Instalar un invernadero y no incluir un sistema hidropónico es dejar las cosas a medias, ya que con la aplicación de esta técnica los rendimientos son más altos y existe mayor control de los nutrientes de la planta.
Cada instrumento que se instale en el invernadero aumentará el costo en relación con la producción a campo abierto, donde si las reacciones químicas propias del suelo no son las óptimas, pueden incidir en el desarrollo del cultivo, asevera Juan Hernández, especialista en cultivos hidropónicos bajo invernadero.
El profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) recuerda que hace más de 30 años el doctor Felipe Sánchez del Castillo inició los cultivos hidropónicos en esta casa de estudios y comenzó a trabajar con algunos materiales traídos del extranjero, pero como eran muy caros buscó otras opciones y encontró que el tezontle era lo más apropiado para este sistema de cultivo.
Esto hizo posible que se clasificaran los materiales para un sistema hidropónico que utilice tezontle como sustrato, tomando en cuenta los diferentes niveles socioeconómicos.
También se han probado otros sustratos que sólo se encuentran en ciertas regiones, para tratar de minimizar el costo de producción. Esto es importante si pensamos que las zonas que cuentan con tezontle son la parte central de México, algunos lugares de Baja California y de Chiapas.
En forma paralela se trabaja en la fertilización de soluciones nutritivas preparadas de acuerdo al cultivo y a la etapa de desarrollo en que se encuentra.
En breve se tendrá un fertirrigador de alta tecnología, con 30 posibilidades para variar la solución nutritiva en el invernadero.
Con el equipamiento que se pretende instalar para la investigación, se espera que la UACh tenga uno de los laboratorios para hidroponía y manejo de invernaderos más desarrollados del país, que incluya riego por goteo, con el cual se pueda dar respuesta a las necesidades de los agricultores.
