Ciencia y tecnología

La risa puede proteger al cerebro durante una cirugía

Sitios específicos en el cerebro humano que, cuando se estimulan eléctricamente, pueden provocar una risa inmediata, seguida de una sensación de calma y felicidad

Teorema Ambiental/Redacción

Neurocientíficos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta, Georgia, descubrieron sitios específicos en el cerebro humano que, cuando se estimulan eléctricamente, pueden provocar una risa inmediata, seguida de una sensación de calma y felicidad, incluso durante una cirugía cerebral donde el paciente se encuentre despierto.

Los efectos de la estimulación se observaron en un paciente con epilepsia que se sometía a una revisión para el diagnóstico de convulsiones. Estos efectos se aprovecharon dos días después, para completar una cirugía cerebral con anestesia local.

Los resultados se confirmaron en otros dos pacientes con epilepsia que se sometieron a una monitorización diagnóstica y fueron publicados en el Journal of Clinical Investigation.

Los neurocirujanos aseguraron que esta técnica es una forma “potencialmente transformadora” de calmar a algunos pacientes durante la cirugía cerebral con el paciente despierto, que incluso no estén especialmente ansiosos.

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Esta técnica de operar con la persona consciente permite revisar las funciones cerebrales críticas durante la neurocirugía, de modo que los médicos puedan hablar con ellos, evaluar sus habilidades lingüísticas y detectar alteraciones que puedan surgir de la resección (operación quirúrgica que consiste en separar total o parcialmente uno o varios órganos o tejidos del cuerpo).

Investigadores anteriores han informado que la estimulación eléctrica directa de otras partes del cerebro puede desencadenar la risa, pero la demostración de que los efectos contra la ansiedad pueden proporcionar beneficios clínicos significativos hace que este estudio sea distinto, dijo el autor principal Jon T. Willie, profesor asistente de neurocirugía y neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory, quien realizó las cirugías reportadas en la revista.

El artículo señala que esta estimulación “provocó de inmediato un comportamiento alegre, como sonreír y reír, y reportes de experiencias emocionales positivas”.

Este efecto, se sabe que se corresponde con la reducción de los síntomas depresivos, y sugiere un uso potencial de la estimulación del cíngulo para tratar la depresión.

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