Ciencia y tecnología

Crean dispositivo cerebral para combatir abstinencia por drogas

La actividad cerebral se monitorea de manera remota por el equipo de médicos, fisiólogos y expertos en adicción para ver si la obsesión por consumir la sustancia disminuye

Teorema Ambiental/Redacción

Morgantown, Virginia, 3 de enero de 2020.— En Estados Unidos la adicción a los opioides y otras sustancias enervantes es considerada un problema grave de salud por los costos que genera el tratamiento de estas personas para desintoxicarse y rehabilitarse. Las estadísticas muestran que la sobredosis es la principal causa de muerte en EEUU en personas menores de 50 años.

Por ello, las diferentes instituciones de investigación han probado un tratamiento revolucionario que funciona con implantes cerebrales. La idea de esta tecnología es ayudar a los pacientes con adicción severa a reducir su ansiedad, uno de los síntomas físicos que provocan la recaída como parte del síndrome de abstinencia que sufren las personas que buscan rehabilitarse.

Consiste en hacer una cirugía e insertar un implante en el cerebro que funciona como una especie de “marcapasos”, aunque tampoco está planeado como una tecnología de productos de consumo ni como un instrumento que mejorará las características de los humanos.

Hasta el momento ya han sido operados cuatro pacientes en el Hospital de Medicina de la Universidad de Virginia Occidental (WVU, por sus siglas en inglés) para hacer pruebas.

El proceso comienza con una serie de escáneres cerebrales y posteriormente se realiza la cirugía, con una pequeña incisión en el cráneo para insertar un electrodo de un milímetro en un área específica del cerebro que regula impulsos como la adicción y el autocontrol. Finalmente, se inserta una batería debajo de la clavícula.

Con este mecanismo, la actividad cerebral se monitorea de manera remota por el equipo de médicos, fisiólogos y expertos en adicción para ver si la obsesión por consumir la sustancia disminuye.

Esta tecnología, denominada estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés), fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), del gobierno de Estados Unidos, organismo encargado de regular el tratamiento de varias enfermedades como el párkinson, la epilepsia y el trastorno obsesivo compulsivo.

Este tipo de cirugías son más seguras de lo que se cree actualmente, pues unas 180 mil personas en todo el mundo tienen implantes cerebrales.

Esta es la primera DBS autorizada para combatir la adicción a las drogas pues ha incluido un complejo ensayo en el que han colaborado muchos equipos, incluidos especialistas en ética, psicológicos y reguladores.

Durante los próximos dos años, los pacientes serán monitoreados muy de cerca.

El líder de la investigación es el doctor Ali Rezai, quien explicó que la adicción funciona mediante “una serie de dinámicas sociales en juego y elementos genéticos, y algunas personas no tienen acceso a tratamientos, por lo que sus cerebros cambian poco a poco y tienen más apetencia”.

“Este tratamiento es para aquellos a quienes les falló cualquier otro, ya sea medicina, terapia de comportamiento, intervenciones sociales. Es un ensayo muy riguroso supervisado por especialistas en ética y reguladores y muchos otros órganos gubernamentales”, agregó. “Más de la mitad de los pacientes recae. Necesitamos encontrar soluciones porque esta es una situación que amenaza su vida y que afecta a sus familiares y seres queridos.”

Rezai es escéptico sobre las firmas tecnológicas que se están involucrando en esta área: “Creo que es muy bueno para la ciencia, y necesitamos más ciencia para avanzar en este campo y aprender más sobre el cerebro. No es para mejorar a los humanos, eso es muy importante. Esta no es una tecnología de consumo.”

Y agregó: “las aplicaciones deberían estar muy reguladas. Esto no es como vacunarse contra la gripe o tatuarse. La cirugía tiene riesgos inherentes. Es solo para personas con enfermedades crónicas a quienes les fallaron todos los demás tratamientos y están desesperados”.

El estado de Virginia Occidental, actualmente cuenta con la tasa más alta de muertes de sobredosis de drogas por opioides en el país. Pero a escala nacional, en 2017 hubo 49.6 muertes de este tipo por cada 100 mil personas, de acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de dicho país.

El abuso de pastillas provocó un gran aumento de las muertes por sobredosis entre 1999 y 2017.

A principios de este año, la Real Sociedad de Reino Unido advirtió sobre los peligros éticos de combinar máquinas y humanos, y se mostró especialmente preocupada sobre los planes de empresas de vanguardia en tecnología como Facebook o Neuralink, de Elon Musk, que anunciaron que investigarían el desarrollo de productos comerciales.

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