Ciencia y tecnología

Desarrollan nuevo método para diagnosticar hígado graso

A partir de una muestra de sangre se identifican marcadores genéticos que ayudarán a un rápido diagnóstico

higado-grasoEl hígado graso no alcohólico es una enfermedad hepática debida a la acumulación de grasa en el hígado. Aunque en México no existen estadísticas, se considera que esta afección crece a la par de la obesidad y la diabetes; incluso, se encuentran dentro de las diez primeras causas de enfermedad y muerte en los mexicanos.

Pese al grave impacto, según el Comité Científico de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática, el hígado graso generalmente no tiene síntomas y puede presentarse tanto en adultos como en niños, es originado principalmente por la obesidad, debido a la acumulación de grasa dentro de las células de este órgano.

Por ello, los investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM trabajan en un método para diagnosticar el hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), y otra forma de hígado graso: la esteatohepatitis no alcohólica o NASH (nonalcoholic steatohepatitis), en la que, además de acumular grasa en los hepatocitos (células funcionales del hígado), principalmente triglicéridos, hay inflamación y lesión en estas células.

Salvador Fonseca Coronado, del Laboratorio Inmunología de Enfermedades Infecciosas de la Unidad de Investigación Multidisciplinaria de la entidad universitaria, explicó que se busca identificar en los pacientes un polimorfismo genético que permita diferenciar entre los que tienen NASH y los que tienen NAFLD, porque hasta ahora la única forma de diagnóstico es una biopsia hepática, procedimiento invasivo que en ocasiones no es muy preciso.

Para detectar los polimorfismos, a partir de una muestra de sangre del paciente se identifican marcadores tanto genéticos como serológicos, con los que se establece si tiene NASH más diabetes, sobrepeso o algún grado de obesidad mórbida.

NASH, prosiguió Fonseca Coronado, es una forma agresiva de esteatosis hepática no alcohólica, en la que además de la acumulación de grasa en dicho órgano, hay necrosis, inflamación y fibrosis, lo cual lleva a cirrosis hepática y cáncer de hígado, indicó el investigador.

En estos pacientes se debe distinguir entre los que solo tienen hígado graso (NAFLD) y los que tienen hígado graso e inflamación (NASH), porque durante el proceso de inflamación hay destrucción de los hepatocitos y su sustitución por fibroblastos, lo cual da lugar a lo que se conoce como fibrosis. Cuando el daño es grave, se genera cirrosis, y la etapa final es el hepatocarcinoma o cáncer de hígado, alertó.

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