Ciencia y tecnología

Plagas devastadoras del campo mexicano

México ocupa un lugar importante en la producción de frutas, cítricos y hortalizas en el mundo. Sin embargo, todos estos productos enfrentan en forma cotidiana a un enemigo común: las plagas. Estos diminutos organismos pueden dañarlos severamente y ocasionar graves pérdidas a los agricultores.

Por su importancia social y económica, los especialistas identifican a tres como las plagas más dañinas para el agro mexicano.

En entrevista con 2000Agro, Juan Fernando Solís Aguilar, director del Departamento de Parasitología Agrícola de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), refiere que una de las plagas más nocivas es la mosquita blanca, que se divide en tres principales especies: Traeleore vaporirorum, Bemisia tabasi, y entre 1991 y 1992 entra por el norte de México la Bemisia argentifolli.

“Esta última vino a agravar los problemas ya que es una plaga mucho más agresiva, más prolífica, deposita mayor cantidad de huevecillos y produce mayor cantidad de daños indirectos, también chupa mayor cantidad de savia, hasta cuatro o cinco veces más que las otras especies, y desgasta más rápido la planta en aspectos fisiológicos”, añadió el especialista.

Esta plaga no aprovecha gran parte de la savia consumida y excreta una sustancia rica en azúcares que atrae mucho a unos hongos causantes de la enfermedad llamada fumagina, una especie de costra color azul oscuro que se forma sobre las hojas, cubre prácticamente el área foliar e interrumpe el proceso normal de fotosíntesis, disminuyendo el tamaño, calidad o cantidad de los frutos.

La Bemisia argentifolli inyecta una toxina dentro de la planta al succionar savia, esa toxina desencadena desórdenes fisiológicos, como en el caso del jitomate, donde el fruto presenta un manchado irregular. En cuanto a las cucurbitáceas (calabaza, calabacita, sandía y melón), éstas presentan las hojas plateadas. En el brócoli provoca un desorden fisiológico que consiste en el rayado blanco del tallo.

Como es portadora de virus, la mosquita blanca llega a un cultivo y lo infecta, ello ocasiona no sólo el daño por alimentación sino que provoca males por transmisión de patógenos. Uno de los virus más conocidos trasmitidos por la mosquita blanca, es el que provoca el chino del tomate, enfermedad que ha disminuido notoriamente la superficie cultivada en el estado de Morelos. En el caso del frijol, la mosquita es trasmisora de un virus que ocasiona el “mosaico dorado” que ha colapsado cultivos en regiones del país.

Y finalmente, la Bemisia argentifolli causa mucho más problemas ya que tiene otras hospederas, como es la alfalfa, brócoli y algunos frutales como uva, manzana y pera; también ataca a varias ornamentales, como la nochebuena y las rosas.

En el norte del país es en las rosáceas y algunos frutales donde se manifiesta la mosquita blanca. Una de las estrategias a las que se recurre en el norte del país es podar algunos frutales durante el invierno para evitar que la mosquita se refugie ahí, como se hace en California.

Agregado a todo esto, la mosquita blanca resulta ser bastante tolerante a insecticidas, no cualquier químico logra controlarla eficientemente. Con ello, aumentan los costos para el productor porque los insecticidas son caros (entre dos y dos mil 800 pesos), y se tienen que aplicar en mayores dosis y mayor número de veces.

Aunque existe fauna benéfica que combate esta plaga, como son algunos insectos depredadores u otros artrópodos, ésta no tiene mucho efecto y no es tan específica, pues puede saciar su necesidad de alimento con otros insectos y no devorar a la mosquita blanca.

Hay una serie de medidas de control encaminadas a la protección de la planta en las primeras etapas y a partir de ahí, se conservan estrategias para mantener las poblaciones de mosquita en su nivel mínimo, prácticamente de cero.

Cuando el virus ataca hortalizas en las primeras etapas de desarrollo, se protege con un plaguicida para evitar el achaparramiento, mosaicos, malformaciones, etc. Cuando la planta es afectada por virus en etapas más tardías, se evita su expansión para que la planta llegue a producir aunque sea baja su obtención.

La mosquita blanca afecta varias hortalizas de importancia económica del país, como chile, jitomate, cucurbitáceas, brócoli y alfalfa.

Mosca de la fruta

Por su importancia, el siguiente caso es la mosca de la fruta. Existen diversas especies de Anastrefa, la más común es la Anastrefa ludens, que es la mosca mexicana de la fruta, pero en México se reportan unas 30 especies de las cuales se pueden citar: Anastrefa ludens, Anastrefa oblicua, Anastrefa estriata, Anastrefa serpentina, Anastrefa fraterculus, etc., todas ellas causan un daño similar.

