Ciencia y tecnología

Innovan filtro ecológico para motores disel

Se estima que en 2004 el volumen de filtros de desecho de los motores diesel fue de 30 mil toneladas en el país, pero un problema que se genera obedece a que en su interior contienen hasta un litro de residuos de aceite o del propio combustible, y sólo basta una gota de esas sustancias para contaminar hasta mil litros de agua.

¿Por qué en lugar de botarlos a la basura, no se fabrican a modo de ser reutilizables? Esta pregunta motivó a un ingeniero mexicano a desarrollar un sistema de filtros para motores diesel, tanto para el combustible como el aceite que emplean con una tecnología de enfoque ecológico que permite lavarlos y reutilizarlos de 20 a 30 veces, lo que les otorga una durabilidad que se prolonga hasta más de tres años antes de ser desechados y que en su aplicación ha demostrado una alta eficiencia en su funcionamiento.

El filtro fue diseñado por el ingeniero Carlos Benavides y ello dio origen a la empresa Golden Filter y por la calidad y probada eficacia del producto ganó este año el premio a la Innovación Tecnológica, en la categoría Pyme, que otorga la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico.

Aparte de contribuir a proteger el medio ambiente, con este avance los dueños de automotores diesel reducirán sus costos por consumo al eliminar la compra continua y cambios de filtros convencionales.

En entrevista, Alfredo Benavides, licenciado en administración de empresas e hijo del galardonado, refirió que el proyecto inició 12 años atrás cuando su padre trabajaba en barcos en Ciudad del Carmen, Campeche, y le llamaba la atención que uno de los insumos mas solicitados y difíciles de encontrar eran los filtros para los motores diesel. Era mayor la demanda que la oferta, al tiempo que en ese entonces entró en vigor una norma que prohibía desechar los filtros en el mar.

Un día que estaba a bordo de un barco noruego, el ingeniero Benavides observó que contaba con unos filtros de diseño fuera de lo común y que además eran reutilizables, por lo que buscó adquirirlos con la empresa europea que los fabricaba. Se encontró con que ésta había cerrado sus puertas.

A partir de allí decidió desarrollarlos por su propia cuenta y en 1998 logró su primer prototipo, al que dos años después realizó algunas modificaciones en su diseño y materiales.

Con esa nueva versión del filtro acudió a algunas empresas que le brindaron la facilidad de probar su diseño en motores diesel y comprobar su eficacia o realizar nuevos ajustes.

“En el 2002, con un diseño ya más definido, logramos entrar al programa Avance del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el cual no sólo nos brindó apoyos económicos sino asesoría tecnológica para optimizar el filtro. Actualmente trabajamos con el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados para desarrollar una nueva versión que dispondrá de algunos elementos electrónicos de control y que es factible tenerlos a finales de año”, explicó Alfredo Benavides.

Antes de acudir al apoyo del programa Avance, refirió, el único financiamiento con que contaron para impulsar su desarrollo provino de sus propios recursos por lo que la producción de los filtros era muy limitada y de manera artesanal. “Hacer 10 de ellos era una locura y ahora contamos con mayor infraestructura. Si bien todavía no disponemos de una planta propia, ya podemos por medio de terceros maquilarlos en otras empresas y con ello aumentar los lotes de producción.”

En este sentido, expone que Kaptor, como se denomina comercialmente el filtro, ha demostrado mejorar la combustión y el rendimiento del motor al mantener la presión en forma constante y optimiza las bombas e inyectores conservándolos limpios, entre otras ventajas.

Respecto a su reutilización, aseguró que uno solo de ellos sustituye a 20 o 30 convencionales, y los ciclos de limpieza van de los tres a los cuatro meses, pero esto depende más de los esquemas de mantenimiento del propio usuario. Para su limpieza solamente hay que desmontarlo y lavar el material filtrante con un cepillo y jabón biodegradable. Posteriormente se ensambla de nuevo y se deja pasar en sentido inverso a como fluye el diesel o el aceite una corriente de aire a presión o agua. Una vez seco, está listo para reutilizarse.

Fuente: ID

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