Colaboraciones

¿Hacia dónde vamos?

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Por Hernán Sorhuet Gelós

hacia-dondeVolviendo al terreno de la gestión ambiental de nuestro país, hay que decir que queda en evidencia —como nunca antes— la falta de información oficial sobre todo lo que está ocurriendo

Uruguay.— Como ocurre todos los años, el 5 de junio se festejó en todo el mundo el “Día Mundial del Medio Ambiente”.

Responde a la vieja práctica de asignarle un día calendario a un tema o asunto de importancia para que, aunque sea una vez al año, se realicen actividades reflexivas a través de amplias convocatorias en la sociedad civil, se exhiban algunos logros y se anuncien promesas de distinto alcance.

No está mal que el “día mundial de…” se festeje con toda la pompa que se quiera, pero siempre y cuando se aproveche a divulgar y promocionar todo lo relevante que se ha realizado en los últimos 12 meses.

De esa manera se cumple con una de las obligaciones más importantes y constructivas que tiene la actividad pública: mantener lo más informada posible a la sociedad del estado de situación que le compete, en este caso al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.

Es una lástima que la sociedad uruguaya todavía no tome conciencia de la relevancia que la información tiene para su calidad de vida.

Persiste la vieja idea de que la labor de los organismos públicos es un asunto casi exclusivamente reservado para sus jerarcas, y que sus desempeños, en todo caso, serán respaldados o cuestionados entre los políticos oficialistas y opositores. Es un gran error que se paga caro.

Estamos inmersos en un tiempo sorprendente, marcado por un proceso imparable de democratización de la información a través de múltiples canales, pero con particular énfasis en las redes sociales. Como toda corriente novedosa surgida de los avances tecnológicos nadie en particular es responsable de la dirección e intensidad que va adquiriendo. Vamos aprendiendo sobre la marcha.

Volviendo al terreno de la gestión ambiental de nuestro país, hay que decir que queda en evidencia —como nunca antes— la falta de información oficial sobre todo lo que está ocurriendo.

No es necesario señalar lo importante que es para la salud de la población, para la estrategia de la producción en todos sus rubros, para las economías locales y regionales, el disponer de información de primera calidad sobre la situación de las aguas, del aire, de los suelos, de la variabilidad climática, la contaminación de las industrias, los vertederos municipales y tantos otros asuntos que impactan directamente en nuestra calidad de vida.

Así como cada día se anuncia el estado del tiempo con la mayor precisión posible y por una multiplicidad de medios, con el fin de que las personas puedan tomar los recaudos necesarios para minimizar sus efectos negativos y aprovechar los favorables, lo mismo debería suceder en los demás temas que nos importan.

Nadie pretende que se incluyan en los noticieros pero sí que estén disponibles y accesibles en distintas plataformas de consulta pública. Eso sí, con el compromiso real de mantener la información actualizada y completa.

De muy poco han servido algunas disposiciones aprobadas que dicen garantizar el libre acceso a la información pública. Este cambio cualitativo que se reclama podría ser el motivo de orgullo de las autoridades y de la sociedad civil a destacar el próximo 5 de junio.

Parte 2

Fuente: El País de Montevideo, imagen

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