Colaboraciones

Bandas verdes, solución a la convivencia de sistemas agrícolas con la conservación de los ecosistemas

Por: José Morales

Para diversos científicos, la relación entre los sistemas agrícolas y las áreas naturales es casi imposible por el uso de pesticidas, la ampliación de los campos de cultivo, el derribo de arbolado, la fragmentación de la flora y fauna, entre otros aspectos; pero la necesidad de combatir el cambio climático y dar alimento a casi siete mil millones de seres humanos, hace que diversos especialistas busquen alternativas a esta disputa por la tierra.

Un caso que se desarrolla de forma experimental es la creación de bandas verdes en los sistemas de cultivo, es decir, franjas sin podar, sin destruir su flora natural que se localizan en medio de grandes extensiones de plantíos, y que en Alemania han permitido la anidación de aves como son los aguiluchos endémicos del norte de este país de la Unión Europea (UE), organismo que analiza la ampliación de estos sistemas que se considera deben ocupar 5 por ciento de la extensión de los campos utilizados por la agricultura.

Para la UE, este prototipo de convivencia de la biodiversidad y agricultura deberá conllevar un reajuste en la distribución de subsidios agrícolas que supera enormemente a los apoyos de conservación de la biodiversidad.

Sin embargo este tipo de proyectos es inexistente en México, ya que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) destinará en 2011 los apoyos oficiales a una agricultura sustentable que se concentrará en dotar de recursos a los productores para la generación de energías, programas de desarrollo de zonas áridas, microcuencas que aprovechen el agua y la conservación de los recursos genéticos.

Acciones que buscan asegurar la sustentabilidad del medio agropecuario, ante la difícil situación en materia de fondos, recursos y contingencias ambientales que presentan tanto México como el resto del mundo, donde se busca frenar la ampliación de la frontera agrícola con el fin de conservar especies desplazadas.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lleva a cabo una investigación para examinar la relación entre la agricultura y el medio ambiente, para evitar la fragmentación del paisaje que separa a las especies animales en unidades pequeñas y las hace susceptibles a la extinción. Según datos de la investigación, actualmente casi la mitad de las áreas naturales protegidas del mundo están en regiones donde la agricultura hace un uso importante de la tierra, y la producción de alimentos tendrá que aumentar en las próximas décadas para mantener el paso de la demanda de alimentos que se prevé aumente en 50 o 60 por ciento al año 2030.

De esta forma, la organización internacional promueve la ecoagricultura, la cual consta de seis pasos: reducir la destrucción de hábitats aumentado la productividad y sostenibilidad agrícola actual; mejorar los hábitats y establecer franjas o corredores que unan espacios no cultivables (como ocurre en algunos países de la UE); establecer áreas protegidas cerca de zonas de cultivo; imitar los hábitats naturales integrando plantas perennes productivas; usar métodos de cultivo que reduzcan la contaminación y mejorar la calidad de los hábitats dentro de y alrededor de las tierras de cultivo.

Para muchos, esto resulta urgente, debido a que la mano del hombre y su intervención en los diversos ecosistemas y tierras productivas ha puesto en peligro a 89 por ciento de las aves, 83 por ciento de los mamíferos y 91 por ciento de las plantas; además, que más de un tercio de los pastizales y sabanas, más de un cuarto de los bosques tropicales y subtropicales de confieras y manglares están ocupados por la agricultura, sitios donde viven 1.1 mil millones de personas, más de 60 por ciento de la humanidad más pobre que de alguna forma hace uso de elementos de la flora y fauna para su subsistencia.

Por ello, se busca que la ecoagricultura, que consiste en sistemas de uso de la tierra administrados tanto para la producción agrícola como para la conservación de la biodiversidad silvestre, subsane los grandes contrastes que se presentan entre los productores agrícolas de países en desarrollo; entre aquellos que viven en pobreza, la falta de tecnología les lleva a provocar pérdida de biodiversidad al usar más tierras y recursos en la producción de sus parcelas. Mientras tanto, en los cultivos de grandes industriales es frecuente el exceso de tecnología y métodos que crean más contaminación o la compactación del suelo, provocando erosión.

Ante esta situación, la UICN informa que se debe implementar la tecnología de producción, el impulsar subsidios a los granjeros de aquellos lugares donde la biodiversidad se encuentra particularmente en alto riesgo, hacer un esfuerzo global para movilizar la investigación y la innovación en tecnología como en políticas públicas al respecto, tal como ocurre con la regulación del agua.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la agricultura a escala mundial utiliza tres cuartas partes del agua que se consume; la industria utiliza 15 por ciento y los hogares un 10 por ciento. En México, la agricultura consume 77 por ciento del agua dulce, situación que lo ubica entre las naciones con más atraso en sustentabilidad y ahorro en dicho ámbito, pues países como Francia consumen un 10 por ciento de su agua potable en su sistema agrícola, enfocando su gasto en la generación de energía, en tanto que la UE en la agricultura usa un 30 por ciento del recurso en términos generales.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO