar durante 50 años. “Cada uno tiene fosfato en la superficie. Es parecido al chapopote, viscoso, desagradable, negro; donde hay poca vida, poca flora y fauna”, manifestó Daniel de Narváez.

En un artículo publicado en el sitio especializado en temas financieros, Seekingalpha.com, cuestionan la viabilidad del desarrollo de la actividad de Odessey Marine Exploration, mediante su empresa filial Oceánica Exploraciones. La razón yace en su falta de experiencia en el sector, la inviabilidad en los costos de extracción y sostiene que la única misión de Greg Stemm, director general, es recaudar más capital de inversionistas para financiar sus pérdidas sin escalas. En 2013, recibió una compensación por mil 311 millones de dólares por pérdidas fiscales.

Autoridades ambientales desconocen el tema

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) declaró el 9 de julio de 2014 que no encontró rastros o evidencias de que, en las costas frente al municipio de Comondú, Oceánica Exploraciones, S de RL de CV ejecutara actividades de minería marina.

Precisamente, el Consejo Consultivo Núcleo de Baja California Sur de la Semarnat, interpuso una denuncia ante la Profepa debido a señalamientos de pescadores de puerto Chale que aseguraban que tuvieron un acercamiento con la empresa en cuestión.

Valerio Castro Santana, delegado de la Profepa, declaró que inspectores iniciaron las investigaciones correspondientes “y no nos hemos percatado de esos hechos en la dependencia”. Después comprobó que en la Semarnat no existen autorizaciones de exploración o explotación.

Por su parte, Castro Santana manifestó: “Todo mundo habla, pero nadie es concreto y conciso sobre dónde se está llevando a cabo, ¿dónde está la concesión minera?”.

Entre tanto, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) admitió que acabó el estudio de mortandad de tortuga golfina en el golfo de Ulloa y, aunque no se dieron a conocer las conclusiones, la minería marina no forma parte de las causas que enlistaron los investigadores.

Por lo pronto, las autoridades ambientales se comprometieron a continuar con sus incursiones en el mar para vigilar que no se rompa con el equilibrio ecológico de Baja California Sur.

Cooperativa Puerto Chale en contra del proyecto

Amado Navarro Higuera, presidente de la cooperativa Puerto Chale, rechazó las actividades que propone Oceánica Exploraciones, S de RL de CV. “Ellos se acercaron con reuniones con socios de la cooperativa, nunca sólo nosotros, tuvimos una en Ciudad Constitución y otro acercamiento aquí en La Paz”, destacó mientras sostenía un fajo de recortes de periódicos con información publicada en la entidad sobre el tema.

“De las autoridades nadie sabía esto. A lo mejor a nivel federal sí estaban enterados, pero por el estado o el municipio de Comondú no. Exigimos que instancias de investigación como la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar), vengan para demostrar si hace o no daño”, subrayó el cooperativista.

El gobierno federal, el 11 de noviembre de 2013, por medio de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), efectuó el taller de Divulgación de las Oportunidades para México en la Minería de los Fondos Marinos Internacionales y en la Exploración del Océano Profundo.

En el encuentro participaron el canciller José Antonio Meade Kuribreña, el secretario general de los Fondos Marinos, Nii A. Odunton; el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal; el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro Robles; el director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Enrique Cabrero, así como el vicepresidente de Asuntos Internacionales del Grupo México, Juan Rebolledo Gout.

En el Manifiesto del Golfo de Ulloa, la Cooperativa de Producción Pesquera de Puerto Chale emitió su postura ante la llegada de la minería marina en el corredor pesquero San Carlos-Las Barrancas–San Juanico, coincidentemente en la que también se registró una alta mortandad de tortuga amarilla y otras especies. Tanto la autoridad ambiental como Oceánica Exploraciones, S de RL de CV negaron la acusación.

“Para explotar racionalmente los recursos minerales del fondo del mar, se necesita un marco jurídico adecuado, tecnología sustentable, participación privada y liderazgo de las autoridades, institutos de investigación para generar conocimientos técnicos y marcos jurídicos novedosos. Así como la licencia Social de las Comunidades Pesqueras”, revela el texto firmado por Amado Navarro, dirigente de la agrupación pesquera.

La organización de la sociedad civil (OSC) Medio Ambiente y Sociedad (MAS), ha reiterado que “la minería marina de fosfatos nunca antes se ha hecho en ninguna parte del mundo. En Nueva Zelanda y Namibia hubo proyectos similares y los han detenido debido a los impactos que causarían a la pesca y al medio ambiente”.

Fuente e imagen: Bcs noticias

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