Colaboraciones

Los problemas ambientales, ¿son de aptitud… o de actitud?

Este encabezado, por la transversalidad del mismo, bien puede adecuarse a toda conducta social en donde no se entiende cómo se puede seguir desaprovechando tiem po en enmendar consecuencias, y no buscar estrategias que transformen las causas. Como corolario observemos la desprotección que padece el medio ambiente con una constante agresión por parte del hombre por no haber medido las consecuencias al detenerse en ellas, y no haber atacado y modificado férreamente las causas que llevaron a este presente.

Si bien no es el principal problema por resolver en la agenda de 2009, la consigna es estar atentos a las alteraciones del cambio climático tratando de adecuar (entre otras) medidas que impulsen en acondicionar las matrices energéticas para promover de manera mancomunada a las energías alternativas, resolver la problemática del agua, y la incierta remediación de los residuos.

Estos paradigmas, ocurren no debido a un capricho de la naturaleza, sino todo lo contrario, esto le concierne directamente a la actitud (por falta de aptitud) de numerosas personas que desde diversos espacios (en gestiones políticas, empresariales y comunitarias) hacen esta pandemia que se debería resolver en el corto plazo.

Trataré de abordar todos y cada uno de estos temas.

Un poco de revisionismo…histórico
En tiempos de consumismo exacerbado, ensamblado a la reciente crisis económica que afecta a todos los países, debemos ser prudentes y observar las medidas que se tomen.

No sé si éste sea el momento de empezar a maximizar los esfuerzos en pos de buscar remediaciones apropiadas y sostenibles en el tiempo, ya que el momento se presentaría propicio para “reducir los costos en todo sentido”. Esta premisa bien podría servir para posponer medidas que afecten aún más las condiciones actuales, porque son costos financieros que la situación actual justificaría tomar para reducir los mismos (o seguir justificándolos). Espero que no, pero no debería sorprendernos.

Al margen de lo expresado, el cambio de estas conductas (ocasionadas en un contexto ciento por ciento económico), daría toda la certeza que una vez resueltas, se volvería a la vieja costumbre: “no cuidar el ambiente”.

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