Ciencia y tecnología

Espectacular crecimiento de invernaderos en México

La infraestructura de invernaderos en México ha tenido un crecimiento espectacular y en su implementación participan agricultores y empresarios convencidos de las ventajas de este tipo de producción como una alternativa para invertir.

En 1990 había aproximadamente 50 hectáreas con algún tipo de producción de vegetales bajo invernadero, para 1999 la cifra era de 600, en 2001 se elevó a 950 y ahora suman alrededor de 2,200 hectáreas –con una diversificación de cultivos–, algunas de las cuales no están operando por problemas con ciertos proyectos.

Los invernaderos están de “moda” y “parecen la panacea” para quienes están vinculados al sector agrícola, pero hay que tener mucho cuidado porque hubo y habrá varios problemas que nos van a afectar a todos, advirtió Mario Steta Gándara, director general de Agros.

Existen proyectos en casi todo el país y todas las condiciones ambientales. México entró a una etapa relativamente tardía, por lo que nos estamos beneficiando de la experiencia que hay en el mundo para el desarrollo de esta tecnología, agregó.

Aunque no se cuenta con una estadística oficial, las estimaciones refieren que hay otras 500 hectáreas de invernadero en construcción, por lo que para finales de 2004 o principios de 2005 en México habrá cerca de tres mil hectáreas en total; si comparamos con España que reporta 40 o 50 mil hectáreas, es poco, pero la dinámica que está tomando es importante, apuntó Steta Gándara.

En su intervención durante el Cuarto Foro de Expectativas del Sector Agroalimentario y Pesquero 2004, organizado por el SIAP, manifestó que para los próximos años la proyección es que seguirá creciendo entre 10 y 15 por ciento, y más operaciones de campo se van a reconvertir al sistema de invernadero.

Según datos recabados entre los productores, el tomate ocupa 70 por ciento del volumen producido en invernadero, el pepino 10 por ciento, el pimiento de colores ha tenido un crecimiento acelerado y alcanza un 8 por ciento y otros cultivos concentran 5 por ciento.

En 1998 el tomate de invernadero mexicano representaba 4 por ciento de la venta de tomate fresco hacia Estados Unidos, hoy se calcula en 25 por ciento.

La industria de invernaderos ha enfrentado problemas como tecnología mal enfocada, proveeduría deficiente y poco profesional, administración y financiamiento inadecuado y poco competitivo, además que falta personal capacitado.

En contraste, afirmó Mario Steta, las ventajas están en costos de producción y mano de obra, pero en muchos casos no nos estamos beneficiando de ello, hay muchos costos ocultos, nos afecta el precio del gas, de la energía eléctrica, que es más cara que en Texas.

El impacto económico

En 2001 se habían exportado 22 millones de cajas, de las cuales sobresalen tomate, pepino y pimiento, con un valor comercial de 225 millones de dólares, lo cual marca una pauta de la relevancia del sector, que genera 12 mil empleos directos e inversiones de capital en operaciones por al menos 340 millones de dólares.

México ha empezado a participar en el mercado internacional de hortalizas y hemos afectado en cierta medida lo que Canadá ha estado enviando a Estados Unidos, así como las exportaciones de la Unión Europea, expresó Mario Steta.

Los tres países firmantes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) operan ya como un solo mercado, por lo que las variaciones de precios en México, Estados Unidos o Canadá influyen sobre el resto.

Resolución de problemas comerciales

Steta Gándara aseveró que ha habido barreras comerciales, tuvimos que renegociar el acuerdo con Estados Unidos, se volvió a fijar el precio de referencia para tomate, hubo intentos por limitar volúmenes, pero lo importante es que ha habido mucho interés para tratar los conflictos que afectan al sector hortícola.

De hecho, dijo, hay un grupo de trabajo entre los tres países que ha tratado de lidiar con situaciones de comercio y ha empezado a ayudar para tratar los problemas y tratarlos de una manera abierta y resolverlos. Incluso, existe la posibilidad de formar una asociación de productores de hortalizas en invernadero para Norteamérica.

Los costos

El costo de los productos será un factor clave del mercado, ya que hacemos el tomate más barato o no vamos a competir. Una posibilidad es que podría haber un precio de referencia para producción de invernadero, fundamentalmente en tomate.
Otro factor que se debe tomar en cuenta es que el precio del tomate de invernadero influye en el de campo abierto.

Habrá más intentos por asociarse en el mercado entre actores de los tres países. En México vamos a ver la formación de cuatro o cinco grupos especializados en producción de invernadero que serán los que dominen la penetración y la relación con las cadenas comerciales. También pudiera ser que entre esos grupos se den sociedades.

La estrategia de “ventana” que han seguido estados como Sinaloa para colocar sus productos en Estados Unidos es posible que tenga una operación limitada, y ahora se estará con producto en el mercado todo el año.

Mario Steta comentó que el sector está entrando a una etapa de crecimiento acelerado, previo a la consolidación en dos o cinco años, pero la etapa de arranque ya se dio. Y se preguntó si con esta tendencia en materia de invernaderos se convertirá México en la próxima España.

Invernaderos

Bionatur inició con 40 hectáreas ubicadas en Pastejé, Estado de México. Es una coinversión de Carlos Peralta con inversionistas españoles. En su primera etapa anunció una inversión de 125 millones de dólares. La idea es alcanzar 200 hectáreas para 2005, con una producción de 150 mil toneladas de tomates anuales para el mercado estadounidense. El promedio de producción por metro cuadrado será de 70 kilos de tomate.

El Grupo Bátiz tiene fuerte presencia en Sinaloa y Baja California Sur. Produce y comercializa en hortalizas de alta calidad en Estados Unidos.

En Guanajuato se realiza una coinversión con Jalisco para seis hectáreas de lechuga hidropónica, bajo el modelo aplicado en Quebec, Canadá, y el Grupo Soriana invierte en Torreón.

El invernadero de Santa Rita, San Luis Potosí, es un proyecto ambicioso, pero polémico, del mismo grupo que tenía un plan en Quintana Roo, inaugurado en 2003.

En los años ochenta hubo un gran esfuerzo por desarrollar la industria florícola y se trajo mucha tecnología para invernadero, sobre todo a Michoacán y al Estado de México, que sirvieron como base para los primeros desarrollos que se dieron entre 1988 y 1990. Hacia 2000 se observa un crecimiento acelerado del sector.

La mayoría de operaciones se llevaron a cabo en zonas costeras, salvo el proyecto de Tequisquiapan, después los proyectos se movieron a regiones más altas y la tecnología y el tipo de inversión ha crecido de manera acelerada.

En áreas costeras se observa la adaptación de tecnología española, israelí y mexicana; en zonas de altitud media predominan las tecnologías francesa, española, canadiense y, en menor medida, la estadounidense; en altitudes elevadas, norte de Sonora y centro de México, hay tecnología holandesa, canadiense y francesa.

La cubierta predominante con 94 por ciento es la de plásticos; 3 o 4 por ciento de cristal y 2 por ciento en otro tipo de material (policarbonato).

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