Consta de una plataforma que mide casi 1.5 km en su eje norte-sur y 399 metros en su eje este-oeste. Tiene una altura de entre 10 y 15 metros y nueve calzadas
Teorema Ambiental/Redacción
Balancán, Tabasco, 5 de junio de 2020.— Un equipo de investigadores de diversas universidades del extranjero y de México anunció el hallazgo de una estructura ceremonial, probablemente de origen maya, con al menos tres mil años de antigüedad, en la comunidad conocida como Aguada Fénix, en el municipio de Balancán, Tabasco. Este descubrimiento ha cobrado gran relevancia, debido a que es considerado el más grande de la región y la segunda construcción monumental más antigua.
Consta de una plataforma que mide casi 1.5 km en su eje norte-sur y 399 metros en su eje este-oeste. Tiene una altura de entre 10 y 15 metros y nueve calzadas que se extienden desde la elevación.
Al ser fechado con carbono 14, los investigadores estimaron que se construyó alrededor de los años 1000 y 800 a. C. Fue localizada en 2017 por medio de reconocimiento aéreo con tecnología lidar (detección por luz y distancia), que utiliza sensores de láser para crear mapas tridimensionales de la superficie terrestre.
El sitio se encuentra cerca de la frontera con Guatemala, en un área donde actualmente se practican actividades agropecuarias y que había pasado inadvertida porque la plataforma es tan grande y plana que parece formar parte del paisaje natural.
Los profesores Takeshi Inomata y Daniela Triadan, de la Universidad de Arizona, encabezan el equipo. Por México participan en la investigación egresados y estudiantes de la UNAM, y de las universidades autónomas Veracruzana y del Estado de México, así como de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
“Al ser tan grande la plataforma, hay personas que tienen ranchos sobre ella, un potrero o ganado. Los dueños de los terrenos ni siquiera se habían dado cuenta de que estaban sobre algo que fue construido por el hombre y tan antiguo”, explicó Verónica Amellali Vázquez López, quien pertenece al equipo de investigación.
Por ello, reiteraron que posiblemente se trata de la estructura monumental maya más antigua, después de la de San Lorenzo de influencia veracruzana, ubicada al poniente de Veracruz. Tiene un diseño muy peculiar por los montículos que la delimitan, similar a al menos otras 20 estructuras en los alrededores.
Además de la plataforma, se ha descubierto una ofrenda de construcción, además de que en cada etapa constructiva hay otras pequeñas ofrendas de vasijas. Las evidencias halladas señalan que no fue habilitada para uso habitacional, sino más bien ritual, con el objetivo de congregar a muchas personas para actos especiales.
Además, el relleno con el que se elevó la estructura fue hecho con muchos barros, extraídos de los alrededores y se pierde en el horizonte. Los constructores modificaron la roca madre para nivelar, luego colocaron los rellenos de barros con las ofrendas. Posteriormente acomodaron los rellenos en cuadros de colores parecidos a un tablero de ajedrez, pero con cuadros de diferentes tamaños.
Para el relleno se usó barro negro, así como materiales rojizo, blanco, amarillo y verde, y se colocaron en profundidades de hasta cinco metros. “Es un juego de colores que implica el conocimiento de dónde ir a buscar los materiales y, sobre todo, fue una organización grande para una construcción grande”, dijo la investigadora.
“El hallazgo de Aguada Fénix es muy importante, no solo por su magnitud, sino para el entendimiento de esta área, que es frontera entre las zonas olmeca y maya, y que había sido poco estudiada”, finalizó.
La fase más antigua de ocupación de la plataforma corresponde al origen y primeros desarrollos de los grupos mayas, que tuvieron interacción con grupos olmecas. Por eso es difícil decir si los constructores fueron mayas u olmecas. Aunque los restos de cerámica hallados en el lugar son parecidos a los que se han encontrado en sitios mayas de Guatemala, al igual que obsidiana, pero el sistema constructivo de tierra es parecido al de La Venta, que es olmeca.
En el equipo de investigación se encuentran colaboradores de instituciones y universidades japonesas, europeas, canadienses, estadounidenses y centroamericanas y actualmente realizarán un análisis más amplio de la zona con equipo aéreo, con el fin de recuperar información de los sitios aledaños.
El proyecto de investigación es financiado por la Universidad de Arizona.
