Ciencia y tecnología

Científicos mexicanos crean bioplástico regenerador de piel

Se trata de un parche antifúngico, antipatógeno y antimicrobiano, elaborado por los estudiantes del CECyT 6 del IPN y obtuvo una mención honorífica en el Certamen Samsung “Soluciones para el Futuro” 2019

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 30 de marzo de 2020.— Como una opción de parches adhesivos con propiedades antifúngicas, antipatógenas y antimicrobianas para lesiones o quemaduras leves de la piel, y que sean amigables con el medio ambiente, alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron un biopolímero de bajo costo que regenera el tejido y estimula una mejor cicatrización.

El proyecto recibió una mención honorífica en el Certamen Samsung “Soluciones para el Futuro” 2019, con el FitoCurita, desarrollado en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 6 “Miguel Othón de Mendizábal”. Entre sus características, se trata de un prototipo de apósito adhesivo; es decir, una cubierta de material esterilizado que se aplica sobre una herida para protegerla de infecciones, absorber las secreciones y facilitar su curación.

A diferencia de los parches comerciales, que contaminan por estar hechos de plástico, el FitoCurita está elaborado con materiales orgánicos biodegradables que una vez que cumplen con su propósito se absorben por la piel o se pueden arrojar en los desechos orgánicos.

La materia prima para la elaboración de su parche es quitosano, producto derivado de la quitina, obtenida del exoesqueleto de los crustáceos, como los camarones, y que aumenta la producción de colágeno en la capa más profunda de la dermis.

Para obtener el quitosano, los politécnicos trituraron la cáscara de camarón, desmineralizaron el polvo y lo combinaron con el aceite esencial de caléndula y lactosuero. Para incorporar los elementos de la mezcla heterogénea utilizaron pectina cítrica como emulsificador a fin de formar una película como apósito, capaz de acelerar la regeneración, además de proteger las heridas contra Staphylococcus aureus y estreptococos, principales agentes microbianos que atacan la piel.

El proyecto fue diseñado por estudiantes de la carrera técnica de Laboratorista Químico: Salvador Barajas Gómora, Fernanda Gómez Pérez, Abrahan Gordillo Rodríguez y Lydia Rosas Ballesteros, quienes explicaron que para utilizar el parche es necesario limpiar la zona, humedecer la película con algodón o con un aspersor, cubrir totalmente la herida y presionar ligeramente hasta lograr la adhesión a la piel.

El parche dérmico tiene una medida de diez por diez centímetros, pero se puede cortar. Cuando la herida sana, lo que queda del apósito se puede tratar como cualquier desecho orgánico porque tiene un periodo de degradación de 15 a 17 días.

En México se producen alrededor de 72 mil 300 toneladas de camarón en los estados costeros y su exoesqueleto prácticamente se desecha cuando se podría aprovechar para extraer el quitosano de la quitina y elaborar el FitoCurita, el cual es una alternativa para el sector salud pues estos parches para heridas en la actualidad son de materiales no biodegradables, que además de contaminar, pueden llegar a causar infecciones si no son desechados adecuadamente.

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