Colaboraciones

Cambio climático más que calentamiento global

El término “cambio climático” a menudo se utiliza alternándolo con el término “calentamiento global”. Sin embargo, considerando la gran variedad de impactos más allá de los cambios de temperatura, el primero es el término generalmente aceptado y utilizado por la comunidad científica.

Para poder comprender el cambio climático, se debe primero entender el clima global y cómo opera.

El clima es consecuencia del vínculo e interacción que existe entre la atmósfera, los océanos, las capas de hielos (criosfera), los organismos vivientes (biosfera), y los suelos, sedimentos y rocas (geosfera). Entendiendo esto, podemos entonces comprender la gran influencia que tiene el clima en nuestra vida, y en la de todos los seres vivos del planeta (biosfera). Es por ello que se considera al cambio climático como uno de los factores que está acelerando la pérdida de biodiversidad en nuestro planeta.

Pero, algo seguro sobre el clima es que cambia: tenemos variaciones en diferentes escalas de tiempo empezando por las estacionales; además, la tierra ha estado sujeta históricamente a periodos cálidos y fríos; como prueba de ello, conocemos que se han presentado los periodos fríos llamados glaciaciones en los que muchas especies se han extinguido y la superficie de continentes e islas ha variado, debido a que durante estos periodos el nivel medio del mar baja.

Las variaciones del clima se pueden deber a varios factores, como son cambios en la radiación solar, la tectónica de placas y la construcción de montañas, modificaciones en la órbita de la tierra o aumento en la concentración de gases de invernadero en la atmósfera (esta última causa es lo que da origen al término de “calentamiento global”). En el último siglo, la temperatura del mundo se ha incrementado aceleradamente y algunos asocian esta elevación al resultado de las actividades humanas. Las afectaciones de este aumento de temperatura se están manifestando en diversos campos como:

Incremento del nivel medio del mar.- Ante un calentamiento global inminente, se espera que el nivel del mar se eleve debido a la expansión térmica de sus aguas al calentarse, así como por el deshielo de glaciares y de las capas de hielo polares. La magnitud del incremento en el nivel del mar y su impacto puede variar de un lugar a otro, dependiendo de diversos factores como cambios de otros aspectos climáticos, morfología de la costa y modificaciones humanas.

Cambios en las actividades agrícolas.- Los diferentes escenarios apuntan a una reducción neta de la superficie apta para el cultivo de temporal y una disminución de los rendimientos en algunas regiones del país.

Cambios en las lluvias.- Una mayor capacidad de contener vapor de agua, por una temperatura más elevada, permite el desarrollo de nubes más profundas, lo que implica tormentas severas en regiones donde regularmente se tienen lluvias de verano. En regiones áridas o semiáridas también se están presentando un mayor número de tormentas intensas; pero, de manera inversa, otra amenaza son las sequías que podrían volverse más comunes, afectando a grandes sectores de la población.

Afectaciones en la salud.- Se agrava la malnutrición, se incrementan enfermedades y lesiones causadas por fenómenos meteorológicos extremos, aumentan enfermedades diarreicas, y se altera la distribución espacial de enfermedades infecciosas.

Para predecir los cambios que podemos esperar se realizan modelos predictivos del cambio climático en los que se consideran escenarios con diferentes incrementos en las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera; sin embargo, no es tan claro que el calentamiento se deba a esto, ni que continúe incrementándose la temperatura. Lo que sí es indiscutible, es que estamos haciendo un uso indiscriminado de nuestros recursos naturales y deteriorando los ecosistemas.

Para mitigar los efectos adversos del cambio climático, tenemos que pasar a una cultura de prevención, realizando investigaciones específicas por regiones que nos ayuden a identificar nuestros puntos más vulnerables y, de esta forma, identificar mecanismos que nos permitan estar preparados, incrementando nuestra adaptabilidad.

No se trata de dejar la solución a este problema únicamente en las manos de nuestras autoridades, sino que cada quien, desde su capacidad de acción, puede hacer el cambio. “Si el clima cambia, cambia tú también”. ¿Cómo? Modificando nuestro estilo de vida, haciendo un uso más racional de los recursos y participando con responsabilidad individual, aplicar las «3 R», como ejemplo.

* La Dra. Sara Cecilia Díaz Castro es Investigadora Titular A del Programa de Planeación Ambiental y Conservación del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. (Cibnor).

Para más información de las actividades que desarrolla el Sistema de Centros Públicos de Investigación Conacyt, consulte las páginas México CyT y Gaceta CyT México.

Fuente: Blogs El Universal

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