Colaboraciones

En camino a la COP 16, en Cancún

Jacqueline Schoch Domínguez

La Conferencia de Copenhage,  celebrada en diciembre de 2009, debía preparar futuros objetivos para reemplazar los correspondientes al Protocolo de Kioto (PK), los cuales terminarán en 2012. Dicho proceso inició en Bali en 2007, con una «Hoja de Ruta» adoptada por los países miembros. Sin embargo, los 192 países presentes en la conferencia sólo lograron un acuerdo parcial y no vinculante.

En su momento, el pleno de la conferencia climática tuvo que renunciar a la unanimidad para conseguir tan sólo  un documento de mínimos en el cual se  postergaban los «deberes climáticos» para el año 2010. Entre dichos deberes se incluyeron el de la fijación de  las metas de reducción de emisiones contaminantes para las naciones ricas.

El PK es un acuerdo internacional vinculado a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) que tiene por objeto reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2012 y establece objetivos vinculantes para 37 países industrializados así como para la Unión Europea (UE).

En virtud de que dicho protocolo no obliga a naciones en desarrollo a reducir emisiones, países como Estados Unidos no lo ratificaron, argumentando que la situación, una década después, exigía que las naciones emergentes se involucraran también,  ya que  sólo el esfuerzo de las naciones ricas no bastaría para salvar el planeta. Por ello, en la cumbre de Cancún se buscará dar una continuación al PK, que finaliza en 2012.
Conforme a las declaraciones de He Jiankun, director del Laboratorio de Energía de Bajo Carbono, de la Universidad Tsinghua con sede en Beijing, la disposición de Estados Unidos, así como  de otros países desarrollados, a conversar con los países en desarrollo sobre dichas responsabilidades bajo la CMNUCC. “desdibujaría  las diferencias que existen entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados»,  y por ende, el grado de responsabilidad sobre este tema, en contra de lo que contempla el PK.
El conflicto de intereses y responsa-bilidades en cuanto a la reducción de emisiones entre los países en desarrollo y los industrializados ha sido una de las cuestiones principales en las recientes cumbres  y seguramente lo será también en Cancún.

Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la CMNUCC, admitió en Tianjin que siempre habrá una diferenciación entre los países en desarrollo y los  desarrollados.
Durante las conversaciones de Tianjin, la UE se comprometió a destinar 2 mil 400 millones de euros para ayudar a los países en vías de desarrollo a establecer un mecanismo de adaptación. «En la conferencia de Cancún podrían materializarse dichos financiamientos, en virtud de que  ya se ha comprometido un fondo inicial de 30 mil millones de dólares”, según declaraciones de He Jiankun.  También falta alcanzar acuerdos respecto a  las cuotas de asignaciones de emisiones de efecto invernadero para los países desarrollados y los en desarrollo. De ahí que aún no se hable sobre ningún acuerdo jurídicamente vinculante.

A fin de asignar cifras concretas de financiamiento, se tendrá que llegar a acuerdos respecto a esquemas que aseguren una adecuada utilización de dichos fondos, para desvanecer las  preocupaciones del «Grupo Paraguas», el cual incluye a Estados Unidos.

Ciertos expertos consideran  que hay  bases para que la comunidad internacional negocie sobre la reducción de emisiones, la disposición de capital y la transferencia tecnológica, aunque a la fecha,  la acción  por parte de las naciones industrializadas en la lucha contra el cambio climático ha sido reducida.
En noviembre del año pasado, China dejó clara su postura respecto a su compromiso de reducir  el dióxido de carbono por unidad de Producto Interno Bruto entre un 40 y 45 por ciento para 2020 en comparación con el nivel de 2005. Cabe señalar que por cuenta propia, entre los años  de 1990 a 2005, China logró una  reducción del 46 por ciento en sus emisiones de CO2.

El tiempo para hacer frente al cambio climático se agota, por lo que las naciones tendrán que dejar de lado sus diferencias a  fin de  cambiar las perspectivas de los países en desarrollo e industrializados por igual.
Por su parte, Juan Rafael Elvira Quezada, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), subrayó que en algunas áreas de la negociación, como la mitigación y medición, reporte y verificación, aún deberán buscarse acuerdos concretos.

Destacó avances alentadores en el tema de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques (REDD plus), tema que seguramente se convertirá en emblemático de la reunión COP 16,  en Cancún.

*Maestría en Periodismo, Universidad Anáhuac del Sur

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