Ciencia y tecnología

Verifica la calidad de los desinfectantes para evitar daños a la salud

El investigador de la ENMH, Francisco Barrón, destacó la importancia de no mezclar productos de limpieza pues se pueden producir gases venenosos

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 9 de julio de 2020.— El profesor de la maestría en Ciencias en Salud Ocupacional, Seguridad e Higiene, de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Francisco Javier Barrón Santos, pidió verificar la calidad de los productos que se emplean en la desinfección del hogar para evitar contagios de COVID-19, ya que en redes sociales se dan recetas para fabricar “desinfectantes caseros” con sustancias que al mezclarse pueden ser peligrosas para la salud o bien se venden productos que no cuentan con procesos o materias primas que garanticen su efectividad.

El experto aclaró que se deben extremar las medidas de higiene para evitar contagios o traer el virus al hogar, se deben desinfectar espacios y superficies con productos elegidos adecuadamente, que provengan de empresas serias y aplicarlos de acuerdo con las instrucciones de las etiquetas para evitar daños a la salud.

Detalló que por recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de EEUU, un producto muy efectivo para desinfectar espacios y seguro para la salud es el cloro, siempre y cuando se diluya apropiadamente. La proporción correcta es de 20 mililitros de cloro comercial por cada litro de agua.

“Otros desinfectantes–sanitizantes son el alcohol etílico e isopropílico, compuestos cuaternarios de amonio y aldehídos (glutaraldehído)”, agregó.

Pero también alertó que se debe tener cuidado con productos que se venden por internet, ya que muchas veces no se elaboran con agua de la calidad requerida para alcanzar la efectividad óptima.

El experto reiteró la importancia de no mezclar diferentes productos de limpieza pensando que potencian sus efectos desinfectantes.

“Las personas suelen combinar el hipoclorito de sodio (cloro comercial) con múltiples productos, entre ellos con amoniaco, pero al mezclarlos forman cloraminas que pueden irritar los pulmones, causar tos o falta de aire, además que son carcinógenas, específicamente en el hígado”, dijo.

Al mezclar hipoclorito de sodio con alcohol se genera cloroformo, el cual puede producir un paro respiratorio, debido a que afecta el diafragma. Por otra parte, al combinar cloro con productos que contengan ácidos se puede generar cloro gaseoso, el cual es tóxico e irrita piel, ojos, nariz y membranas mucosas.

“Otra mezcla peligrosa es el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) con vinagre (ácido acético), esa combinación forma ácido peracético, sustancia corrosiva para los ojos, la piel y el tracto respiratorio”, apuntó.

Agregó que previo a la aplicación de los desinfectantes se debe limpiar profundamente con agua y jabón, ya que si se aplican en superficies sucias pierden su efectividad.

La limpieza en el hogar

El experto explicó la diferencia entre los términos sanitización y desinfección. El primero se utiliza para aplicar alguna sustancia que únicamente reduce el número de microorganismos a un nivel seguro, mientras que el segundo se refiere a eliminarlos completamente. “La diferencia depende del tiempo de exposición. Para la sanitización el tiempo de contacto es entre uno y dos minutos, mientras que para la desinfección el tiempo de contacto varía de cinco a 15 minutos, dependiendo de los compuestos y concentraciones”, abundó.

Finalmente recomendó la desinfección diaria de pisos, picaportes, apagadores de la luz, superficies y objetos de uso común como controles de aparatos electrónicos, el teclado y mouse de la computadora, así como dispositivos móviles (celulares, tabletas y laptops), para los cuales hay productos específicos.

Precisó que la reincorporación paulatina a las actividades laborales y escolares no debe ser motivo para relajar las medidas básicas de prevención, sino por el contrario, se deben reforzar y hacerlas parte de una cultura permanente. “No debemos caer en una falsa seguridad y descuidarnos”, apuntó.

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