Pese a los avances científicos a favor de la humanidad, el abuso y prácticas sin éticas han ocasionado severos daños al medio ambiente
Si bien Paulina Rivero Weber, directora del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, defiende la actividad científica como impulsor de progreso, confesó que el problema surge cuando se emplean los conocimientos científicos sin una guía ética clara.
“La ciencia no debe dejar de hacer lo que hace, lo que es su obligación, es decir, estudiar e investigar el mundo en que vivimos, pero sí debe hacerlo con respeto a la vida. Su aplicación tecnológica requiere una guía ética, que es la bioética”, sentenció en el marco de la conmemoración del 25 aniversario de la Comisión Nacional de Bioética.
De acuerdo con sus declaraciones retomadas del periódico La Jornada, “los abusos y prácticas desproporcionadas del ser humano, no solo hacia nuestra especie, sino al resto de los animales y, sobre todo, de los ecosistemas”.
Además, señaló que tales abusos modificaron el entorno de manera acelerada y continua. “Esa capacidad de alterar las condiciones del medio desafortunadamente ha tenido consecuencias”, refiriéndose principalmente al cambio climático.
