Ciencia y tecnología

Propone investigador del IPN reciclar nanorresiduos para remediación ambiental

Al realizar la síntesis de nanomateriales se obtienen subproductos que, con pequeños tratamientos químicos o físicos, se pueden aprovechar y de ese modo participar en la nanociencia verde

Ciudad de México.— Con el propósito de contribuir a reducir el deterioro ambiental, el científico del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Carlos Felipe Mendoza, lleva a cabo un proyecto de investigación mediante el cual propone aprovechar los desperdicios de la producción de nanoestructuras (cuyas dimensiones son mucho más reducidas que los materiales convencionales), los que pueden ser útiles para diversos procesos o para la generación de productos secundarios.

En un comunicado, el especialista del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), del IPN, indicó que cuando se realiza la síntesis de nanomateriales, irremediablemente se obtienen subproductos que con pequeños tratamientos químicos o físicos se pueden aprovechar y de ese modo participar en lo que se ha denominado nanociencia verde.

Puntualizó que el proyecto que lleva a cabo tiene que ver con el cuidado de los recursos naturales, la eficiencia de los procesos productivos y el cuidado ambiental. Explicó que cuando se producen nanoestructuras se utilizan menores cantidades de materias primas, es decir, se consumen menos recursos naturales y los procesos químicos en los cuales se utilizan se hacen más eficientes, por ejemplo los de catálisis.

Sin embargo, aclaró que también se debe tomar en cuenta la contaminación que se genera cuando se sintetizan este tipo de materiales. “Este aspecto se está estudiando pero apenas empieza; cuando se hace la síntesis de nanoestructuras a nivel de laboratorio, se generan una serie de productos no deseados que normalmente se confinan; por ello, con el propósito de reducir las cargas residuales al ambiente es importante que no se desechen, sino que se identifiquen sus *propiedades y se les dé un tratamiento para aprovecharlos”, agregó.

Felipe Mendoza refirió que actualmente trabaja en el desarrollo de nanoalambres para utilizarlos como sensores y en el proceso para obtenerlos se generaron contaminantes que recicló. “Cada vez que se lleva a cabo una síntesis química se ensucia el reactor y normalmente se somete a un proceso de lavado, pero yo recuperé del reactor los subproductos no deseados e identifiqué sus propiedades para darles un uso útil”, explicó.

Mencionó que al momento de caracterizarlos observó que tenían propiedades fisicoquímicas tan interesantes como aquellos que perseguía al sintetizar, aparentemente no servían, pero eran químicamente atractivos y sólo los sometió a un proceso térmico y químico para elaborar un catalizador.

“El catalizador que se obtuvo se usó en una aplicación para descontaminar agua. Tomamos agua contaminada con una molécula orgánica modelo y con ayuda de la luz se logró purificar (este procesos se conoce como fotocatálisis), y con otros nanorresiduos que aparentemente no nos interesaban logramos hacer un catalizador, el cual comprobamos que tiene la propiedad de reducir el azufre en la gasolina”, afirmó.

Aseguró que debido a que las propiedades físicas y químicas de las nanoestructuras sufren modificaciones, hasta el momento son pocos los que se interesan por los nanorresiduos, lo cierto es que con ellos se pueden hacer materiales con nuevas propiedades que poseen cualidades para hacer más eficientes ciertos procesos.

El científico del CIIEMAD indicó que las industrias químicas generan cada día más este tipo de residuos porque la tendencia mundial es incorporar los nanomateriales para hacer distintos nanoproductos como mezclilla, a la que se incorporan nanoestructuras para no plancharla, televisores más delgados con menos peso y mejor calidad visual, champú que fortifica el cabello y pinturas que impermeabilizan mejor y producen la sensación de que brillan, entre otros productos.

“Ése es otro nicho de contaminación. Después de que se tienen las materias primas que en este caso son nanopartículas, se llevan a las grandes fábricas donde se generan nanoproductos y también hay emisiones de partículas al aire, al agua y al suelo, que generan contaminación al medio ambiente”, apuntó.

Ante tal problemática y con el propósito de dar una disposición adecuada a los nanorresiduos provenientes de la síntesis de las nanoestructuras y de la fabricación de los nanoproductos, el experto del IPN consideró que es necesaria una reingeniería de todos los procesos, desde la síntesis de los nanomateriales, hasta el diseño de los rellenos sanitarios, pues explicó que actualmente estos últimos se construyen de tal forma que evitan el paso de los lixiviados generados por la basura convencional a los mantos freáticos para no contaminar.

“Ahora estamos hablando de nanoproductos que contienen nanoestructuras incorporadas y no sabemos si la membrana que se coloca en los rellenos sea efectiva para detener las nanoestructuras que seguramente irán en este nuevo tipo de lixiviado”, señaló.

Felipe Mendoza dijo que en México hay muchos expertos en el estudio del manejo de la basura convencional, incluso en todos los estados de la República existe gente interesada en el manejo integral de los residuos sólidos municipales.

“Lo que ahora se requiere son especialistas en el estudio de los nanorresiduos provenientes de los nanoproductos que cumplieron su vida útil y que serán desechados; que indiquen la manera más adecuada de tratarlos o confinarlos y que trabajen en torno al diseño de normas de seguridad y políticas públicas.”

Resaltó que debido a la globalización y apertura de los mercados, México debe regular el control de los nanoproductos importados o al menos plantearse qué hacer con ellos, pues con el paso de los años se van a convertir en nanorresiduos y ello requiere contar con sitios específicos para su disposición.

Fuente: Redacción Teorema Ambiental

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