Ciencia y tecnología

Pronostican incremento de plagas y patógenos por aumento en la temperatura

La sequía prolongada y el incremento constante de temperaturas, al igual que otros fenómenos derivados del calentamiento global como ciclones y nortes de mayor intensidad, favorecerán a las especies invasoras de insectos

México, D.F.— Como consecuencia del cambio climático, las plagas, los patógenos y las malezas podrían aumentar y afectar campos de cultivo, por lo que es preciso encontrar nuevas formas de manejo, señala uno de los artículos del más reciente número de la revista Ciencia, de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Actualmente las plagas y los patógenos causan pérdidas por más del 40 por ciento del suministro mundial de alimentos, por lo que científicos estudian la interacción de plantas y sus plagas bajo posibles condiciones de cambio climático. Tal es el caso de un estudio que mostró que los cambios en la precipitación tienen efecto en los patrones de migración de la langosta del desierto que devasta cultivos en África, Medio Oriente y Asia.

Otro ejemplo, es una investigación que duró 30 años en Gran Bretaña la cual relaciona la migración de cinco especies de pulgón con el aumento de la temperatura. Los resultados mostraron que el incremento en la temperatura invernal de 1°C adelantó la migración de los pulgones entre cuatro y 19 días (dependiendo de la especie).

De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica Fitosanitaria, la sequía prolongada y el incremento constante de temperaturas, al igual que otros fenómenos derivados del calentamiento global como ciclones y nortes de mayor intensidad, favorecerán de manera general a las especies invasoras de insectos (en particular las que son transfronterizas) más que a las nativas y establecidas, ya que están adaptadas a mayores extremos de temperatura y, por tanto, muestran una mayor plasticidad ecológica.

¿Ante este panorama, cómo se pueden controlar y erradicar a los organismos que atacan nuestros cultivos? Se estima que en nuestros días un laboratorio tiene que probar entre 40 mil y 50 mil componentes para identificar uno que sea viable como pesticida y que cumpla con estándares altos en términos de efectividad y preservación del ambiente, además de que sus impactos en la salud humana sean los mínimos posibles.

“Sin embargo, difícilmente se encontrará el pesticida perfecto, por lo que hay que tratar de hacer uso de todas las técnicas de manejo de plagas con las que contamos”, afirman las investigadoras autoras del artículo de la revista Ciencia. El Manejo Integral de Plagas (MIP), agregan, es una estrategia relativamente reciente que se basa en el conocimiento de la ecología de los sistemas agrícolas y su objetivo no es erradicar las plagas, sino controlarlas por debajo de las densidades que puedan provocar un daño económico.

Esta estrategia incluye varios métodos compatibles y complementarios tales como el control, el uso de variedades de plantas resistentes, la implementación de prácticas culturales amigables y efectivas, el control biológico, mecánico, físico, control legal, y el uso de plaguicidas.

“Para aplicar un MIP es necesario el compromiso, invertir tiempo y esfuerzo, y contratar especialistas que den asesoramiento, porque el objetivo de este manejo es crear medidas de control que se ajusten a cierto problema de plaga en particular y por ello se trata de medidas que no se pueden generalizar. Esta situación es la principal razón por la que los agricultores no aplican tan frecuentemente un MIP como lo hacen con los plaguicidas químicos.”

Aquí radica la necesidad de impulsar políticas públicas que faciliten el acceso a un Manejo Integral de Plagas, sostienen, para los grandes productores, la inversión en asesoramiento debiera ser obligatoria; en el caso de los pequeños productores, deberían organizarse seminarios y campañas de capacitación para el uso adecuado de plaguicidas químicos y ofrecer consejos generales sobre otro tipo de técnicas de manejo de plagas.

Fuente: Teorema Ambiental

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