Ciencia y tecnología

Muestran restos de mamut y caballo prehistóricos que corrieron en México

Sus huesos fósiles son muestra de la megafauna que habitó la región de Jalisco entre 13,000 y 30,000 años en el tiempo

Teorema Ambiental/Redacción

El reciente hallazgo de huesos de un mamut, de un caballo y de un ancestro de armadillo de unos 13 mil años son pruebas de la riqueza paleontológica que hay en el sur de Jalisco, una zona agrícola donde los restos generalmente están al alcance de los pobladores y sin mayores cuidados.

Mientras paseaba en una loma del poblado de San José de la Tinaja, en el municipio de Zapoltitic, sur de Jalisco, uno de los trabajadores del Museo Comunitario Antonio Vargas Moreno aficionado a la paleontología encontró en julio pasado parte del cráneo de un mamut.

El trabajador dio aviso a los expertos del Museo de Paleontología y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes además descubrieron restos de antepasados de caballo y de un gliptodonte, un mamífero parecido al armadillo, señaló el arqueólogo Eduardo Ladrón de Guevara.

Los restos pertenecen a parte de la gran fauna que vivió en esta región hace entre 13 mil y 30 mil años, y surgieron luego que una fuerte lluvia erosionara el lugar.

“En la primera visita solo se veía parte de la bóveda craneana de un mamut y cuando regresamos para hacer el rescate paleontológico empezaron a salir más. La loma es un yacimiento disperso de huesos y en lo que íbamos caminando en superficie se localizaron huesos diversos de gliptodonte, de caballo y más huesos de mamut”, explicó el investigador.

Los expertos se dieron cuenta que este tipo de hallazgos son comunes en la localidad ya que la zona fue otrora una región de lagos y lagunas que atraían a los animales.

Ladrón de Guevara añadió que, de acuerdo con la legislación mexicana, cualquier persona puede ser custodio del patrimonio arqueológico que encuentre en su casa, su jardín o cualquier espacio de su propiedad, previa autorización del INAH.

No obstante, los restos tienden a deteriorarse o dañarse sin las estrategias de conservación adecuadas.

“Es un hueso que se mantuvo por miles de años en condiciones estables que permitieron conservarlo y cuando lo extraes y se expone a otro ambiente se acelera su deterioro. Además, si lo tienes en tu casa es algo un poco excluyente porque el resto de la comunidad no puede tener acceso a este patrimonio”, dijo.

Una vez recuperados los huesos fueron trasladados al Museo de Paleontología, en Guadalajara, donde serán sometidos a un proceso de consolidación, restauración y conservación para que luego puedan ser estudiados y exhibidos al público, afirmó Ricardo Alonso, encargado del área de Investigación del museo.

El proceso tarda cerca de seis meses, pero considerando la fragilidad y fragmentación del material, además de las limitaciones del personal encargado de esta labor, esta podría extenderse hasta cerca de un año, advirtió Alonso.

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