Ciencia y tecnología

Fertigación, plantas bien nutridas

Los sistemas de riego han evolucionado a tal grado que hoy en día es posible aplicar el agua junto con fertilizantes en forma precisa y con mejores resultados para el crecimiento de las plantas.

La fertirrigación o fertigación es un sistema de riego mediante el cual los fertilizantes o elementos nutritivos que necesita una planta se aplican con el agua de riego.

Con este método se logra optimizar el agua y los nutrientes, además se asegura la conservación del medio ambiente al reducir la contaminación de las aguas subterráneas por el exceso de nitratos.

Los principales nutrientes considerados en fertigación son nitrógeno, fósforo, potasio y magnesio, así como fierro, zinc, cobre, manganeso y boro.

Este sistema permite regar una solución nutritiva en forma continua o intermitente, favoreciendo la eficiencia de recuperación de los nutrientes por las raíces de las plantas.

En riego presurizado, principalmente goteo y microaspersión, la fertirrigación permite optimizar la tecnología de uso de fertilizantes.

La oportunidad o época de aplicación de nutrientes puede ajustarse mejor con relación a las necesidades de nitrógeno, fósforo y potasio que requieren las plantas, dosificando diariamente las cantidades precisas para los cultivos.

Ventajas de la fertirrigación

a) Mayor eficiencia en el uso de fertilizantes, gran parte de éstos son utilizados efectivamente por la planta, además existe una mejor distribución del producto.
b) Adaptación del programa de fertilización a diferentes etapas de desarrollo del cultivo. Las fertilizaciones pueden asimilarse de acuerdo con lo que el cultivo necesita en cada fase de su desarrollo, ya sea en el crecimiento vegetativo, floración o cuajado.
c) Se requiere menos mano de obra en la aplicación de fertilizantes.
d) Reducción de la compactación del suelo, ya que no ingresa maquinaria al predio.
e) Posibilidad de utilizar fertilizantes líquidos y gaseosos.

Precauciones al momento de fertirrigar

Una primera recomendación es vigilar que las aplicaciones de fertilizantes y otros productos sean bien dosificadas para no producir daño al cultivo.

Otra medida recomendable es vigilar las posibles obturaciones en los sistemas de riego causadas por precipitados, producidos por la incompatibilidad de distintos fertilizantes entre sí o porque no han sido bien disueltos.

Requerimiento de nutrientes

Los elementos necesarios para el desarrollo de todos los cultivos se agrupan en tres categorías de acuerdo con la cantidad requerida.

Macronutrientes. Carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre.

Micronutrientes. Fierro, manganeso, cobre, zinc, boro, molibdeno y cloro.

Elementos menores o trazas Cobalto, sodio y silicio

Todos estos elementos excepto el oxígeno, hidrógeno y carbono, son absorbidos casi exclusivamente por las raíces e ingresan al sistema vascular por medio del agua.

Los requerimientos de macronutrientes, especialmente nitrógeno, fósforo y potasio están determinados por la especie vegetal, por el periodo fonológico y por el nivel de producción esperado.

Para conocer la cantidad de fertilizante que debe aplicarse y la distribución a lo largo de la temporada de cultivo es necesario disponer de información validada a las condiciones locales.

La cantidad de nutrientes que requiere un cultivo puede ser suministrada por un fertilizante, por el suelo y por el agua de riego. Es conveniente evaluar el aporte de nutrientes por el suelo y el agua de riego. Para ello se debe obtener una muestra de suelo o agua según corresponda y enviarla a un laboratorio químico para su análisis.

Sistemas de riego aptos para la fertirrigación

La diferencia fundamental entre los diversos métodos de riego es su eficiencia, es decir, qué cantidad del agua aplicada es utilizada directamente por la planta.

En cuanto a eficacia, los métodos de riego superficiales son los menos eficientes, mientras que los de riego presurizado aprovechan casi la totalidad del agua aplicada, siendo los más eficientes.

El riego localizado, ya sea goteo, cinta, microaspersión o microjet brinda la oportunidad precisa para la aplicación de fertilizantes y agroquímicos mediante el sistema de riego.

Productos más y menos solubles

• Muy solubles urea, nitrato de calcio y nitrato de potasio
• Medianamente solubles cloruro de potasio, fosfato diamónico y nitrato de amonio
• Menos solubles sulfato de calcio, superfosfato triple, superfosfato normal y sulfato de fierro
• Combinar dos o más fertilizantes puede hacer menos soluble el producto final
• La solubilidad varía según la temperatura del agua: a mayor temperatura mayor solubilidad
• Los productos de baja solubilidad o menos solubles no deben ser utilizados en fertirrigación

Funcionamiento de un sistema de fertirrigación

El proceso de fertirrigación comienza en el cabezal de riego, donde son mezclados los fertilizantes con el agua a ocupar en el sistema.

La solución, que se prepara previamente en un balde y que posteriormente es infectada al sistema, posee una alta concentración y se denomina solución madre.

La solución madre se mezcla con el agua de riego formando una solución diluida llamada solución fertilizante, que es la que circula por las tuberías, llega al terreno y nutre la planta.

Riego programado de precisión

Permite asegurar condiciones de disponibilidad óptima de agua para el cultivo, al combinar una o más formas de medir o estimar los requerimientos hídricos de las plantas.
Los especialistas consideran al riego programado de precisión como una parte fundamental de la fertigación.
Entre las diversas técnicas para determinar con precisión los requerimientos hídricos están:
a) Las mediciones esporádicas del contenido de agua en el suelo, ya sea con métodos directos, como muestreo, secado y peso, o indirectos, como aspersor de neutrones o la capacitancia eléctrica.
b) El uso de tensiómetros o las conductancias eléctrica (bloques de yeso o teflón poroso) o térmica.
c) La estimación de la demanda evaporativa de la atmósfera, con mediciones de parámetros del microclima realizadas por las estaciones meteorológicas automáticas.
d) La determinación continua del estado energético del agua en la planta, por medio de termómetros electromagnéticos infrarrojos y otras técnicas de percepción remota.

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