Ciencia y tecnología

Medicamento para mascotas puede servir contra zika y malaria

El remedio contra picaduras de pulga ayuda hasta en 97 % de los casos

Teorema Ambiental/Redacción

Una cura para tratar las picaduras de pulgas y garrapatas en mascotas puede prevenir las enfermedades del zika y la malaria en humanos, según un estudio publicado por la revista especializada PNAS.

Investigadores del Instituto Calibr en Holanda descubrieron que el medicamento llamado isoxazolinas, utilizado con fines veterinarios, también mata a los mosquitos hematófagos que transmiten la enfermedad a los humanos.

“Nuestros hallazgos sugieren que las isoxazolinas podrían ser eficaces para controlar los brotes de afecciones transmitidas por insectos en regiones con una infraestructura médica limitada”, dijo el director ejecutivo de Calibr, Peter Schultz.

Los científicos determinaron que dar este antiparasitario a menos de un tercio de la población en áreas propensas a brotes estacionales de dichas enfermedades podría evitar hasta el 97 por ciento de todos los casos de infección.

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En 2016, se calcula que 216 millones de personas enfermaron de malaria en el mundo y 445 mil perdieron la vida, de acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades de EEUU. Mientras el zika se ha extendido rápidamente en todo el planeta en los últimos años y ahora se encuentra en 90 países.

Cuando se administran por vía oral a los animales, los fármacos contra las pulgas se absorben en el torrente sanguíneo y se diseminan por todo el cuerpo, donde permanecen activos hasta por tres meses.

Aunque son bien tolerados por perros y gatos, estos medicamentos que matan pulgas y garrapatas que se alimentan de sangre, son capaces de dañar el sistema nervioso de los insectos. Por ello, los investigadores estimaron que una sola dosis en humanos de esta medicina transmitiría un efecto insecticida contra los mosquitos portadores de zika y malaria durante entre 50 y 90 días.

“Las isoxazolinas podrían administrarse antes del comienzo de los brotes de enfermedades estacionales para transmitir protección hasta que la amenaza disminuya al final de la temporada”, agregó Matt Tremblay, miembro del equipo de investigación. Sin embargo, advirtieron que este medicamento no funcionaría como vacuna, ya que una persona tratada aún podría contraer una dolencia por una picadura de insecto.

Sin embargo, un insecto que pique a un individuo que haya consumido esta sustancia moriría antes de transmitir la enfermedad a otros, un efecto que, cuando se multiplica en una gran población, reduciría considerablemente el número total de infecciones.

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