Ciencia y tecnología

Ingeniero de la UNAM mejora dron para pronosticar el clima

El proyecto se ejecutó en un dron que medía la temperatura, la presión atmosférica, la humedad y la altitud, al cual le implementó un sistema más ligero y con nuevas variables

Teorema Ambiental/Redacción

El trabajo de tesis del ingeniero universitario Marco Silvano Serrano Ramírez, es una interesante contribución a los estudios meteorológicos en el país. Se trata de un proyecto para implementar una sonda meteorológica para globo cautivo y vehículo aéreo no tripulado (VANT), o dron, a partir de los estudios del ingeniero Gustavo Vázquez Cruz, académico del Instituto de Geografía de la UNAM.

El ingeniero serrano es egresado de la carrera de ingeniería mecánica eléctrica de la Facultad de Ingeniería de la Facultad de Estudios Superiores (FES), campus Cuautitlán. Posteriormente cursó un diplomado de sistemas embebidos, en el cual se implementan sistemas del tamaño de una tarjeta de crédito para realizar tareas específicas de manera autónoma, como es el caso de los semáforos.

Más tarde conoció al ingeniero Gustavo Vázquez Cruz, quien lo invitó a trabajar con una computadora Raspberry pi 3 para aplicar estos conocimientos en un equipo de medición climática.

El proyecto se ejecutó en un dron que medía la temperatura, la presión atmosférica, la humedad y la altitud, al cual le implementó un sistema más ligero y con nuevas variables para estudiar: tiempo real, fecha y hora exacta del momento de la medición, punto de rocío, coordenadas, dirección y velocidad de viento.

Para ello, utilizó la marca DJI Phantom, de los drones profesionales más económicos en el mercado.

Con estas herramientas se desarrolló un sistema más ligero, cuyo diseño evitó la vibración y los riesgos de desprendimiento ante el vuelo y las condiciones climáticas, debido al peso del dron (12 kilos) y su capacidad máxima de carga en condiciones óptimas (300 gramos).

Para cumplir con este peso máximo se aplicaron impresiones 3D, con las cuales “diseñas, imprimes y armas”, explicó.

Otro aspecto importante en el proceso fue poder medir la velocidad y la dirección del viento. Para ello, creó un anemómetro sónico (dispositivo que utiliza los pulsos ultrasónicos para cuantificar).

Una vez implementadas estas modificaciones, se realizaron pruebas en el Instituto de Geografía, donde se establecieron mediciones en torno al comportamiento de la temperatura, la humedad y el punto de rocío, variables que son consideradas para el pronóstico de lluvias. Los resultados fueron óptimos.

El trabajo que tiene por objetivo servir como apoyo universitario y funcionar como herramienta para el estudio del cambio del clima en institutos orientados a la meteorología tardó un año y medio para ser terminado.

El éxito de este mecanismo está basado en tres cuestiones, precisión, control e inversión a largo plazo, lo que hace fundamental apoyar la investigación y desarrollo de este tipo de proyectos, que generan beneficios en diferentes ámbitos de la sociedad y requieren de un gran esfuerzo intelectual y económico para ser concluidos.

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