Colaboraciones

China y Estados Unidos El G-2 de la política climática internacional

Por : Sergio García Sánchez

Dentro del proceso de negociación de la política climática, China y Estados Unidos han sido los actores más polémicos y significativos en el proceso de toma de decisiones concretas, serias y ambiciosas en la lucha contra el cambio climático. Históricamente los dos países tienen una falta de entendimiento y ejemplifican inmejorablemente el problema de cooperación Norte y Sur entre los Miembros de la Organización de las Naciones Unidas. Previo a la gran Conferencia de Cancún, ambos han logrado avances sustanciales fijando metas de reducción de gases de efecto invernadero, sin embargo es urgente su liderazgo en el proceso de negociación climática, porque juntos representan casi el 50% de las emisiones globales y una cooperación conjunta es imprescindible si verdaderamente se pretende lograr un nuevo resultado en política climática antes de 2012.

El cambio climático es un problema de cooperación entre Norte y Sur. Los países industrializados tienen una gran responsabilidad histórica, porque su estatus es resultado de un desarrollo contaminante y mayoritariamente a expensas del medio ambiente. Por el otro lado, los países en desarrollo con miras de lograr crecimiento económico y un estatus de desarrollo más alto se encuentran ante una disyuntiva: elegir el desarrollo polucionante, tal y como hicieron los países industrializados u optar por un desarrollo bajo en emisiones, donde la ayuda y liderazgo de los países industrializados es urgente. De ahí que los países en desarrollo no están obligados dentro del Marco del Protocolo de Kioto a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, no obstante tienen la opción de comprometerse voluntariamente.
Hoy China y Estados Unidos son los principales actores de la política climática internacional que más relevancia han ganado en el proceso de toma de decisiones del cambio climático visto como un tópico político en la ONU. China no fue incluida en el Anexo I del Protocolo de Kioto, en primera instancia por ser un país en desarrollo y porque en 1997, año que se formula tal instrumento internacional, Estados Unidos era aún el principal emisor global y por persona de gases de efecto invernadero.

Estados Unidos de América no estuvo de acuerdo pese a que bajo la administración Clinton, el Protocolo de Kioto sí es firmado y más tarde en la administración Bush éste no es ratificado, es decir, dicho instrumento internacional no se vuelve obligatorio, y por ende los argumentos de la delegación estadounidense en torno a que como Kioto no incluye a grandes países potenciales de emisión de gases contaminantes como China e India, entonces ahí su razón de falta de compromiso internacional para afrontar el cambio climático a lo largo de una década previo a la llegada de la administración del Presidente Obama.

En el 2007 fue posiblemente el último año en que esta posición de falta de cooperación fue tan marcada entre ambos países. Aquella fecha es recordada, porque finalmente comienzan a vislumbrarse señales positivas de cooperación por parte de Estados Unidos al sumarse al consenso para lograr un resultado en la Décimo Tercera Sesión de la Conferencia de las Partes (COP 13), después de que muy diplomáticamente un representante de Papua y Nueva Guinea reclamara la falta de liderazgo y la actitud poco participativa de Estados Unidos en las negociaciones de cambio climático señalando: Existe un viejo dicho que dice lidera, continua o sal del camino, y me gustaría preguntarle a Estados Unidos por su liderazgo, el cual buscamos muchos países, sin embargo, si ustedes no están dispuestos a hacerlo, déjenlo al resto de nosotros y por favor, salgan del camino.

Luego prosiguieron las reuniones posteriores de cambio climático de COP 14 en Poznan, Polonia y recientemente de COP 15 en Copenhague, Dinamarca para llegar a que actualmente este debate y falta de cooperación entre lo que se comienza a denominar como el G-2 se vaya modificado y dejando de ser tan polarizado entre China y Estados Unidos. La importancia de ambos soslaya en que fuera de ellos de no ser por la Unión Europea, el verdadero proceso de toma de decisiones de la negociación climática sólo se concentraría en estos 2 países, lo que sería una gran contradicción con las líneas que tienen tanto la Conferencia de las Partes como la Organización de las Naciones Unidas: la multilateralidad.
Previo a la COP 16 que tomará lugar en Cancún, ambos actores tienen metas anunciadas, aunque no formalmente comprometidas. Estados Unidos señaló en Copenhague su deseo de reducir 17% de sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2020 tomando 2005 como año base; lamentablemente el pasado Julio, el Senado no aprobó el proyecto de ley propuesto por la administración Obama y todo sigue en suspenso. Por el otro lado, China optó por reducir entre un 40 y 45% la intensidad de sus emisiones con miras a 2020 bajo el mismo año base que Estados Unidos, 2005.

Hay avances en ambos países, fijar metas es un primer paso y ahora lo urgente es la confirmación de tales objetivos con acciones definidas y ambiciosas para acelerar una política climática de follow me (sígueme) antes de 2012. De esa manera existen posibilidades de afrontar con éxito el mayor desafío de la política climática: suprimir el concepto que fijar límites ambiciosos a las emisiones contaminantes se traduce al mismo tiempo en frenar el crecimiento económico y objetivos de desarrollo de un país, idea que China y Estados Unidos comienzan a suprimir y modificar gradualmente en su participación climática a nivel internacional.

Fuente consultada:
– García, Sergio. Germany, the catalyst of the European Union’s climate policy. Tesis de Licenciatura en Relaciones Internacionales, Universidad de las Américas, Puebla.

Sergio García participará en la Décimo Sexta Sesión de la Conferencia de las Partes (COP 16).
sergio.garciasz@udlap.mx

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