Ciencia y tecnología

La Agencia Espacial Mexicana y el cambio climático

La Cámara de Diputados aprobó una iniciativa de ley para la creación de la Agencia Espacial Mexicana (Aexa) y la presentó ante el Senado.
Laura Mendoza Blanco

En un vasto y profundo análisis de la creación de este organismo y de las implicaciones para el país, no puede dejar de ser mencionado el costo económico en las circunstancias que vivimos como tampoco pueden dejar de ser mencionados los beneficios, incluyendo los potenciales. La investigación se halla imbricada con el desarrollo de tal manera que es complejo delimitar la una del otro.

Si el apoyo económico es dirigido a la solución de problemas de desarrollo científico y tecnológico la creación de Aexa está plenamente justificada. Como se menciona en la iniciativa de ley, se espera que el logro de propósitos la convierta en un organismo autofinanciable. Y qué decir de los servicios que pueda prestar en beneficio de la sociedad mexicana o del simple hecho de que posibles (re)organizaciones de actividades espaciales existentes nos lleven a un menor gasto que el que se ejerce actualmente en algunos rubros.

Aexa se crea como organismo de carácter técnico y especializado encargado de coordinar, impulsar y fomentar todo lo relacionado con la investigación, exploración y utilización del espacio exterior, como patrimonio de la nación, organismo público descentralizado, no sectorizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, y con autonomía técnica, de gestión y presupuestaria. Los artículos de la iniciativa de ley hablan de sus atribuciones, funciones, facultades, dirección y administración que incluyen ocho instancias diferentes.

Las áreas prioritarias mencionadas en la iniciativa son 15, incluyen la meteorología, las telecomunicaciones, la prevención de desastres y la percepción remota. Entre las áreas prioritarias están incluidas igualmente la astronáutica, la bioastronáutica y la exobiología, los satélites artificiales y la industria espacial, así como la física espacial, los cohetes sonda, la robótica espacial, la recreación atmosférica interplanetaria y la aeronáutica.

Una posible pregunta que podemos hacernos es ¿por qué astronáutica o por qué física espacial? La respuesta puede ser dada por medio de ejemplos. Sabemos que la fuerza de gravedad mantiene en órbita a un satélite artificial en ciertas asnm y ciertas velocidades, si aplicamos el conocimiento de que los satélites aceleran/desaceleran al recorrer sus órbitas debido a la presencia de mayor o de menor masa en la superficie de la Tierra cerca del punto subsatelital, tendremos que dos satélites artificiales en la misma órbita no conservan una interdistancia constante por pasar uno primero y el otro después por arriba de estas masas, la medición de esta distancia puede darnos conocimiento de las masas, en particular de la masa, extensión y derretimiento de hielo marino en el Ártico con implicaciones en el cambio climático.

La gravedad es la fuerza que existe entre masas (las hay que existen entre cargas eléctricas), de modo que también podemos obtener información sobre la elevación del nivel del mar calculando la forma achatada de la Tierra o la forma de pera a partir de la fuerza de gravedad ejercida sobre la posición y la velocidad de los satélites artificiales. Nuestro planeta presenta un mayor abultamiento ecuatorial a partir de 1998.

En resumen, la mecánica de órbitas, que es parte de la astronáutica, nos ayuda a determinar el cambio climático. ¿Y por qué física espacial? Los eventos en el sol pueden desatar tormentas de radiación (protones energéticos) y tormentas magnéticas en el geoespacio que pueden afectar a los pasajeros de las líneas aéreas comerciales, influir en los patrones de migración de especies, interferir en las comunicaciones terrenas con bloqueos de radio en frecuencias HF como las utilizadas por la Red Nacional de Emergencia (RNE) en México en situaciones de desastres, y pueden ocasionar cortes en la energía eléctrica con duración de horas, como el de Quebec en 1989.

La física espacial y el clima espacial en lo particular nos ayudan a predecir cuánto tiempo transcurre entre la ocurrencia de un evento en el sol y el momento en que sus efectos son sentidos en el geoespacio. A otros les llamará la atención la observación de las auroras, que también son manifestaciones visibles de efectos en el geoespacio debidos a los eventos en el sol y a las características del viento solar.

¿Los rayos cósmicos galácticos tienen que ver realmente con nosotros? Estos rayos al penetrar en la atmósfera pueden crear por interacción con ella núcleos de condensación que afectan la cantidad y tipos de nubes en la troposfera y por lo tanto el albedo y la precipitación. Pero para medir la distancia entre dos satélites artificiales en órbita, para saber sobre los flujos de rayos cósmicos, para caracterizar y alertar sobre la ocurrencia de tormentas magnéticas o solares, es necesario diseñar y construir dispositivos aplicando conceptos de la ingeniería de modo que los datos colectados sean confiables y de la menor incertidumbre posible, dispositivos que son tanto terrenos como satelitales, requerimos de una industria espacial.

La telemedicina requiere de las telecomunicaciones y del procesamiento de imágenes médicas y permite, por ejemplo, que pacientes que no pueden o no deben ser trasladados sean atendidos en su localidad de residencia. Hay datos espaciales que pueden requerir para su recolección de la intervención humana al no contar con dispositivos físicos suficientemente “inteligentes” como para llevar a cabo la tarea, a pesar de los avances de la inteligencia artificial o de los materiales inteligentes, en cuyo caso se debe proteger a los tripulantes de una sonda de los efectos de la radiación del espacio exterior.

Debido al terremoto de diciembre de 2004, la longitud del día solar (tiempo observado) fue afectada en 2.68 microsegundos (la masa oceánica transportada alteró en una pequeñísima parte el movimiento de rotación de la Tierra alrededor de su eje), la posición del polo norte medio también fue afectada en 2.5 cm en la dirección de la longitud 145°, la forma elíptica de la Tierra también fue afectada (una parte en 10 mil millones menos elíptica) que no puede ser asociada directamente sino indirectamente con cambio climático.

El derecho espacial o la legislación del espacio y su explotación tienen aún mucho camino por avanzar. Debemos contar con mecanismos de formación de analistas en temas del espacio del mismo modo que contamos con analistas políticos; debemos ofrecer a los niños y jóvenes la opción de formación en temas del espacio en nuestro país, crear más cultura espacial e impulsar la expresión de las bellas artes en estos temas, independientemente de la necesidad y beneficios de los esquemas de colaboración con organismos espaciales internacionales.

Las 15 áreas mencionadas en la ley son prioritarias. Debemos externar nuestras opiniones en cuanto a la creación de la Agencia Espacial Mexicana y sus mecanismos de puesta en marcha y operación.

Fuente: Teorema

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