Ciencia y tecnología

Usan bacterias que resisten salinidad y frío para estudiar vida en Marte

Un estudio mostró la relación entre medio ambiente y microorganismos con estas características para estudiar la habitabilidad de las salmueras heladas en Marte

Teorema Ambiental/Redacción

Madrid, España, 27 de agosto de 2020.— Los microorganismos extremófilos, que son capaces de vivir en condiciones extremas, serán de gran utilidad para entender cómo se desarrolló la vida en condiciones extremas en la Tierra primitiva y para buscar vida fuera de nuestro planeta. Por ello, investigadores del Centro Español de Astrobiología (CAB) realizaron una investigación sobre cómo pudo ser este proceso en Marte y sus condiciones de habitabilidad.

Los investigadores estudiaron la capacidad de algunos microorganismos para adaptarse a ambientes salinos y fríos mediante el uso de moléculas capaces de controlar el proceso de congelación. Los resultados se publicaron en la revista Astrology y muestran una estrecha relación ambiente-microorganismo, lo que abre nuevas vías de investigación astrobiológica sobre la habitabilidad de las salmueras heladas en Marte para albergar vida.

Los organismos extremófilos más interesantes son los denominados poliextremófilos, que pueden sobrevivir en ambientes que presentan varias condiciones extremas simultáneamente, por ejemplo, bajas temperaturas y con alto contenido en sal.

Todas estas condiciones se dan en algunas regiones de Marte como el cráter Gale, donde se detectó un tipo de sales que absorben importantes cantidades de agua y caotrópicas (desestabilizan las moléculas de agua y otras macromoléculas de las células, provocando que se rompan): los percloratos, sobre todo, el perclorato de magnesio.

Esta similitud hace especialmente relevante el estudio de los organismos terrestres, por las importantes implicaciones astrobiológicas y la habitabilidad de los entornos marcianos.

El estudio analizó la interacción medio-bacteria para estas condiciones de baja temperatura y alto nivel de salinidad, con la bacteria Rhodococcus sp. JG3, que resiste altas concentraciones de sales y temperaturas bajo cero. Este microorganismo dispone de proteínas que le permiten adaptarse a condiciones de congelación, pues tienen capacidad para unirse al hielo y modificar su configuración cristalina, para controlar el proceso de congelación, promoviéndolo o bloqueándolo, para modificar la temperatura a la que el agua cambia de fase.

Esto supone una enorme capacidad de adaptación y proporciona situaciones ventajosas como la creación de microambientes alrededor de la célula con agua líquida disponible a temperaturas bajo cero, aumentando así su ventana de supervivencia.

De acuerdo con Laura García Descalzo, autora principal del estudio, los resultados “plantean interesantes cuestiones como: el estudio de cómo las adaptaciones, a nivel molecular, que los organismos extremófilos desarrollan para sobrevivir a condiciones extremas, podrían influir sobre esas mismas condiciones, para que su propia supervivencia dependa de la interacción microorganismo-ambiente”.

Señala que el estudio “supone el inicio de una vía novedosa de investigación sobre la habitabilidad de salmueras heladas en Marte”.

La identificación de las moléculas utilizadas por los microorganismos para adaptarse a las condiciones ambientales sirve también como “marcador” de la presencia de vida.

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