Ciencia y tecnología

UNAM desarrolla nuevos plásticos biodegradables

No contaminan y son derivados de fuentes orgánicas como el maíz y los azúcares. Sus características físicas y funcionales compiten con las de los convencionales

CIUDAD DE MÉXICO.— Una nueva generación de plásticos biodegradables se desarrolla en la UNAM. Derivados de fuentes orgánicas como el maíz y los azúcares, estos materiales no contaminan ni provienen del petróleo.

Sus características físicas y funcionales compiten con los plásticos convencionales, pero a diferencia de éstos, se degradan de forma natural en unos meses; con ello, se evitan los cientos de años que los empaques y bolsas permanecen en rellenos sanitarios, suelos y ríos, contaminando al planeta.

El proyecto para desarrollarlos está encabezado por Ángel Romo Uribe, doctor en física e investigador del Instituto de Ciencias Físicas (ICF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con sede en el campus Morelos. Se ensaya en el Laboratorio de Nanopolímeros y Coloides, que Romo fundó en 2003, cuando regresó a México después de una estancia de 15 años en Estados Unidos.

“La idea de desarrollar este proyecto surge de dos necesidades: detener la contaminación emanada de polímeros sintéticos y generar fuentes sustentables y renovables de compuestos orgánicos para generar polímeros, y así evitar la enorme dependencia del petróleo”, dijo.

A diferencia de los polímeros —moléculas de gran tamaño constituyentes de plásticos, que en su mayoría se producen en la industria petroquímica—, los biopolímeros tienen un origen orgánico como el maíz, la soya y elementos base como ADN y ARN, azúcares, proteínas y aminoácidos presentes en plantas y derivados como la madera y el algodón.

Romo Uribe comentó que la degradación de estos materiales depende de sus dimensiones físicas. “Una película delgada de ácido poliláctico de unas 20 micras de grosor se degradará en unos seis meses; piezas más gruesas tardarán más tiempo, pero nunca alcanzan los cientos de años que toman los polímeros sintéticos”, abundó.

Aunque se degradan en forma acelerada, los biomateriales son resistentes y pueden competir en el mercado con los plásticos convencionales.

Una ventana de oportunidad está en el área biomédica, donde pueden usarse para hacer hilo de sutura, catéteres, prótesis y membranas que promueven el crecimiento de células y tejidos.

Su naturaleza orgánica favorece la rápida degradación de los materiales y evita el rechazo que a veces causan los sintéticos en los pacientes, concluyó el investigador.

Fuente: El Universal

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO