Colaboraciones

Cabo Pulmo, una apuesta por la conservación

Cabo Pulmo se ha convertido en un ejemplo mundial de conservación marina con la participación de la comunidad

Por: Meredith de la Garza

Cabo Pulmo es una pequeña comunidad localizada en el sur de la península de Baja California. Frente a sus costas, está el arrecife de coral más grande del Golfo de California y posiblemente el más antiguo en todo el Pacífico Norte. Dedicados mayormente a la extracción de perlas durante principios del siglo XX y posteriormente a la pesca comercial, los habitantes de Cabo Pulmo comprendieron hace más de 15 años que era necesaria una nueva manera de relacionarse con su medio ambiente, pues la pesca mostraba entonces sus primeros síntomas de colapso.

Así, organizados con científicos y un grupo de estudiantes de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, solicitaron a las autoridades federales su intervención para declarar Cabo Pulmo como Parque Nacional. Desde entonces, la pesca comercial fue completamente sustituida por el ecoturismo y esta apuesta por la conservación ha rendido ya sus frutos. Tras 15 años de protección, esta comunidad es la protagonista de una historia muy distinta a lo que ocurre en otros sitios de la región: El arrecife muestra claros signos de recuperación y es cinco veces más abundante en peces e invertebrados que cualquiera de los arrecifes del Golfo de California.

Esta abundancia atrae visitantes de todo el mundo. Hoy por hoy, bucear en Cabo Pulmo es un viaje al pasado, a conocer el Golfo de California como era hace décadas, pues no hay otro sitio con tanta abundancia, diversidad y sobre todo, con depredadores y ejemplares de gran tamaño que son una más de las señales de la salud del arrecife. En Pulmo encontramos cotidianamente lo que en otras geografías son sólo anécdotas contadas con añoranza por buzos y pescadores. Y más importante aún es el lado humano de esta historia, pues son los miembros de la comunidad quienes organizan la mayoría de los viajes de ecoturismo, guían a los buzos, acompañan a los científicos para monitorear periódicamente la salud del arrecife y quienes con mucho orgullo muestran a los visitantes las maravillas de este lugar.

Los que trabajamos por la conservación de los recursos marinos, frecuentemente utilizamos Cabo Pulmo como un referente vivo y tangible de lo que sucede cuando se sustituye la pesca por otros usos no extractivos de los recursos marinos. Por su parte, los miembros de la comunidad han compartido sus experiencias en diversos foros, tratando de inspirar a otros pescadores y a las autoridades para emprender esfuerzos semejantes en otras regiones.

Sin embargo, esta historia está lejos de tener un feliz final garantizado; Cabo Pulmo está ubicado en el corazón del “Cabo del Este”, una de las regiones en México con más presiones para ser desarrolladas. Por los paisajes que ofrece y la salud de su arrecife, esta zona es el centro de atención para emprender ambiciosos proyectos turísticos de gran escala.

Hace un par de años, fue autorizado un proyecto a gran escala llamado Cabo Cortés. En resumen, se trata de un complejo con 30 mil habitaciones, tres campos de golf, una marina para 490 embarcaciones, un pequeño aeropuerto y una ciudad de apoyo para quienes trabajen construyendo y operando este destino turístico. Al aprobarlo, la autoridad ignoró a sus propios expertos y obvió hechos importantes, como que el proyecto incumple con el ordenamiento territorial del municipio de Los Cabos, autoriza la concesión de un volumen considerable de agua en una zona desértica y, en general, ofrece información falsa e incompleta sobre la vida silvestre del lugar y el comportamiento de las corrientes marinas. Aun usando cifras conservadoras, de ser llevado a cabo como está planeado, este proyecto representaría la migración de al menos 120 mil habitantes en los siguientes diez años.

¿Qué significa esto para Cabo Pulmo? De entrada, pérdida de sus playas, muerte del arrecife por cambios en la calidad del agua, un incremento exponencial en la cantidad de visitantes, migraciones importantes a las zonas aledañas. Es al mismo tiempo fácil y aterrador imaginar los retos que enfrentará una pequeña comunidad de 200 personas frente a una migración masiva, en una zona desértica, escasamente poblada y con pocos servicios públicos disponibles.

En el centro del debate está el modelo de desarrollo que se debe seguir en un estado cuya vocación natural es el turismo. Turismo sí, pero ¿cómo? ¿Es el modelo de Cabo Cortés el ideal para esa zona?

En un número reciente, la revista National Geographic Traveler realizó un listado de 133 destinos turísticos del mundo. La región de Cabo San Lucas, apenas unos kilómetros al sur de Cabo Pulmo, con sus gigantescos hoteles y sus playas tapizadas de concreto, ocupa el lugar 130. Sólo tres lugares tienen peor calificación, incluyendo la Costa del Sol, en España, otro ejemplo del modelo que se quiere implantar en Cabo Cortés. En lo económico el panorama no es más alentador; el promedio de ocupación en los hoteles de Los Cabos en lo que va de 2010 no ha subido de 60 por ciento. ¿Vale la pena apostarle a repetir este modelo en Cabo Pulmo?

El desarrollo bien planeado está en el interés de todos. Tenemos que encontrar una forma en la que la inversión que genere empleos y riqueza pueda convivir con el capital natural y la biodiversidad que hacen tan especial a un sitio como Cabo Pulmo.

La comunidad, diversas organizaciones de la sociedad civil, investigadores y cientos de ciudadanos interesados en la conservación de Cabo Pulmo, hemos integrado Cabo Pulmo vivo (www.cabopulmovivo.org) y hemos puesto manos a la obra con diversas acciones encaminadas a garantizar la protección de este ecosistema único. En nuestro portal, podrás encontrar más información sobre este sitio y sobre cómo ayudarnos a conservarlo.

En meses recientes, diversas organizaciones han emprendido acciones legales para defender este arrecife de la amenaza que significa la construcción de Cabo Cortés. Se ha exigido a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales la cancelación de las autorizaciones otorgadas por contravenir lo establecido en el ordenamiento ecológico del municipio, que prohíbe la construcción en dunas.

También el 2 de febrero de 2011, habitantes de Cabo Pulmo y grupos de la sociedad civil presentaron una petición para realizar una misión de asesoramiento a la Convención de Humedales de importancia prioritaria internacional RAMSAR y la Convención de Patrimonio Mundial de la Humanidad (UNESCO). La Misión visitó nuestro país con una agenda pública que incluyó reuniones en la ciudad de La Paz, Los Cabos y Cabo Pulmo, del 14 al 17 de noviembre de 2011. Los resultados de la Misión se presentarán como recomendaciones al Estado mexicano que, en su momento, deberán ser atendidas por las tres esferas de gobierno.

No obstante que se ha planteado la cancelación del proyecto, la autoridad ha desoído tales peticiones. Por ello, en uso de las facultades legales y reglamentarias del Senado de la República, se aprobó integrar un Grupo Plural de legisladores que investigue la legalidad de las autorizaciones. Así como la comparecencia del ingeniero Rafael Elvira Quesada ante la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, a fin de que informe las causas por las cuales se aprobó la continuación del Proyecto “Cabo Cortés”, no obstante que están acreditadas las múltiples violaciones a tratados internacionales y a la legislación ambiental vigente en nuestro país.

* Sociedad de Historia Natural Niparajá

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO