Ciencia y tecnología

Hecho en México, factible el desarrollo de maquinaria agrícola de alta eficiencia

La carencia de recursos, aunada al desconocimiento de la problemática real del sector, constituye uno de los principales obstáculos para solucionar el grave rezago de México en cuanto al desarrollo de maquinaria agrícola, por lo que las universidades han optado por trabajar en coordinación con empresas y productores que aportan los recursos necesarios para llevar a cabo proyectos de alta calidad y eficiencia.

Ante el vacío que existe en materia de innovación, diseño y fabricación de maquinaria agrícola en nuestro país, donde la mayor parte de los equipos que se utilizan son de procedencia extranjera, que no siempre cumplen totalmente con las características para las que fueron creados, el Departamento de Ingeniería Mecánica Agrícola (DIMA) de la Universidad Autónoma Chapingo se dio a la tarea de desarrollar soluciones de ingeniería acordes a problemas específicos.

Hasta hace poco tiempo los centros de investigación trabajaban con recursos propios, lo que limitaba su capacidad y en ocasiones tornaba poco viable la venta de la maquinaria, sin embargo, en la actualidad el mecanismo se modificó ya que ahora los proyectos se hacen prácticamente bajo encargo explícito de los interesados.

«Este esquema ofrece al cliente la certeza de que son ingenierías hechas por investigadores de gran nivel, además de que se adquieren al más bajo costo posible, a diferencia de las de importación que en ocasiones son verdadera chatarra debido a la falta de regulación y control de calidad que hay en nuestro país», aseguró en entrevista con 2000Agro, José Guadalupe Gaytán Ruelas, director del DIMA.

Agregó que la mayor parte de la tecnología que se desarrolla para el campo se realiza fuera de México, en ocasiones sólo se ensambla en nuestro país, las piezas más caras generalmente provienen del extranjero.

En la década de los ochenta existían aproximadamente 40 marcas de equipos para el campo, hoy existen más de 300 firmas en el país, que han contado con apoyos gubernamentales destinados a la mecanización agrícola.

El investigador sostuvo que actualmente no existe un inventario donde se informe de la calidad de las máquinas que se venden en el país, por lo que recomendó que sería sumamente necesario que se implementara un control ya que el equipo es altamente costoso.

Informó que en muchos países existen centros de pruebas de maquinaria agrícola con el fin de que se otorgue la seguridad de que la máquina sirve y cumple con los requisitos para su buen funcionamiento. En México hace falta contar con este tipo de reglamentaciones ya que se puede dar el caso de comprar desarrollos inútiles sin posibilidad de reclamación, pues, advirtió, hay empresas fraudulentas que de pronto desaparecen.

Gaytán Ruelas indicó que el departamento a su cargo transita por una etapa distinta a los servicios que de forma tradicional han brindado las universidades, ya que todos los trabajos se hacen mediante un contrato, por lo que es necesario que cada instrumento que se fabrique funcione y que además deba realizarse en un determinado tiempo y con un presupuesto también establecido con anticipación.

Ofrecen un servicio único ya que los prototipos tienen la ventaja de que fueron creados de tal forma que en el momento en que quieran fabricarse en serie se haga a un costo muy bajo.

Calificó de grave el problema del rezago en mecanización agrícola nacional, ya que se estima que de los 24 millones de hectáreas que se cultivan en el país sólo ocho mil están tecnificadas.

Además –aseveró–, a esta situación se le suma que no se tiene preciso lo que significa tecnificación agrícola, que en su concepto más amplio se refiere al estudio y aplicación de tractores, implementos para labranza del suelo, máquinas para siembra, plantación, fertilización, protección de cultivos, recolección, cosecha, beneficio y procesamiento, equipos empleados en la producción pecuaria.

Asimismo en los sistemas de riego, drenaje y nivelación de tierras, en el procesamiento agroindustrial, en la infraestructura de la explotación forestal, entre otras, así como de las diversas fuentes energéticas que se utilizan en el accionamiento de los sistemas y mecanismos de estas máquinas.

Su estrategia para desarrollar maquinaria consiste en otorgar precios bajos para que se constituya como una oferta atractiva para sus clientes. Actualmente se encuentran saturados de trabajo, por lo que el departamento requiere incrementar tanto la infraestructura como el personal con el que cuenta.

A grandes rasgos, las esferas de actuación del DIMA consisten en la explotación racional de los parques de maquinaria en las unidades de producción agrícola, así como el desarrollo de sistemas, procesos y tecnologías para la mecanización de la agricultura.

Los servicios que ofrece el departamento consisten en impartir cursos de capacitación, actualización y entrenamiento; aportar asesoría técnica profesional en proyectos integrales de mecanización agropecuaria; diagnóstico técnico de maquinaría: adaptaciones, modificaciones, diseño, manufactura, fabricación, reparación y mantenimiento de equipos; estudios sobre evaluaciones y pruebas; proyectos de electrificación en instalaciones agropecuarias; selección y compra de maquinaria nueva y usada; planes para el establecimiento, equipamiento y organización de talleres de mantenimiento y reparación, proyección, cálculo, selección, compra, instalación y puesta en marcha de la maquinaría, y equipos utilizados en las plantas para el beneficio y procesamiento de productos agrícolas, así como selección de las tecnologías de producción.

Son numerosos los proyectos en los que el DIMA ha participado, entre ellos se puede mencionar el desarrollo de una sembradora para labranza de conservación de tracción animal, financiado en su totalidad por la iniciativa privada y que cuenta con un dosificador tipo plato inclinado, capacidad para 0.25 hectáreas por hora y la fuente de potencia es de uno a dos animales.

Asimismo, recientemente el Gobierno del Distrito Federal encargó al DIMA la creación de un instrumento útil para compostear los residuos orgánicos de las áreas verdes de Iztapalapa que al mezclarlos con los residuos provenientes de la Central de Abasto los transforma en un valioso fertilizante.

El desarrollo consistió en una planta para producción mecanizada de composta, formada por transportadores de banda, con motorreductores desde uno hasta tres caballos de potencia; tolvas de almacenamiento de cuatro y seis metros cúbicos; máquina de picado de desechos de jardinería, con motores de accionamiento de cinco hasta 50 caballos de potencia; máquina de picado de residuos de la Central de Abasto, con motores de tres a 50 caballos de potencia; máquina cribadora de composta procesada, con motor de 50 caballos de potencia.

Otros desarrollos tecnológicos que se pueden mencionar son: desgranadoras de maíz; picadoras de forraje verde; molinos de martillos; reventadoras de amaranto; secadores de granos; dosificadores de polvos y gránulos; rastra de picos rotativa; sembradora de lenteja de tracción animal; despicadora de jamaica; despulpadora de frutas; picadora y secadora de nopal.

Asimismo, limpiadora de semillas; sembradora montada en motocultor; trasplantadora de piña; secador de café; sembradora de hortalizas; extractora de semillas de tomate de cáscara; picadora de ramas; desahuatadora de tunas; desfibradora de lechuguilla; sembradora fertilizadora tipo unitario para labranza de conservación montada en tractor agrícola; dosificadora de semillas de trigo; cribadora seleccionadora de cebada maltera; planta cribadora de ajonjolí.

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