Ciencia y tecnología

Científicos mexicanos que no tiene ni Obama

Rafael González y Alejandro Chaparro resolvieron el algoritmo de la aberración esférica en lentes ópticos que no pudieron resolver Isaac Newton o Gottfried Leibniz

Teorema Ambiental/Redacción

El científico mexicano Rafael González logró un avance en el mundo de la física que ni siquiera Isaac Newton pudo resolver: el algoritmo de la aberración esférica en lentes ópticos.

El investigador del Tecnológico de Monterrey logró desvelar esta incógnita que se había tratado de resolver desde hace siglos, aunque ya se habían logrado algunas aproximaciones. Su descubrimiento fue publicado en el portal del Tec de Monterrey, pues su principal aportación es reducir costos en la elaboración de productos ópticos de alta precisión como telescopios y cámaras.

González, egresado de ingeniería física industrial y actualmente alumno de doctorado en nanotecnología, se unió al trabajo de Alejandro Chaparro, egresado de la UNAM, quien llevaba tres años buscando resolver la ecuación. Ambos se conocieron en la maestría en el Centro de Investigaciones de Óptica (CIO) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

“Sabía que era un problema mítico. Alejandro me insistía que resolviéramos el problema. Yo le decía que era un pantano y no iba a poder”, explicó el investigador mexicano. “Una mañana me estaba preparando un pan con Nutella y de repente dije: ¡madres! ¡está ahí!”

“Subí a mi cuarto, me puse a programar, vi que salió y me puse a brincar de emoción”, señala.

El primero en fundamentar el problema fue el matemático griego Diocles, hace más de dos mil años y consiste en hacer que la visión de objetos a través de lentes esféricos no perdiera nitidez.

Newton inventó un telescopio que solucionaba la llamada aberración cromática (que impide enfocar los colores en un solo punto), pero no la aberración esférica. En 1949, dos científicos plantearon el dilema en un artículo formal. A partir de allí, se conocería como el problema de Wasserman – Wolf.

Previamente se había solucionado parcialmente el problema al conjuntar dos lentes, llamadas no esféricas sino asféricas. Sin embargo, la calibración de estos lentes dependía de un cálculo que no era muy preciso.

“(En contraste) la solución analítica es exacta; al utilizar la ecuación tendrás el resultado preciso sin importar que cambien las variables”, explican los investigadores.

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