Ciencia y tecnología

Dejaste el cigarro, estos alimentos regeneran tus pulmones

Una dieta rica en tomates y manzanas regenera los daños producidos por el tabaco en los pulmones

Teorema Ambiental/Redacción

El tabaco es una de las drogas más adictivas que existen en el mundo, por lo que dejar esta dependencia es muy difícil, pero de gran alivio para tus pulmones, pero regenerar los tejidos dañados tomará tiempo.

Si consumes frecuentemente estos alimentos, podrás ayudar a su recuperación de una manera más eficaz:

De acuerdo con la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore (EEUU), una dieta rica en tomates y manzanas regenera los daños producidos por el tabaco en los pulmones, así como el deterioro de la función pulmonar asociado a la edad, incluso en fumadores pasivos.

El consumo de estas frutas reduce el riesgo de padecer enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) tanto en los fumadores, como en los exfumadores.

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Las cebollas proporcionan vitamina C, vitamina B6 y otros nutrientes esenciales, que dan al cuerpo toda la energía que necesita para curarse. Además aportan sustancias anticancerígenas, como la quercetina, un antioxidante natural, que ayuda a prevenir el cáncer de pulmón.

Las zanahorias ofrecen vitaminas A y C que ayudan a los pulmones a sanar desde el interior, con sustancias como el licopeno, falcarinol, betacaroteno, luteína y zeaxantina, los cuales son poderosos anticancerígenos.

Las naranjas aportan vitamina C, hierro y vitamina B6, cuyos nutrientes ayudan a los pulmones a transferir el oxígeno a las células más eficientemente, así como el beta-criptoxantina, un antioxidante natural.

Las grosellas negras, arándanos y fresas contienen resveratrol, un poderoso fitoquímico, con propiedades antiinflamatorias, es anticoagulante, mejora la memoria, el metabolismo de las grasas e inhibe la oxidación y el envejecimiento de los tejidos, así como el cáncer de pulmón. También son ricos en antocianinas, que reducen la posibilidad de desarrollar cáncer en los pulmones y el tubo digestivo.

La función pulmonar se deteriora a partir de los 35 años, por lo que el aparato respiratorio de un fumador nunca llega a restaurarse del todo. En este punto, el diafragma pierde fuerza, los músculos que mantienen las vías respiratorias abiertas se debilitan, se reduce la capacidad de exhalar e inhalar, los alveolos cambian de forma y las órdenes que reciben los pulmones del cerebro se debilitan paulatinamente.

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