La quemigación es una práctica de producción de cultivos que se basa en la aplicación precisa de agroquímicos, herbicidas, insecticidas, fumigantes de suelo, acondicionadores de suelo y compuestos para el buen funcionamiento de sistemas de riego presurizado, además de fertilizantes, por medio del sistema de riego.
El control de los nematodos ecto y endoparásitos con aplicaciones de nematicidas junto con el agua de riego ha sido un éxito, ya que ha permitido mantener poblaciones de estos parásitos, con dosis muy inferiores a aquellas requeridas en plantaciones con poblaciones similares, donde la aplicación de nematicidas se hace directamente al suelo.
La quemigación se utiliza para aplicar mejoradores de suelos, en una gama de productos que favorecen y estabilizan la formación de agregados estables, como diversas formas de materia orgánica en solución o suspensión y compuestos sintéticos con propiedades aglutinantes de las partículas del suelo.
Esta técnica también es común con ácidos destinados a reducir el pH del agua de riego y para solubilizar las formas de calcio insolubles requeridas para la recuperación de suelos sodificados; de igual manera se usa para aplicar productos específicos para el control de la salinización de los suelos, entre los que destaca la aplicación de yeso micronizado (sulfato de calcio insoluble) en suspensión, por medio de equipos especiales de inyección de alto volumen.