Las dos más importantes son la Anastrefa ludens y la oblicua. La presencia de esta mosca en determinadas regiones del país, ocasiona que la fruta no pueda exportarse y sólo se venda en el mercado nacional. En México existe una campaña para combatirla y se invita a los productores a establecer ciertas medidas de control para atacar esta plaga constantemente.

De hecho, existe normatividad para transportar la fruta de una región infestada a un área libre de la plaga; asimismo, es necesario cubrir ciertos requisitos fitosanitarios para poder trasladarla. El norte de Sinaloa, todo el estado de Sonora, Chihuahua, Nuevo León, están catalogados como áreas libres de mosca de la fruta.

Por desgracia hay áreas catalogadas como de mediana prevalencia de la plaga, en donde por más métodos de control que se pongan en marcha, la presencia de la mosca sigue siendo importante, como ocurre en Veracruz, Michoacán, etcétera.

En la Norma Oficial Mexicana NOM 0231995 se establece una serie de estrategias de combate de la mosca de la fruta, entre las que hay medidas de tipo cultural, de control biológico, control de la técnica del insecto estéril y, sobre todo, hay una red de trampeo mediante un atrayente alimenticio. Es necesario monitorear constantemente la plaga y con base en esos muestreos determinar el momento más oportuno para la aplicación de insecticidas.

Para combatir a la mosca de la fruta el único insecticida que está autorizado es el Malatión, se aplica en una proporción de uno a cuatro, es decir, por cada litro de insecticida se ponen cuatro litros de proteína hidrolizada (el cebo alimenticio) y 95 litros de agua. Se hacen aplicaciones parciales de esta mezcla en el campo.

Los cultivos más afectados son la familia de las Espondias, como las ciruelas y las frutáceas, que abarcan todos los cítricos excepto el limón, además del mango, la guayaba y el zapote.

Plagas de cultivos básicos

La mayor superficie de México está cultivada con básicos: maíz, frijol, trigo y arroz, de ahí la importancia de plagas del suelo porque en algunas áreas la infestación llega a ser tan severa, que realmente los rendimientos resultan escasos incluso para la autosuficiencia.

Aunque no sean cultivos de exportación, es importante que los productores tengan el mayor ingreso posible por sus productos, por tanto, se considera una tercera plaga a todas aquellas que atacan los cultivos básicos, principalmente del maíz, uno de los cultivos de gran importancia social por su predominio y arraigo en la mayor parte del país y fuertemente afectado por estas plagas del suelo.

Las plagas del suelo son un complejo de especies que atacan las raíces como son las gallinas ciegas, los gusanos de alambre y gusanos alfilerillos, y se encuentran principalmente en estados productores de maíz como Jalisco, Michoacán y Estado de México.

Las gallinas ciegas se comen las raíces, otras plagas pueden afectar incluso desde la siembra, como sucede con el gusano de alambre, que le gusta alimentarse del embrión con lo que impide que se desarrolle la planta. Las plagas del suelo se alimentan de raíces, de tal forma que la planta se ve afectada en su desarrollo y se ve disminuida, como si le faltara agua o nutrientes, esto trae como consecuencia mazorcas de poco tamaño.

Para estos casos se usan productos más específicos que se aplican directamente al suelo, la mayoría de compañías de agroquímicos formulan sus productos precisamente como granulados. La idea es que afecten a las larvas, como pueden ser el Furarán 300TS, que es una combinación exclusiva para tratar la semilla. Entre los insecticidas granulados con el nombre del ingrediente activo está el Carbofurán y como nombre comercial están el Azteca, el Rugby, etcétera.

En algunas áreas también resulta problemático el gusano cogollero, que se favorece durante largas temporadas de sequía y afecta gravemente al maíz si ataca al cultivo en las primeras tres o cinco semanas de desarrollo. Cuando la planta es más grande el cogollero ya no la afecta tanto porque no puede morder tejidos más duros.

“En caso de que el productor esté cultivando maíz de exportación, como el maíz dulce, una de las plagas más severas es el gusano elotero, que ataca el fruto. El productor necesita hacer diversos muestreos para ver que la palomilla no deposite los huevecillos y las larvas pasen al fruto, para ello existe un control biológico inducido como puede ser un Bacilus turingensis o se libera una avispita llamada Trichogramae”, concluyó el especialista.

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