Ciencia y tecnología

Científicos hallan hongo que encoge el cerebro al ingerirlo

Su nombre es coral de fuego y produce al menos ocho compuestos tóxicos que se pueden absorber a través de la piel

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 14 de octubre de 2019.— Matt Barrett, un micólogo del Herbario Australiano Tropical de Australia (ATH) de la Universidad James Cook, especialista en el estudio de hongos, descubrió un ejemplar capaz de encoger el cerebro si se consume.

Este hongo fue denominado coral de fuego y fue encontrado por el fotógrafo Ray Palmer en el extremo norte de la provincia de Queensland. Barrett lo estudió y de inmediato publicó un comunicado de prensa para advertir a las personas que se abstengan de tomarlo, pese a su parecido a un “cheeto”.

El experto indicó que es muy peligroso tocarlo y mucho más ingerirlo, pues en un universo de 100 hongos tóxicos conocidos en la actualidad, este es el único cuyos componentes pueden ser absorbidos a través de la piel. De hecho, se considera el segundo hongo más mortal del mundo.

El contacto con este hongo puede causar dermatitis y si se consume causa dolor de estómago, vómitos, diarrea, fiebre y entumecimiento. Sin embargo, los daños más importantes ocurren al transcurrir el tiempo, pues después de varias horas o días, se presenta una descamación de la piel en la cara, manos y pies, así como encogimiento del cerebro, que provoca una alteración en la percepción, dificultades de movimiento e impedimentos del habla.

Además, se han documentado varias muertes en Japón y Corea, pues se ha ingerido como té al confundirlo con el Ganoderma lucidum, también conocido como lingzhi o reishi, el cual es comestible, o Cordyceps (oruga vegetal), que se usan en medicinas tradicionales de oriente.

“Si no se trata, la muerte puede ocurrir por insuficiencia orgánica múltiple o disfunción del nervio cerebral”, señaló el experto.

Es posible encontrar este hongo en Corea del Sur, Japón, Indonesia y Nueva Guinea, sin embargo, se ha extendido hasta los suburbios de Cairns, en el extremo norte de Queensland, Australia. Crece sobre las raíces de algunos árboles y en el suelo, su color rojo intenso y su textura lisa lo hacen llamativo.

Por último, Barret dijo que aún se tiene mucho que aprender sobre los hongos en el norte de Australia, pues el coral de fuego se puede encontrar hasta en el patio trasero de una casa.

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